Sobrio, serio, decaído, más allá de la imagen de templanza a la que nos tiene acostumbrados, Rafael Nadal lanzó más dudas de las que ya arrastra desde que en enero del pasado año decidió parar en su afán de intentar recuperarse plenamente. "Estoy con ilusión, básicamente, jugar aquí en Madrid siempre es especial, porque el apoyo que he recibido aquí se me hace difícil decir que lo haya recibido en otro lugar del mundo. No creo que esté preparado para jugar el cien por cien, pero sí para poder salir a jugar mañana. Poder jugar por última vez en Madrid para mí significa mucho", dijo en la conferencia de prensa previa a su partido de primera ronda frente a Darwin Banch, que jugará este jueves a las 16.00 h..
"No le he visto jugar mucho", comentó sobre su adversario. Lo primero es disfrutar de estos últimos momentos aquí. Es un poco incógnita como estoy", prosiguió, antes de entrar a valorar la posibilidad de un homenaje de despedida en la Caja Mágica. "En la vida las cosas no son tan blanco o negro, por lo cual es difícil según qué momentos o decisiones. La gente siempre mantiene la esperanza de que todo se solucione, pues he tenido lesiones y he vuelto. Soy una persona bastante tranquila. Me gustan las cosas naturales, con tranquilidad. Tampoco me tienen que preguntar respecto a homenajes. No aspiro a nada más que salir, jugar, divertirme. Si quieren hacer algo lo harán. Nadie tiene que demostrarme nada".
A vueltas con sus endémicos problemas físicos, confesó que las cosas no van como desearía. "Lo idóneo sería poder jugar, no tener mucha limitación. Las sensaciones de la semana no han sido perfectas. En París, así, no saldría a jugar mañana, pero es Madrid y saldré por motivos personales. No quiere decir que esté renunciando a nada en las próximas semanas. No sé lo que va a pasar en las siguientes tres semanas. Voy a intentar jugar Roland Garros, pero si hoy fuera a París no saldría a la pista. Sólo lo haré si estoy capacitado para competir. Voy a darme las oportunidades para que suceda. Si no es así, no se acaba el mundo con Roland Garros, porque hay unos Juegos por delante, con diferentes formatos en los que se puede jugar".
El paso por el Godó
"Soy una persona competitiva y es difícil jugar sin poder dar el máximo. Aunque emocionalmente es bonito verme jugando, interiormente hay momentos y momentos. Si me preguntas si en el segundo set en Barcelona fui feliz, no, pero si hubiera intentado serlo tal vez hoy no estaría aquí", valoró sobre la derrota por 7-5, 6-1 ante Alex de Miñaur en la segunda ronda del Conde de Godó.
"He jugado aquí Copas Davis, muchas veces el torneo, la final en pista cubierta remontando dos sets a cero, lo cual no hubiera podido sin el público. La historia siempre ha sido de cariño y apoyo. Sé lo que va a pasar y me apetece vivirlo", añadió, evocando su primer triunfo en el torneo, ante Ivan Ljubicic.
Después de unas manifestaciones tan inquietantes, dejó una puerta abierta a que las cosas puedan cambiar. "El objetivo es estar en pista y divertirme cuanto pueda. Terminar vivo el torneo, en cuando a problemas de mi cuerpo. Las cosas pueden cambiar de manera muy rápida, y si no estoy ahí para intentarlo esa posibilidad no existe. No pierdo la esperanza. Acepto la situación. Hoy es la que es. Quiero estar preparado por si ese cambio se produce".
A la hora de precisar sobre los problemas físicos, dijo: "Tocando la pelota no estoy mal, son limitaciones de mi cuerpo. No me siento lo suficientemente bien para jugar con libertad. Eso no me permite competir como quisiera. El saque, mejor que la semana pasada, pero otras cosas no. Hoy no estoy preparado para según qué".