LeBron James se convirtió este martes en el primer jugador en la historia de la NBA que supera los 39.000 puntos sumando todas las anotaciones en sus 21 temporadas en activo
LeBron se presentó al partido entre Los Angeles Lakers y los Utah Jazz con solo 5 puntos por anotar para llegar a esa cifra y en el primer cuarto alcanzó ese registro gracias a un triple.
La estrella de los Lakers superó el pasado febrero a Kareem Abdul-Jabbar (38.387 puntos) para convertirse en el máximo anotador en la historia de la NBA, que en su registro oficial solo tiene en cuenta los puntos conseguidos en la temporada regular.
A punto de cumplir 39 años, LeBron sigue jugando a un nivel extraordinario en su temporada número 21 en la liga.
La magnífica carrera de ‘King James’ incluye hitos como sus cuatro títulos de la NBA (2012, 2013, 2016, 2020) y sus cuatro MVP de la temporada regular (2009, 2010, 2012 y 2013).
Tiene estas cosas Unicaja y presume de ellas. Forma un colectivo sin estrellas. O, al revés, con todos como estrellas. Un día brilla uno y al siguiente otro diferente. Pocos, sin embargo, aguardaban a Alberto Díaz como elemento absolutamente diferencial en toda una semifinal copera. Una tarde para enmarcar la del base (13 puntos, tres triples, siete asistencias...), una exhibición ante nada menos que el eterno Marcelinho Huertas, el mismo que desarboló el jueves a todo el Barça. El pelirrojo y Yankuba Sima (21 puntos y ocho rebotes, otro inesperado) devolvieron a los malagueños a toda una final copera dos años después del cielo de Badalona. [90-83: Narración y estadísticas]
El embrujo de la Copa se alimenta también y, sobre todo, de lo que va más allá de Barcelona y Madrid. De todos los que intentan y, a veces, consiguen destronar a los grandes, pocos proyectos como los de Unicaja y La Laguna Tenerife, espejos en tantas cosas estructurales (la continuidad en sus plantillas, el protaegonismo del producto nacional, disputar la Champions League de la FIBA...), tan distantes sin embargo en la cancha. Un clásico moderno, una rivalidad que en el Gran Canaria Arena tuvo otro precioso episodio. Triunfó Unicaja, como en la final de 2023 (hace un año en cuartos en el Martín Carpena se vengaron los insulares), y estará este domingo en la finalísima en busca de su quinto título en dos años.
Era, se suponía, una batalla de estilos. Del frenesí andaluz contra la pausa canaria, del plan de Ibon contra la sabiduría de Vidorreta, euskera en los banquillos. La cosa iba de quién impondría su ritmo, de cómo reaccionarían las veteranas piernas del Tenerife a la batalla durísima del jueves contra el Barça, en cuándo aparecerían los fantasmas pretéritos para ambos. Fue Unicaja el que amaneció más seguro de sí mismo, más dominador, apoyado en el rápido dominio en la pintura de Sima (nueve puntos en el arranque), en sus múltiples opciones ofensivas y, sobre todo, en lo incómodo que hacía su defensa la vida a los canarios.
Taylor, defendido por Joan Sastre, en el Gran Canaria Arena.ACB Photo
Pero lleva ocurriendo en la ACB un fenómeno curioso: Gio Shermadini, un pívot de otra época, tan lento y falto de tiro exterior como increíblemente efectivo en ese truco llamado pick and roll (que con Huertas y Fitipaldo es puro arte), resulta imparable. Su irrupción fue estruendosa, 10 puntos seguidos, master class al poste bajo, y una asistencia para el triple de Sastre que encendió la parte aurinegra de las tribunas del Gran Canaria Arena.
Unicaja logró contener el embiste y la igualdad se mantuvo hasta el descanso (38-39). Pero los de Ibon Navarro tenían localizados varios problemas serios por resolver. La defensa del pick and roll (después fue Fran Guerra el que les hizo mucho daño) y el acierto desde el perímetro, otra vez algo negados como contra el Joventut el jueves.
Alberto Díaz, defendiendo a Huertas, en el Gran Canaria ArenaACB Photo
También el Tenerife tenía sus lastres, demasiadas pérdidas y demasiados tiros libres fallados. Mientras unos y otros buscaban soluciones, apareció Huertas con dos triples y siguió un tremendo pim pam pum, pues Alberto Díaz sorprendió con tres de contestación, y Sima seguía a lo suyo, impresionante, como nunca se le vio, elemento ofensivo inesperado que hizo tambalearse a los de Txus Vidorreta, con la máxima en contra (72-60) para encarar el acto definitivo.
