El riojano fue subcampeón de España sub-23 de ciclismo en ruta en 2019
Arturo Grávalos.Federacion Riojana de ciclismo.
El ciclista riojano Arturo Grávalos, 25 años, ha fallecido esta madrugada a causa de un tumor cerebral, según han informado tanto la Federación riojana de ciclismo como el equipo Eolo-Kometa, de la Fundación Alberto Contador.
Grávalos, subcampeón de España sub-23 de ciclismo en ruta en 2019, fue intervenido en noviembre de 2021 de un tumor cerebral que le había sido diagnosticado unas semanas antes. La evolución de esa operación fue muy positiva, pero el ciclista tuvo que pasar de nuevo por el quirófano en varias ocasiones.
“La vida le puso en estos últimos tiempos muchos obstáculos por delante y siempre, siempre, reaccionaba con la mejor de sus caras. La pena o el pesar se lo guardaba para él, se negaba a darle continuidad. Jamás te vamos a olvidar, Arturo. Descansa en paz”, publicó en una nota el equipo Eolo-Kometa.
Fue la mirada atrás la sentencia, el golpe de gracia a un Tour que, salvo sorpresa mayúscula, quedó sentenciado en las rampas de Plateau de Beille, a una semana del final inédito en Niza y con los Alpes todavía por recorrer. Fue valiente Jonas Vingegaard porque no le quedaba más remedio y murió con las botas puestas, al ataque ante quien no admite comparación. Tadej Pogacar es, indudablemente, el más fuerte. Alzó los brazos por tercera vez y supo que la reconquista es un hecho. [Narración y clasificaciones]
Los rostros esconden el sufrimiento, aunque son tantas las batallas, que Tadej y Jonas desentrañan cada gesto del rival. No hay secretos ya para ellos. Incapaz de contener los arreones finales del esloveno, cada vez más lejos en la general, Vingegaard optó por cambiar de estrategia, por mostrar todas sus cartas. A riesgo de perderlo todo, como así fue después. Maduró la etapa con su equipo, asumiendo por primera vez la responsabilidad en los cuatro puertos precedentes al desenlace, de salida el Col de Peyresourde bajo el calor de los Pirineos que obligaba a los ciclistas a marchar ya en la meta de Loundeville con los característicos chalecos de hielo.
Y atacó salvajemente bien temprano el danés, a más de 10 kilómetros de la cima de Plateau de Beille, para propiciar el mano a mano, para comprobar si la alta montaña, los esfuerzos acumulados y el sopor eran su baza ante Pogacar. Para explorar todos los límites posibles. Pero no cedió su Némesis, que buscaba agua y alivio a su rueda, que afilaba su hacha mortal, que sabía que resistir era ya un triunfo pero quería más. No dudó el líder, también desde bien lejos, para protagonizar una auténtica desolación.
Miró atrás Vingegaard tras su postrero acelerón y ahí supo Tadej que era su momento. Restaban casi cinco kilómetros y medio y se lanzó el del UAE, imparable hasta la meta, voraz. Hundiendo psicológicamente a su contrario. La aventajó en 1:08, una distancia nunca antes vista y le deja a más de tres en la general. El resto fue una carnicería: Evenepoel a 2:51, Landa a 3:54, Almeida, Yates y Carlos Rodríguez todavía mucho más lejos.
Una etapa para el recuerdo. Porque es un duelo jamás visto antes en la historia del ciclismo. No hay precedentes de dos tipos con semejante amor propio, con tanta superioridad, con esa capacidad de encajar los golpes y prepararse para el siguiente asalto. Es un combate diario en el que todo influye. Las fuerzas propias, el coraje del equipo, el clima, la orografía y hasta el paso de los días.
Enric Mas, seguido de De Plus, durante la etapa en los Pirineos.MARCO BERTORELLOAFP
Una jornada en la que apareción, al fin, Enric Mas, en un Tour que no le sonreía, que le vio fuera de la nobleza desde bien temprano, que alargo su mal fario con él. Ya sin opciones en esa general que hasta hace nada era su objetivo (siempre frustrado), eligió la etapa más dura hasta el momento para dar la cara, para colarse en la escapada del día y para ser parte del quinteto que aguantó hasta la ascensión final. En las faldas de Plateau de Beille (casi 16 kilómetros con una media del 7,9% de desnivel), llegó el balear junto a De Plus, Hindley, Carapaz y Jonannessen con una ventaja que superaba los dos minutos y medio.
Épica y drama en la carrera más tremenda. Otro desafío antológico entre dos rivales que engrandecen el ciclismo: Mathieu van del Poel y Tadej Pogacar. La pareja más soberbia del presente siglo en las carreras de un día, esas en las que un error es irreparable, como sucedió en la vibrante cita de la París-Roubaix, en la que el neerlandés sumó su tercera victoria consecutiva.
