El español Álvaro Morata, nuevo delantero del Milan, estará de dos a tres semanas de baja por una lesión en el cuádriceps, que sufrió el pasado sábado en su estreno como ‘rossonero’ ante el Torino (2-2), partido en el que marcó y lideró la resurrección de los suyos para empatar sobre la bocina.
Morata, según han informado este martes los medios italianos, ya saltó a San Siro para disputar la última media hora con molestias que, a la postre, se convirtieron en una lesión más grave que le obligará a perderse los dos próximos partidos de Serie A ante el Parma y ante el Lazio, ambos a domicilio.
En riesgo, además, su participación en la Liga de Naciones con la selección española, que defiende título. El capitán de la actual campeona de Europa, fijo en las convocatorias del seleccionador Luis de la Fuente, se perderá seguro el duelo del próximo 5 de septiembre ante Serbia por sanción y podría no estar recuperado para el duelo ante Suiza del día 8 de septiembre.
Después de haberse ganado a pulso la titularidad tras su debut en San Siro, serán el serbio Luka Jovic y el suizo Noah Okafor los que peleen por el puesto de delantero centro que deja libre el español.
Si comenzamos esta historia hablando de la obra del escritor alemán Erich Kästner, 'Las Dos Carlotas', quizás no sepan que es el libro en el que se basó la película 'Tú a Londres y yo a California'. Y qué curioso que el relato hable de dos hermanas gemelas que, separadas al nacer, se encuentran en un campamento de verano.
Algo parecido le pudo pasar a los protagonistas de este cuento. En el estío de 2023, ambos 'nueves' tenían intereses en la orilla opuesta de sus vidas. Si Álvaro Morata tenía un pie y medio fuera del Atlético de Madrid, a Lautaro Martínez le ocurría lo propio en el Inter de Milán. Lo más curioso es que ambos nombres sonaban para sustituirse en el banquillo contrario.
Sin embargo, el supersticioso o cabalista, como dicen en argentina, Diego Simeone tenía otros planes u otras predicciones, si se permite atribuirle la capacidad de ver el futuro. El técnico tuvo una charla en la pretemporada del Atlético de Madrid en Seúl con Morata para que se quedara y le dijo que estaba en el momento de "dar 18 goles" si lo hacía. "Es un jugador que necesita tener confianza y ahora mismo la tiene del entrenador, del club y también del público", cuentan fuentes rojiblancas.
Morata se quedó y el resto es historia. Lleva 20 goles en 37 partidos, 0,54 tantos por encuentro. Es la mejor media goleadora de su carrera y, con uno más, superaría también la temporada, temporadas en este caso, con más tantos: la 2020/21 con la Juventus y la 2016/17 con el Real Madrid. Además, en la previa ante el Betis, el 'futurólogo' Cholo le dijo a Morata que marcaría, llevaba ocho partidos sin hacerlo, y, pese a fallar un penalti, el delantero anotó el segundo de su equipo.
"Después de Sevilla me ha costado un poco volver, a pesar de hacer los esfuerzos por estar lo mejor posible, hay veces que no se está bien, he tenido ocasiones para hacer goles y no las he metido y lo que quiero es ayudar al equipo y ser positivos porque quedan objetivos por delante", expresó tras el encuentro ante los verdiblancos un delantero que "ha encontrado su sitio", dicen desde el club y que está repleto de "confianza", explican desde su entorno.
Lo impresionante de estas 'dos Carlotas' es que el éxito de uno se ha visto reproducido en el otro. Lautaro Martínez también mantiene la mejor media goleadora de su carrera, con 0,76 tantos por partido, y este verano fue elegido capitán del Inter de Milán, finalista de la pasada Champions League, con apenas 26 años. "Nunca me imaginé esto, es mérito al trabajo y al sacrificio de mi familia cuando era pequeño, todo es por ellos", comentó el protagonista tras su último tanto en la Serie A. Pero desde su entorno no solo lo imaginaron sino que avisan que aún "no está al máximo de su capacidad".
Hablamos de 102 goles en la primera división italiana, 23 esta temporada, la que más en competición nacional de su carrera, y eso que sólo ha jugado 24 encuentros este año. "Muy contento, aunque son solo números, desde que llegué al Inter no me esperaba este cariño y tanto yo como mi familia estamos muy contentos", confesó. Fuentes próximas comentan que no sólo es este, también el año anterior tuvo un gran rendimiento y mantienen que "cuanta más presión, mejor aguanta los desafíos".
