El base nacionalizado español deberá guardar reposo y recibir tratamientos para “volver a estar al 100% para la próxima temporada”
AFP
El base español Lorenzo Brown, que milita en el Maccabi Tel Aviv desde finales de junio de 2022, ha anunciado este martes que no estará en el Mundial de baloncesto de Filipinas, Japón e Indonesia, que se jugará entre el 25 de agosto y el 10 de septiembre.
“Desgraciadamente, no podré participar con mis hermanos de la selección española en la presente edición de la Mundial FIBA de este año. Me he reunido con tres especialistas distintos que me han dicho que el reposo y el tratamiento continuados son la única manera de que vuelva a estar al 100 % para esta próxima temporada”, explica Brown en las redes sociales.
“Una lesión en la carrera por la medalla de oro del año pasado en el Eurobasket que nunca me dio tiempo de curar, teniendo que saltar inmediatamente a mi temporada de Euroliga 2022-2023“, explica.
“Mi esperanza es tener el honor de representar a España en los Juegos Olímpicos de 2024, y, después de mucho pensarlo y consultarlo, creo que esta decisión me da la mejor oportunidad para ayudar a nuestra búsqueda del oro el próximo verano en París“, agrega el estadounidense nacionalizado español hace un año.
Brown se muestra “eternamente agradecido” a la Federación Española, al seleccionador, Sergio Scariolo, y a su equipo, a sus compañeros de equipo “y, lo que es más importante, a los aficionados”, por acogerle “el verano pasado con los brazos abiertos”.
“Espero tener la oportunidad de hacer que se sientan orgullosos una vez más”, concluye Brown.
Lista
El seleccionador español de baloncesto, ofrece este miércoles a las 12.00 una rueda de prensa para anunciar la primera lista de jugadores convocados para el Mundial de Filipinas, Japón e Indonesia.
Scariolo no podrá contar con Brown, pero se espera que sí pueda hacerlo con jugadores de la NBA como el ‘grizzlie’ Santi Aldama o el MVP del último campeonato del mundo y base de los Cleveland Cavaliers, Ricky Rubio.
El Real Madrid de baloncesto ha hecho oficial este viernes el fichaje del pívot del Bayern Múnich Serge Ibaka, que quedará vinculado al club blanco durante la próxima temporada, según confirmó a través de un comunicado oficial la entidad presidida por Florentino Pérez.
Ibaka ya formó parte del Real Madrid en 2011 cedido por el Oklahoma City Thunder de la NBA. Más de una década después, procedente del Bayern Múnich, volverá a vestir la camiseta blanca. El pívot, de 34 años, se mostró muy contento por volver a la entidad presidida por Florentino Pérez.
"Para mí es como volver a casa. Tengo muchas ganas, ya sé cómo es jugar aquí. Tengo muchas ganas de volver a llevar esta camiseta y estar con ellos", declaró.
Además, habló sobre cómo está 13 años después de su salida del Real Madrid, y declaró que físicamente ha cambiado y que su nivel de juego ha mejorado muchísimo: "Es la diferencia entre el Ibaka de ahora y el de antes. Mi labor siempre ha sido defensiva, desde el principio de mi carrera, pero ahora he mejorado mucho en ataque. Puedo aportar también mi experiencia, porque llevo jugando al baloncesto profesional desde hace 18 años", explicó.
Ahora, formará pareja de pívots con Walter Tavares, y resaltó que con la mentalidad defensiva del jugador caboverdiano y con su presencia en el campo, pueden formar un dúo "muy importante y fuerte" en Europa.
"Yo estoy aquí para ganar. He venido porque aquí, con el Real Madrid, tengo la posibilidad de ganar y es lo que quiero, lo que me gusta. Me gusta esa presión de un equipo que ya está acostumbrado a ganar. Siempre, cada año, el equipo va a intentar ganar ye so me gusta", agregó.
Sobre cómo será trabajar junto al entrenador Chus Mateo, recordó que es un técnico al que conoce desde hace tiempo con un estilo que le "encanta". "He visto cómo está jugando el equipo en los últimos años y tengo muchas ganas de trabajar con él", apuntó.
Ibaka volverá al que fue su equipo después de ganar la pasada campaña la Liga y la Copa de Alemania y tras desarrollar una "brillante trayectoria de 14 temporadas en la NBA", donde se proclamó campeón con Toronto Raptors en el curso 2018/19.
Además, Ibaka consiguió con la selección española la medalla de oro en el Europeo de Lituania en 2011 y la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.
El escenario, tan insólito, podría ser el siguiente. Cuando en unas semanas Sergio Scariolo anuncie la convocatoria de la selección absoluta para el próximo Eurobasket y, además, añada los nombres de la novedosa España B que la escoltará en su camino, pensando en futuro, se producirá el siguiente fenómeno: los sueldos de muchos de los jugadores del segundo combinando, más jóvenes ellos, serán superiores a la de la mayoría de los del primero. «Quitando a Santi Aldama (seis millones de dólares el próximo curso en los Grizzlies) y a los hermanos Hernangómez, los tres siguientes mayores salarios de jugadores españoles están en la NCAA», explican expertos en el mercado. La «revolución total».
Aday Mara, Baba Miller, Álvaro Folgueiras o Great Osobor ganan más que Llull, Garuba, Abalde o Brizuela. Por ejemplo. El mayor ladrón de talento del baloncesto nacional está al otro lado del charco y no es la NBA. Desde que en el verano de 2021 la liga universitaria se desprendiera de complejos y empezar a pagar a los jugadores a través del artilugio que denominó NIL (Name, image and likeness), el éxodo ha sido masivo. «Ocho de los 10 mayores proyectos de estrella del baloncesto español están formándose fuera». Ha dejado de ser una competición amateur: no pueden pagar a sus estrellas por sus logros deportivos, pero sí, por ejemplo, por su presencia en redes sociales o por participar en campañas publicitarias.
