El teatro de Niklas Landin que descentró a España: “No le he dado en la cara”

El teatro de Niklas Landin que descentró a España: "No le he dado en la cara"

Mundial de balonmano

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En plena remontada de la selección, el danés montó un número, se encaró con Dani Dujshebaev y cambió el ambiente del partido. “Yo le he pedido perdón y ya está. Es lo que hay”, dice el español

Landin y Dani Dujshebaev, este viernes.Adam WarzawaEFE

Habrá un centenar de jugadas que se podrán analizar así: fueron decisivas. Entre Dinamarca y España, en unos semifinales del Mundial, cualquier acción importa. Pero realmente un momento del partido, un momento extraño, cambió su devenir. Fue un teatro de Niklas Landin, el portero danés, quizá quien menos necesidad tenía de hacerlo, que desmontó la remontada española y desequilibró el resultado para siempre.

Ocurrió en el minuto 25 del encuentro, con 10-12 en el marcador. Antes Landin, considerado mejor jugador del mundo en 2022, ya había reclamado a los árbitros todo tipo de cosas: desde lo más alto del Ergo Arena de Gdansk, mientras atacaba España, se le veía vociferar y gesticular en dirección a los colegiados. Pero en ese minuto 25 llegó el culmen de su actuación. En un momento tenso, después de un parcial en su contra (del 7-11 al 10-11), Dani Dujshebaev lanzó a bocajarro desde los seis metros, le impactó en el pecho y se desató. Un puñetazo al aire, una carrera nerviosa y, de golpe, estaba cara a cara con el español. ¿Qué reclamaba? Que le había chutado directo a la cara. De hecho, pidió a los árbitros la expulsión directo del pequeño de los Dujshebaev y les obligó a revisar el vídeo. Paró el partido. Todo era mentira, claramente todo era mentira, y las repeticiones así lo demostraron, pero Landin ya había cambiado el ambiente.

En los siguientes cinco minutos, España, todavía alucinada por lo ocurrido, estuvo descentrada y el propio Dujshebaev falló la siguiente oportunidad de lanzamiento que tuvo. Desde aquel 10-12 se llegó al descanso con 10-15 y la sensación de que otra remontada era imposible. En la segunda parte la selección lo intentó, todo corazón, incapaz de rendirse, e incluso tuvo oportunidad, pero la desventaja a voltear era exagerada.

LISELOTTE SABROEAFP

En zona mixta, luego, Dani Dujshebaev hablaba con EL MUNDO sobre lo ocurrido. “No le he dado en la cara; si no me han expulsado seguro que no le ha dado. Ha sangrado por la nariz, pero no sé si ha sido del rebote o qué. Yo le he pedido perdón y ya está. Es lo que hay”, comentaba el lateral, el más alicaído entre los alicaídos en la selección. El ambiente en general era triste, pero la derrota era distinta para quienes vienen de ganar una medalla olímpica y dos Europeos que para los jóvenes como Dani Dujshebaev que aún tienen todo por conquistar. La lucha por el bronce de este domingo ante Suecia será un pequeñísimo consuelo. “Todos queríamos jugar por el oro y nos hemos quedado a un paso. Tenemos que mentalizarnos, descansar y estar al 100% para el último partido del Mundial”, proclamaba Dujshebaev, autor de un solo gol de siete lanzamientos.

El penalti parado a Solé

“Hemos cometido errores en momentos clave, nos hemos precipitado, hemos fallado pases y tiros importantes. Contra esta Dinamarca no puedes estar tan lastrado”, analizaba el lateral español que no quería nombrar el show de Landin como factor decisivo. Ni el teatrillo ni sus paradas. Porque también las hubo y fueron muchas. Entre las esenciales, el penalti que le detuvo a Ferrán Solé en el último minuto con el 23-25, pero hubo más, concretamente 14 más.

Según la estadística, acabó con un 43% de paradas, 15 de 35 intentos en contra, con especial inquina con los extremos españoles. Ni Ferrán Solé ni Kauldi Odriozola lograron marcarle desde las esquinas. Landin es el mejor jugador del mundo, quizá el mejor portero de la historia, quien menos necesidad tenía de montar el número.

kpd