Eran veinteañeros y comprometidos. Jugaban en La Plata Rugby Club. “Cada partido era un desafío a la autoridad”. Un mes antes del Mundial de Fútbol, la dictadura argentina empezó a asesinarlos.
Eran un puñado de chicos duros como piedras. Tiernos como tallos por quebrar. Se llamaban La Plata Rugby Club. Competían en la modalidad de seven. Jugaban juntos como solo se juega cuando eres niño: sin medida. Se pegaban abrazos que parecían placaje
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