Lo que antes era rareza es ahora norma. Y al revés. Expoliados han sido Madrid y Barça, en cuyas oficinas empieza a plantearse aquello de para qué sirven sus canteras. Sergio de Larrea, campeón del mundo júnior en 2023 e inmerso a sus 19 años en los planes de Pedro Martínez en el Valencia que disputará la final de ACB, es excepción. «Seguramente ganaría más dinero en otra parte. Pero han cuidado de él y le están dando minutos... Cada decisión es un mundo», exponía hace unas semanas Juancho Hernangómez. El madridista Hugo González también entra en ese grupo, aunque el próximo draft de la NBA escribirá su futuro.
Este verano el fenómeno ha dado otra vuelta de tuerca. Es tal el músculo económico de las universidades americanas, que hasta jugadores que ya han se han asentado en ACB (o están en ello) han decidido dar el salto. Ahí están los casos de Rubén Domínguez (del Bilbao Basket a Texas A&M) o Mario Saint-Supéry (de estar cedido por Unicaja en Manresa a estar eligiendo destino en la NCAA) quien incluso abonará su cláusula de salida, en torno al medio millón de euros. También no españoles, claro. El belga De Ridder, también de Bilbao, dará el salto con casi 24 años. «Es una mezcla de todo. Lo más importante es lo económico, claro. En algunos casos es dinero que nunca van a ganar en Europa. Son salarios a los que en España sólo tiene acceso el Madrid y el Barcelona, oportunidades que no se pueden dejar pasar», explica Guillermo Bermejo, Director Europeo de la agencia You First, que desgrana un fenómeno «imparable».
Raúl Villar, con el Barça.ACB Photo
«Desde el momento en que se aprueba el NIL... El verano pasado ya se empiezan a pagar unas cantidades bastante altas. Y este año ha explotado completamente. Ante el anuncio de las normas que van a regular las cantidades pagar, tras el juicio que se está llevando a cabo, se han gastado el dinero. Va a seguir siendo un mercado que para chavales de 18 ó 19 años no existía antes y se van a seguir pagando grandes cantidades, pero seguramente no al nivel de este verano", explica, añadiendo los otros dos factores. "Por otro lado, la NCAA ha bajado la mano con los criterios de amateurismo. Antes, un jugador que hubiera cobrado de un club, era imposible. Ahora hay ciertos mecanismos que permiten eso", sigue. "Quizá la parte más compleja sea la académica. Lo que no quieren es que vayan jugadores con notas cuestionables o que no hayan aprobado el Bachillerato. Eso lo miran con lupa".
Los casos son incontables. Dame Sarr dejó tirado al Barça en plenos playoffs de la Euroliga para jugar Nike Hoop Summit, un torneo de exhibición. Lo que para cualquiera parecería una locura, tiene una argumentación. El italiano cobrará casi tres millones la próxima temporada en Duke. Del Barça también salta Raúl Villar (a Charlotte) o Mathieu Grujicic (a Ohio State), como el año pasado lo hizo Kasparas Jakucionis hacia Illinois. El éxodo en el Madrid es insólito: Gildas Giménez (Bella Vista CIA) y Sidi Gueye (Arizona) se unen a los que ya se fueron (Egor Demin, Ismaila Diagné, Jan Vide...). Juanma Ruiz, Guillermo del Pino, Lucas Marí, Ian Plattweuw... La lista es interminable.
Saint-Supéry, defendido por Huertas.ACB Photo
Una huida que no tiene por qué ser negativa, porque el panorama en España lleva siendo años desolador para el interés de los canteranos. "Esta temporada el número de jugadores seleccionables en ACB ha sido del 23%, un descenso paulatino cada año", protesta Alfonso Reyes, presidente de la ABP (sindicato de jugadores), que recuerda que los equipos españoles han estado años "esquilmando canteras de Europa y África" y ahora ven cómo el fenómeno se les vuelve en contra. Y que ve con buenos ojos, aunque "llega tarde y sin contar con la ABP", la liga sub 22 que este miércoles anunciarán la FEB y la ACB (con el respaldo económico, unos cinco millones de euros, del CSD) y en la que los equipos que participen (aún por confirmar) deben tener al menos seis jugadores seleccionables.
El caso es que la peregrinación es la comidilla del baloncesto europeo desde hace tiempo. Hace unos días, Juancho Hernangómez razonaba en Piratas del Basket: "Es una puerta que años antes no había y me parece una gran oportunidad. Si los chavales universitarios en cuatro años pueden ayudar a su familia y, por así decirlo, tener la vida hecha, ¿por qué no? ¿Cómo vas a decirle a un chaval de 19 o 20 años que no coja un millón y medio o dos millones?". "¿Quién les va a prometer minutos en ACB? Dime cuántos chavales están jugando en ACB", se quejaba. "Si se van a la NCAA, qué jugadores de 22-23 años va a haber aquí dentro de cuatro años. A qué se va a jugar, si la media de los equipos va a ser de 32 y 33 años. Me preocupa eso", exponía Ibon Navarro.
La FIBA ha intentado reaccionar, temiendo también por sus ventanas de clasificación en mitad de temporada, puesto que los chicos de la NCAA no iban a tener el permiso. "Las universidades están cada día más cerca de ser entidades comerciales, clubes profesionales, y eso desafía nuestro ecosistema", reconocía Andreas Zagklis, secretario general, que avisó: "No podemos quedarnos de brazos cruzados, ni podemos permanecer como meros observadores".