La diferencia de edad entre ambos delanteros no ha impedido que ambos exploten a la vez. "Para un goleador, el gol llama al gol", comenta el argentino Fernando Czyz, periodista de DSports. Este año ambos han respondido a esa llamada y están siendo fundamentales en sus equipos. "Tiene el respeto de esta profesión, del público y de sus compañeros, no solo del Inter sino del fútbol en general. Asume la responsabilidad cuando las cosas se complican", cuentan fuentes cercanas a Lautaro.
Caracteres diferentes
Morata es menos serio que su homólogo del Inter, pero son muchos los compañeros con los que ha compartido caseta que le agradecen la cercanía en el trato y la capacidad de acogida que tiene, especialmente, a los que llegan nuevos. "Él da una imagen como de tristón y es todo lo contrario: bromista, cariñoso, buen compañero... es todo corazón", apuntan desde el vestuario.
Familiares, ambos, y muy centrados en su profesión, estos 'hermanos de fútbol' viven momentos dulces en sus equipos. "Hay una adaptación total, se siente uno de los dueños del club", apunta Czyz sobre Lautaro. Mientras que en el Atlético hablan de un "equilibrio personal y profesional" en la vida de Álvaro Morata.
Importantes en España y Argentina
Ambos, son también importantes en sus respectivas selecciones tras pelearlo mucho durante los últimos años. Morata se ha hecho con el nueve tras marcar 34 goles en 69 partidos, 0,49 tantos por encuentro. Lejos quedan aquellos pitos en Sevilla que afectaron mucho al jugador, pero que los enfrentó y superó gracias a la ayuda de un coach.
Lautaro también ha estado discutido durante su carrera en el equipo nacional porque le costaba más ver puerta. El delantero ha hecho 21 goles en 54 choques, 0,38 de media. "Hay un debate en Argentina sobre quién debería ser el 9 si Julián Álvarez o Lautaro. A día de hoy gana Lautaro", informa Czyz.
Esta noche sólo podrá quedar uno. El Inter parte con ventaja, pero nadie en el conjunto neroazzurri cree que la empresa esté hecha, aunque para Lautaro el Atlético tiene un aroma especial. "Es muy respetuoso con la historia de los equipos contra los que juega. Para un argentino enfrentarse a una historia tan cercana como la del Atlético es una satisfacción. Le da mucha motivación y alegría siempre desde el respeto", concluyen desde su entorno.
Antes de las semifinales de Wimbledon, Juan Carlos Ferrero deslizaba que su pupilo Carlos Alcaraz ya ha alcanzado el punto de no retorno en el despegue de cualquier leyenda: ahora gana en los días buenos, en los malos y también en los regulares. Dicho y hecho. Ante Daniil Medvedev, este viernes, Alcaraz sólo fue el mejor Alcaraz a ratos y, sin embargo, dominó el marcador para ganar por 6-7(1), 6-3, 6-4 y 6-4 y clasificarse para su segunda final del Grand Slam londinense, la segunda consecutiva, la segunda que le enfrentará al tenista más laureado de todos los tiempos, Novak Djokovic. Un reto histórico.
A sus 21 años, este domingo (15.00 horas, Movistar) el español buscará su cuarto grande, aquel que le igualaría con Manolo Santana, Guillermo Vilas o Jim Courier, con la madurez de los escogidos: ahora ya avanza pase lo que pase. «Sinceramente he tenido partidos mejores. Esta temporada he jugado mejor que hoy varias veces y en este mismo Wimbledon me he visto mejor. Por ejemplo, contra Tommy Paul, en cuartos de final, diría que mi nivel de tenis fue más alto. También influyó el estilo de mi rival, los golpes que me hizo jugar, pero ante Daniil podía haber jugado mejor», reconocía Alcaraz que al mismo tiempo aseguraba que no le preocupaba en exceso: «Voy a la final sintiéndome bien, sé cómo puedo jugar».
