Voy a comenzar esta columna haciendo un llamamiento al optimismo y a la esperanza. Hay motivos para creer, para soñar, para gozar, para disfrutar de una temporada de Fórmula 1 con protagonismo español. También quiero apelar a que luchemos contra la indiferencia. Esa enfermedad del ser humano que consiste en devaluar las cosas que son preciosas por el simple hecho de que se repitan o porque en algunos momentos se nos pasen inadvertidas. Que Carlos
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