La vasca, que cumple 10 de profesional y se mantiene en el equipo de Telefónica desde su creación, participa en la Vuelta España que arranca este lunes
Es una de las fundadoras del Movistar, la escuadra referente del ciclismo femenino español. La alavesa Lourdes Oyarbide (Egino, 1994) fue contratada en 2017 para integrarse en la primera plantilla de la formación de Telefónica. Es una corredora que cautiva a compañeras y técnicos por su trabajo constante que se desenvuelve con garantías en todos los terrenos. En 2017 se proclamó campeona de España de contrarreloj y en 2019 logró el título en la modalidad de ruta. En esta campaña ha cumplido 10 años como profesional (cinco en Movistar y cinco en el Bizkaia-Durango). La corredora vasca, graduada en Diseño Industrial y Desarrollo de Productos en la universidad de Mondragón, acude a Torrevieja para tomar la salida de la Vuelta a España, que finaliza el 7 de mayo en Lagos de Covadonga.
- ¿Sus primeros recuerdos del ciclismo a quién están asociados?
- A Miguel Indurain. Yo era muy pequeña y recuerdo que en la tele hablaban de lo buen ciclista que era Miguel. Yo quería ser como él. Me preguntaban qué quería ser de mayor y yo decía: peluquera o Induraina. De alguna forma, Indurain tuvo la culpa de que yo sea ciclista. Siempre me gustó el ciclismo, y eso que en mi familia no había una gran afición. Mi hermano se apuntó a una escuela ciclista y yo, con siete años, seguí sus pasos.
- Usted es una referente del Movistar, supongo que habrá coincidido alguna vez con Indurain y que habrán hablado.
- Nunca le he saludado, y eso que he tenido varias oportunidades de hacerlo. Soy muy tímida y siempre mantengo las distancias. Cuando era cadete coincidía con el hijo de Indurain, que es un año mayor que yo, pero no me atrevía a acercarme.
- Recientemente, Joane Somarriba, la mejor corredora española de la historia, decía en este periódico que se alegraba de que ahora no es necesario salir al extranjero para competir. ¿En ese sentido se siente afortunada?
- Claro que estamos mejor que antes. Ahora tenemos un sueldo mínimo, marcado por la UCI, que nos permite vivir del ciclismo. Somos profesionales.
- ¿Cuándo comenzó a comprender que valía para el ciclismo?
- La verdad es que en categorías inferiores nunca tuve claro que valía para esto. Empecé a tomármelo en serio en 2016, cuando acabé de estudiar ingeniería de Diseño Industrial y me tomé un año sabático para la bici. Yo estaba entonces en el equipo Bizkaia-Durango y tuve la suerte de que el Movistar se fijara en mí. Eso lo cambió todo.
- Con el Movistar se terminaron las precariedades.
- Con el Movistar todo fue distinto. Antes, apenas tenía medios técnicos, el coste de las reparaciones iba por mi cuenta. El dinero que me daban no me llegaba ni para gasolina. Aquello no era un trabajo y me planteé dejarlo porque era complicado compaginarlo con los estudios.
- Usted destaca como corredora de equipo, pero en 2019 fue la española con mejores resultados. En Lorca se proclamó campeona de España en ruta en una prueba muy dura.
- Sí, fue una carrera con mucho calor, con 35 grados. Me metí en una fuga y pronto me di cuenta de que aquello iba a pasar factura, con golpes de calor y gente deshidratada. Aguanté y al final gané el campeonato.
- ¿Esa fue la carrera que más le ha marcado en sus 10 años de profesional?
- Es posible, pero también recuerdo otra en Drente (Países Bajos) en una prueba de la Copa del Mundo, a la que acudí con 18 años para sustituir a una compañera que se puso enferma. Llegué con muchas ilusiones, a tope, pero con poca experiencia. Llovía, nevaba… Y de pronto me quedé metida en una montonera. Después de la caída pensé dejar el ciclismo.
- Nada ha sido fácil.
- Ni para mí ni para mis compañeras. El deporte femenino siempre ha ocupado un segundo plano y ha sido necesario luchar mucho. Las condiciones laborales y técnicas han evolucionado, pero todavía queda camino por recorrer. Los medios de comunicación han ayudado dando más visibilidad a las carreras, porque lo que no se ve parece que no existiera. La UCI ha puesto condiciones a los organizadores para dar cabida al ciclismo femenino.
- La celebración de la Vuelta a España, que se disputa durante una semana y finaliza en Lagos de Covadonga, también es un punto de inflexión.
- Es muy importante que esta carrera dure una semana y que tenga un recorrido duro, no descafeinado. El final en Lagos puede ser algo espectacular. Me hace mucha ilusión llegar a una cima tan mítica, nunca he estado allí.
- ¿Cuál será su misión en la Vuelta que ahora comienza?
- Los roles en el equipo están muy marcados. Yo tengo que trabajar para un equipo liderado por Annemiek van Vleuten.
- ¿Qué ha aprendido de Van Vleuten?
- Mucho. Tiene numerosas virtudes. Es una de las corredoras más sacrificadas que conozco, muy comprometida con ella misma y con unos objetivos muy claros. Es muy calculadora. Aguanta unas cargas de entrenamiento increíbles y nunca la he escuchado quejarse. Se exige mucho a sí misma.