Recursos contra Medvedev
En sus palabras había mucha humildad por reconocer los errores cometidos y, al mismo tiempo, un análisis certero de lo ocurrido. Porque, al contrario que el año anterior, Alcaraz apenas necesitó su versión superlativa, aquella que maravilla al tenis mundial desde hace tres años. No fue un éxito fruto de la efectividad, ni tan siquiera de la puntería, fue cosa de la imaginación. Completamente afeitado, en una imagen que no lucía desde hace meses, y acompañado de toda su familia, que se quedará en Londres hasta el domingo, el ahora número tres del mundo requirió de toda su paleta de golpes para desarmar el juego defensivo machacón de Medvedev. Ahora un golpe cortado, ahora una bola alta, un toque allí, otro toque allá y, por supuesto, dejadas, muchas dejadas. Al final, el ruso no pudo más que rendirse.
«Contra Daniil sabía que no podía entrar en intercambios largos, de más de 10 golpes. Tenía que variarle mucho los golpes e intentar acortar los puntos para que no se sintiera cómodo», aseguraba el español que mejoró sobremanera durante el encuentro. En los tres últimos sets fue el dominador que es, el quinto hombre que este siglo encadena finales de Roland Garros y Wimbledon por detrás de Djokovic, Rafa Nadal, Roger Federer y Andy Murray -ahí es nada-, pero el primer set salió torcido.
Un mal inicio, un brillante final
Sin más explicación que sus nervios y ese juego de Medvedev, sufrió muchos problemas con su saque -en ese set rondó el 40% de primeros-, se movió de manera dubitativa sobre la pista y falló en los puntos decisivos -dos de ocho en puntos de break-. Que remontara dos roturas en contra y llegara al tie-break supuso un esfuerzo en vano porque en esa muerte súbita todo marchó mal. Pero luego, de repente, ¡buf!, salió el genio de la lámpara.
En los primeros instantes del segundo set, Medvedev dio un pasito atrás y Alcaraz se comió la pista entera. Mejorando con su saque -sólo concedió una opción de rotura más en todo el encuentro-, corriendo de lado a lado como un velocista y afinando su acierto -en el primer set cometió 15 errores no forzados, en los otros tres, 20-, empezó a bailar como sólo él sabe bailar. Fue entonces cuando expuso sobre el verde todo su arsenal de recursos, las dejadas, los passing shots e incluso esa locura de globo entre las piernas al que ya parece tan acostumbrado. En el último set, resoplaba Medvedev porque otra vez, como también pasó el año pasado en semifinales, no tenía nada que hacer.
En la previa, golf y familia
«Tengo ganas de jugar la final. Ya sé lo que es estar en esa posición, se cómo lidiar con todo lo que va a pasar hasta saltar a la pista y creo que tengo el nivel para jugar», comentaba el ahora número tres del mundo que rechazaba el papel de favorito pese a haber vencido el año pasado en un partido a cinco sets para la historia y pese a la reciente lesión de rodilla del serbio. Este viernes éste superó al italiano Lorenzo Musetti con la facilidad de sus días más alegres (6-4, 7-6 [3], 6-4). «Supongo que habrá mucha gente que crea que yo tengo más opciones porque Djokovic llegaba con dudas al torneo, pero sí está en la final es porque está recuperado. Él sabe mucho mejor qué es jugar una final de Wimbledon, sabe mucho mejor que yo qué es ganarla, así que está preparado que yo», disimulaba Alcaraz.
Hoy, en la víspera de la final, el español seguramente tampoco entrenará, como ya hizo antes de las semifinales, y se iría a jugar al golf con su equipo al Royal Wimbledon Golf Club. Con sus hermanos pequeños Jaime y Sergio junto a él en Londres tendrá entretenimiento de sobras para alejar la mente del tenis y, si no, podrá distraerse con la previa de la final de la Eurocopa entre España e Inglaterra y con su ya clásica llamada de la suerte con Álvaro Morata. «Espero que sea un gran día para los españoles», deseó Alcaraz en la Central del All England Club y por ello se llevó un abucheo. Si no es un gran día, será uno regular o incluso uno malo, pero ya ha demostrado que igualmente puede hacer historia.
Eurocopa 2024
EDUARDO J. CASTELAO
@EJCASTELAO
Madrid
Actualizado Sábado,
14
octubre
2023
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