Los dos últimos campeones del mundo son también los dos indiscutibles dominadores de los Monumentos, ambos suman ocho, han ganado 12 de los últimos 14 disputados (seis triunfos para cada uno) y son los vigentes campeones de esas cinco emblemáticas carreras. En esta primavera, Van der Poel (VDP) se impuso en la Milán-San Remo ante Pogacar y Filippo Ganna, y dos semanas más tarde el esloveno le batió en Flandes. En carreras de un día se han medido en 21 ocasiones, 11 éxitos para el neerlandés y 10 para el esloveno. Con ellos, el espectáculo está garantizado. El próximo pulso podría producirse en la Lieja-Bastoña-Lieja (27 de abril).
La Bestia logró el domingo la tercera victoria consecutiva en la reina de las clásicas, registro encadenado que sólo habían conseguido el francés Octave Lapize (1909, 1910 y 1911) y el italiano Francesco Moser (1978, 1979 y 1980). Octavo Monumento para el nieto de Raymond Poulidor (tres París-Roubaix, tres Tour de Flandes y dos Milán San Remo).
Pogacar, en un espléndido debut en París-Roubaix, mantuvo la pugna con Van der Poel hasta los últimos 38 kilómetros, cuando una caída le privó de su ansiada victoria. «Estaba concentrado en intentar seguir las motos cuando me caí. No vi venir la curva y no pude frenar a tiempo para evitar el choque. Son cosas que pasan. Creí que podía remontar, pero la diferencia era de unos 15 segundos y mi freno delantero rozaba la rueda. Me fui derrumbando poco a poco. En el momento en el que cambié de bici, ya había explotado y sólo esperaba llegar a la meta lo antes posible», señaló en el último maillot arcoíris.
El esloveno no tuvo reparos en elogiar al triple vencedor del Infierno del norte: «Mathieu fue el más fuerte en los adoquines y ha estado increíblemente bien. Es un gran campeón y uno de los mejores corredores del mundo. Competir contra él es un gran honor y una gran motivación. Si fuera niño, sería mi ídolo».
VDP reconoció que fue complicado superar a Pogacar. «Ha sido una carrera muy dura y estaba sufriendo muchísimo. Lástima que Tadej cometiera un error en una curva. Luego tuve que ir a por todas y aún faltaba bastante para la meta. Fue muy difícil, sobre todo en los dos últimos sectores, con viento en contra. Lo pasé muy mal, pero estoy contento de haber llegado a la meta. Estoy feliz de haber recuperado mi buen estado físico. Pero todos sabemos lo increíble que es Tadej como campeón, lo que hizo aquí, en su primera Roubaix, no me sorprende, pero tampoco es normal», dijo antes de advertir que denunciará a un espectador por lanzarle un bidón en el sector empedrado de Templeuve.
A sus 41 años, después de un vida de perseverancia, a Mavi García, la gran referente del ciclismo femenino español durante la última década, el destino le tenía guardado un precioso episodio. En la segunda etapa del Tour, en la meta de Quimper, logró una victoria inolvidable. Un valiente ataque a falta de 10 kilómetros que logró sostener ante el empuje del pelotón y todas sus favoritas.
"Me da vida. Llevo bastantes años haciendo esto, iba siendo hora de retirarse. No lo estaba pasando bien este año, estaba siendo muy difícil y esto me da un plus de energía muy, muy grande", comentó la ciclista del Liv-AlUla-Jayco, que en la primera etapa, el sábado, sufrió una caída que la retrasó en la general.
Mavi García, en el podio.JULIEN DE ROSAAFP
Mavi, una ciclista que llegó desde el duatlón y que luce en su palmarés cinco campeonatos de España en ruta (2016, 2020, 2021, 2022 y 2023) y cuatro en contrarreloj (2018, 2020, 2021 y 2022) se convierte en la primera español en ganar una etapa en el Tour de France Femmes avec Zwift desde que hace cuatro años cambió de denominación.
Se impuso en una etapa que partió de Brest, puro rompepìernas. Y se anticipó a las favoritas con un ataque antes de la última cota del día, el Chemin de Trohéir, un kilómetro al 5,5%. Ante los titubeos del sprint del pelotón ella no cesó en su empeño y aventajó a Lorena Wiebes y Kim Le Court, la nueva líder de la carrera.
Mavi, con esta victoria, se convierte en la ciclista de mayor edad en ganar una etapa en el Tour. A sus con 41 años, seis meses y 25 días, la española bate el récord anterior de Annemiek van Vleuten (39 años, nueves meses y 23 días, en La Super Planche des Belles Filles, en 2022).