Ledecky resiste el ataque de McIntosh y se impone en unos 800 metros libre inolvidables

Ledecky resiste el ataque de McIntosh y se impone en unos 800 metros libre inolvidables

La reina sigue siendo la reina. Desde la majestuosidad de su alto trono, desde el capitel divinizado de su columna decorada con las barras y estrellas, Katie Ledecky resistió el ataque de la máxima aspirante a destronarla, a destituirla, a reemplazarla: Summer McIntosh. En unos 800 metros inolvidables, nadados para el recuerdo y la posteridad, la reina madre devoró a la reina adolescente, a la desafiante (¿quizás insolente, irrespetuosa en sus pretensiones?), Summer McIntosh.

La osadía, en cualquier caso, estaba justificada y era de agradecer. McIntosh era la única nadadora que, desde 2010, le había ganado, en 2024, unos 800 a Ledecky. Y sólo ellas dos habían bajado este año de 2:06.00. Toda expectación estaba justificada. Pero la canadiense hoja de arce se hundió en el momento definitivo y, además, sucumbió a la bravura de la australiana Lani Pallister, que le arrebató la plata.

Ledecky y McIntosh se citaron en un punto neutral del programa natatorio. Los 800 metros son para Ledecky, que domina los 1.500, una distancia intermedia. Y pueden resultar demasiado largos para quien, como McIntosh, viene de los 400. Aparte de sus marcas, su triunfo en los 800 de los trials canadienses la animó a desafiar a la reina-diosa. Hizo bien, pero le salió mal en una prueba que no necesitó que se batiera el récord del mundo (8:04.12), en poder de la Ledecky de este mismo año, para fascinar y responder plenamente a la expectación suscitada.

Salida fulgurante

Ledecky salió a romper, a agotar a quien osara seguirla, a mostrar su jerarquía desde el principio, desde la primera brazada y la primera inhalación. McIntosh y Pallister aguantaban. Las tres, nadando por las calles centrales, viéndose unas a otras cada vez que se asomaban al mundo para respirar, marcharon por debajo del récord del mundo hasta los 550 metros.

McIntosh se puso en cabeza a los 700 metros. Fue un espejismo. Entonces, cuando las branquias arden, los músculos crujen y la mente flaquea, Ledecky dio un tirón y se fue hacia la victoria con 8:05.62. Pallister, inconmensurable, estuvo cerca (8:05.98). McIntosh, tierna a la postre dentro de su fortaleza, empequeñecida dentro de su grandeza, se rindió (8:07.29) a la vencedora y a la evidencia. No alcanzó su cuarto oro en estos Mundiales, que, sin embargo, también la coronan por tantas razones.

Ledecky, de todavía 28 años, con su séptimo oro en la prueba desde Barcelona 2013, cuando McIntosh estaba a punto de cumplir siete años, y con su medalla número 30 en unos Mundiales, es merecedora de los titulares más entusiastas. Y del título de Mejor Nadadora de la Historia. En un deporte con diversas especialidades, siempre es relativa una afirmación semejante. Pero orientándonos en el bosque de triunfos, de galardones y de forma de obtenerlos desde una edad temprana, no cabe duda de que Ledecky es, en la natación femenina, un hito único y todavía ampliable.

Viraje a su carrera

En cierto modo, MacIntosh ha dado un giro a su carrera con ese apetito de tratar de asaltar el Palacio de Verano, el que lleva su nombre, Summer, pero en el que habita Ledecky. Y lo va a dar técnicamente cuando, a partir de septiembre, deje a Fred Vergnoux, un entrenador asociado para siempre a Mireia Belmonte, y se traslade a la Texas University, bajo la égida de Bob Bowman, factótum de Michael Phelps y técnico de unos cuantos medallistas en estos Mundiales. Entre ellos Léon Marchand. A los todavía 18 años (cumplirá 19 el próximo día 18), Summer afronta un nuevo ciclo del que probablemente saldrá más fuerte.

Puesto que, pese a todo, existían más pruebas en la jornada, es de justicia mencionar a los vencedores: Gretchen Walsh (50 mariposa), Kaylee McEown (200 espalda), Cameron McEvoy (50 libre) y Maxime Grousset (100 mariposa). Y por fin Estados Unidos ganó un relevo, el 4×100 libre mixto, con récord del mundo (3:18.48). La prueba es aún joven y conocerá más récords. España terminó en séptima posición (3:24.87). Había batido en las semifinales el récord nacional: 3:24.48.

kpd