Era alerta roja, peor con un triple de Osetkowski (+15). Con el viento a favor y el acierto recobrado, Unicaja es un destructor. Al fin habían podido desatarse, jugar en transición, volar sobre el parque y la meta no estaba tan lejos. Pero evidentemente, aún había mucha faena: Tenerife se vino arriba con un 0-8 (triples de Doornekamp y Fitipaldo) y lo siguió intentando hasta el mismísimo bocinazo final. Un más que honroso semifinalista. Por muchas más batallas entre Unicaja y Tenerife.
Real Madrid 90 Joventut 73
LUCAS SÁEZ-BRAVO
@LucasSaezBravo
Madrid
Actualizado Jueves,
8
junio
2023
-
22:52El francés (27 puntos), lidera el trabajado triunfo de...
Era un 23 de febrero de 2020, apenas unos días antes de que el coronavirus apagara el mundo. Y era el cuarto partido de Santi Yusta con la selección, con la que había debutado en otras ventanas (en julio de 2018, contra Bielorrusia, con 21 años). Ante Polonia, la rodilla izquierda del de Torrejón, una de las perlas de la cantera del Real Madrid, hizo crack en el Príncipe Felipe de Zaragoza. Rotura del ligamento cruzado. casi un año de recuperación por delante en plena pandemia.
Aquel día salió llorando a hombros de sus compañeros. Anoche, en el Pazo dos Deportes de Ourense, lo hizo con una sonrisa que no le cabía en el rostro, ovacionado, reconocido en el medio de la pista y como héroe total de la selección. "Es un orgullo sentirme líder. Con todas las grandes estrellas que ha habido en la selección, que los niños digan mi nombre... Alienta a seguir disfrutando, a mejorar", reconoció después de haber torturado a Eslovaquia con 46 puntos en dos partidos.
Fue en una entrada a canasta pura potencia, una de sus señas de identidad, y una mala caída seguida de gritos de dolor. Aquel 2020 era su primer año fuera ya de la disciplina del Real Madrid (antes había estado cedido dos cursos en el Obradoiro) y todo eran estupendas señales de progresión, brillando con Txus Vidorreta en el Tenerife. Tardó 10 meses en volver.
Fue un reiniciar en Yusta (después también volvió a lesionarse en el menisco), quizá el único jugador de estas ventanas en tener eso que Sergio Scariolo tanto echa de menos, balones de responsabilidad en su club en la hora de la verdad. Santi es referente ahora en el Casademont Zaragoza, con el que las dos últimas temporadas ha promediado más de 11 puntos por partido (el curso pasado fue el máximo anotador español en la Liga Endesa). Y aunque esta la comenzó un poco por debajo en cuanto a rendimiento, en los últimos cuatro partidos ha vuelto a despegar.
Pero nada en su carrera como lo de estos días contra Eslovaquia. Otro héroe de las ventanas, como antaño lo fueron Quino Colom, Jaime Fernández, Fran Vázquez... Es más, quizá ya se le recuerde para siempre como el tipo del milagro de Bratislava, una acción de las que marca carreras. Acababa Santi -fan de la cultura japonesa, sus piernas lucen tatuajes de diferentes personajes de anime- de fallar un par de tiros libres clave, pero, ya a la desesperada, anotó un sensacional triple que mantenía a España con un hilo de vida. Después, con cuatro décimas por jugar, apareció de la nada para robar el saque de fondo local y clavar otro triple, lo nunca visto. España ganó en la siguiente prórroga. "Un poco de fe y un poco de suerte", se quitó importancia el alero.
Yusta celebra uno de sus triples a Eslovaquia.ALBERTO NEVADO / FEB
Con toda esa confianza, en Ourense fue el referente de principio a fin. Acabó con otros dos triples para sentenciar y un total de 25 puntos y 26 de valoración, pues aportó también cinco robos, cuatro asistencias y cuatro rebotes. "Pasé lo que pasé. Y dio la casualidad de que fue aquí con la selección", recordó el madrileño su calvario en forma de lesión, "ya el pasado". "Siempre que vengo aquí intento dar lo mejor de mí. Esta concentración ha salido todo, he estado disfrutando en la cancha. Esperemos que siga así en mi club", concluyó.
El billete al Eurobasket del próximo verano lleva su nombre. También el de otros como Carlos Alocén, con una historia también marcada por las lesiones y las vueltas a empezar. Scariolo lo sabe, pero quiere más de ellos. Quiere el siguiente paso en su crecimiento para que puedan derribar las puertas de un gran torneo. "Me han demostrado cosas. Es significativo lo que han hecho ambos y esperamos una continuidad de su rendimiento en sus clubes. Los dos saben los aspectos del juego que tienen que mejorar para poder ser candidatos un nivel superior. Creo que está a su alcance, en sus manos poder alcanzar ese punto a nivel físico, defensivo... de tener la convicción y la confianza para poder atacar el nivel superior", les lanzó.