Los estadios del Besiktas, Galatasaray o Fenerbahçe se convierten en puntos de carga de los trailers, bancos de alimentos y de sangre. La Superliga se aplaza hasta marzo pero el Hatayspor no volverá a la competición
“Ahora no es tiempo de fútbol”, anuncia el presidente de la Federación Turca, Mehmet Büyükekci. El terremoto de 7,8 grados se ha llevado por delante la vida de más de 22.000 personas, y los estadios del país se han convertido en campos de refugiados, puntos de recogida de ayuda humanitaria y bancos de sangre. Juan Mata, Marc Bartra, Pirlo o Mesut Özil, estandartes de la Superliga turca, ahora llenan trailers de ayuda humanitaria, subastan camisetas y cuelgan números de cuenta en sus redes sociales. El fútbol se ha convertido en el epicentro de la solidaridad en Turquía, y los aficionados están acudiendo a sus estadios a aportar su granito de arena junto a sus ídolos.
“Ser un intermediario en la ayuda de nuestro pueblo es una fuente de felicidad para nosotros en medio de tanto dolor”, dijo el presidente del Besiktas, Ahmet Nur Cebi. Estos días pudo verse a toda su junta, o a su equipo de baloncesto en silla de ruedas, donando sangre a las puertas del estadio.
El Hatayspor, el equipo más afectado por el seísmo, no volverá a la competición. El césped de su estadio es ahora mismo un campo de refugiados. El otro equipo de la región de Kahramanmaras, el Gaziantep, se lo piensa. Büyükekci anuncia que no habrá fútbol por lo menos hasta marzo.
El delantero ghanés Christian Atsu, ex del Málaga y Chelsea, y ahora en el Hatayspor, sigue en paradero desconocido, aunque inicialmente su representante había informado de su rescate. Ahmet Eyup Turkarslan, portero de 28 años del Yeni Malatyaspor, de la segunda división turca, no pudo conseguirlo y falleció entre las ruinas. El Marasspor y el Iskenderunpor, de la misma categoría, ha anunciado que tiene futbolistas bajo los edificios derrumbados.
Pero no sólo el fútbol. Cuatro atletas de la Federación de Lucha han perdido la vida. Se busca en las ruinas de un hotel derrumbado en Adiyaman a 38 escolares que participaban en un torneo de vóley. También se busca al equipo masculino de voleibol de Malatya, y a 14 jugadoras de este deporte de Hatay. El capitán de la selección de balonmano, Cemal Kütahya, se encuentra sepultado junto a su mujer, embarazada de cuatro meses, y su hijo de cinco años.
El terremoto coincidió con la llegada al Galatasaray desde la Roma del chico de oro de Italia, Nicolò Zaniolo. Muhammed Emin Ozkan, un joven de 17 años, celebraba en sus redes sociales el fichaje del italiano, desde el que en pocas horas sería el epicentro del terremoto: “Nicolò, tráenos la Champions”. Ni siquiera llegaría a verle jugar. Zaniolo, quien tenía previsto llevar el 8 a la espalda, llevará el 17 en su recuerdo.
Kadir, un fan del Galatasay y de Mauro Icardi tuvo más suerte. Tras pasar casi cuatro días bajo los escombros se convirtió en uno de los milagros del terremoto. “Pequeño Kadir espero verte pronto para poder regalarte mi camiseta y darte un gran abrazo”.
Una camiseta del ex barcelonista y bético Marc Bartra hará el camino contrario. El central del Trabzonsport le regalo a Çinar Ayic, un seguidor de once años, una camiseta hace pocas semanas, tras verle celebrar un gol suyo en las redes sociales. “Me quedaré con esta camiseta el resto de mi vida”, le dijo el niño al recibirla. Ahora se subasta para ayudar a las víctimas.
Todos los jugadores del Galatasaray han decidido donar 20.000 euros cada uno para los damnificados. Otros como Juan Mata o el ex atlético Lucas Torreira, además de subastar camisetas firmadas, se han ido hasta el Nef Stadium a seguir llenado cajas de ayuda. El capitán del equipo, el portero uruguayo Fernando Muslera, apareció hasta en muletas.
El club ha enviado más de 40 camiones cargados con baños portátiles, entre otros muchos materiales, que tardan doce horas en llegar a su destino. En el Besiktas han mandado tres trailes con carpas, un avión con ayuda humanitaria hacia Malatya, y hace unas horas los jugadores han fletado otro avión que ha partido hacia Gaziantep. Los aparcamientos que rodean estos estadios están colapsados de seguidores, carpas, material humanitario y camiones.
Los seguidores no paran de acercarse para dejar lo que pueden, como Kartal, una joven seguidora del Besiktas que ha dejado su peluche favorito, que exhibió ante los medios el director técnico del club como ejemplo de solidaridad. Más niños cargados de peluches acudieron al estadio del Galatasaray.
También en Estambul, el entrenador del Faith Karagümrük, Andrea Pirlo, se fue a cargar material a su estadio. Pero la ayuda también llega desde el exterior, el centrocampista del City de origen turco, Ilkay Gudogan, ha donado dos camiones llenos de pan, que hará llegar a la zona afectada con la ayuda de la embajada turca en Londres, y anuncia que no piensa quedarse ahí: “Actualmente estamos tratando de recolectar más alimentos, comida para bebés, mantas, productos de higiene y ropa de abrigo”.