Srdan, su padre, cuenta su historia en EL MUNDO y reflexiona sobre el éxito de Stefan, que a los 16 decidió irse a Anfield Road. Mañana se medirá al Madrid en octavos de Champions. Podría jugar con España o con Serbia.
Srdan Bajcetic siempre tuvo claro que su familia se iba a asentar en Vigo, la ciudad que les dejó prendados entre 1994 y 1997. El centrocampista serbio militó en el Celta durante tres temporadas, y aunque su carrera le llevó de nuevo a Serbia, a Portugal y a China, cuando colgó las botas sabía que su destino estaba de nuevo en Galicia. Y fue allí, en octubre de 2004, donde nació su hijo Stefan, que 18 años después ya es titular en el centro del campo del Liverpool de Jurgen Klopp, subcampeón de la Champions League y rival del Madrid este martes en los octavos de final.
«En el fútbol las cosas pasan a veces demasiado rápido. Nadie lo esperaba, la verdad», reflexiona Srdan al otro lado del teléfono. Mientras Bajcetic hijo se prepara para su primera eliminatoria continental, Bajcetic padre charla con EL MUNDO antes de dirigir un nuevo entrenamiento del Celta C. Así de curioso es el fútbol: el progenitor de la nueva estrella del Liverpool cuida el futuro de A Madroa, la cantera viguesa por la que pasó su hijo antes de hacer las maletas rumbo a Anfield Road.
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“Todo el día pegado al balón”
Los primeros años de vida de Stefan son la copia de casi todos los futuros futbolistas: «Estaba todo el día pegado al balón, casi arrastrándose porque apenas podía andar», recuerda el padre. A los cinco años le apuntaron al Val Miñor, la misma cantera de la que salieron Thiago y Rafinha Alcántara, y cuando su edad le permitió entrar en el Celta, la familia no lo dudó. Estuvo en el Celta desde benjamines hasta los 16 años, cuando el Liverpool contactó con el canterano celeste. «Nunca fue un estudiante brillante, le gustaba la Play y el fútbol».
Fue en un torneo que estaba disputando con la selección cadete de Galicia. «Le vieron unos ojeadores del Liverpool y se pusieron en contacto con nosotros. Pero Stefan era todavía un niño, no tenía ni 16 años. No podía ir a ningún sitio», resume Srdan. Pasaron los meses, apareció el Manchester United y la incertidumbre por el Brexit aceleró la operación. «Al principio, el Liverpool nos dijo que no podía y entonces nos llamó el United, que sí que lo hacían. El Liverpool se enteró y nos volvió a contactar para firmarle». Era diciembre de 2020 y Stefan acababa de cumplir 16 años. «El Celta no tiene el poder financiero para hacer contratos profesionales a esa edad. A veces se escapan. Para que no se escapen hay que ponerlos en el primer equipo y que los jóvenes se vean representados», razona Srdan.
“Se fue sin saber inglés y en pandemia”
Dos años después, Bajcetic sigue viviendo en Liverpool con la misma familia de acogida que le dio una habitación a él y a dos futbolistas de la academia red, pero «ha madurado», dentro y fuera del campo. «Se fue sin apenas saber hablar inglés y en plena pandemia, luego pilló el Covid, estuvo sin jugar, encerrado… Creo que todo eso le hizo madurar antes. Nunca dijo que era complicado ni que quería volver. Jamás. Lo tuvo siempre muy claro y ha sido muy profesional», admite su padre, con la emoción lógica del que va a ver a su hijo contra el Real Madrid pero con el freno de mano puesto, como buen conocedor de lo que es el fútbol.
La temporada pasada navegó entre el equipo sub’18 y el filial del Liverpool mientras se daba a conocer en las categorías inferiores de la selección española. Disputó tres encuentros con la sub’18 de la RFEF en septiembre de 2021 y el pasado verano fue convocado con la sub’19. Ahí comenzó su locura.
Hizo la pretemporada con el primer equipo de Klopp y al técnico alemán le encantó su aportación, tanto que ante las bajas en su centro del campo fue convocado en las primeras jornadas de Premier League, debutando contra el Bournemouth en agosto. Saltó al campo en tres partidos de Champions y el parón por el Mundial le dio la posibilidad de convencer todavía más a Klopp. Desde la vuelta de Qatar, ha disputado 9 de los 12 encuentros del Liverpool, los seis últimos, en plena previa contra el Madrid, como titular.
“El fútbol es propenso a darte hostias”
«Tuvo suerte y ha aprovechado una oportunidad inesperada», valora Srdan con frialdad. Aunque atiende amablemente la llamada y adora hablar de fútbol, no le gusta ser él quien elogie a su hijo: «Me llena de orgullo, claro, y esperemos que siga así, porque el fútbol es propenso a darte alguna hostia», confiesa, reflexionando sobre la adaptación de su hijo al Stefan al fútbol profesional: «Le veo bien, centrado y realista, consciente de que tiene que apretar para seguir ahí. Si veo que se confunde, le diré algo, porque la diferencia entre un jugador top y un bueno jugador es la cabeza y la mentalidad. Y ahora está más serio, ve las cosas y el fútbol de otra forma. Casi piensa más como un inglés», bromea. Él, que cada año observa a jóvenes promesas, sabe que el aspecto mental es clave para triunfar: «A los españoles a veces nos falta mentalidad, allí a veces tienen más sacrificio. Esa es la diferencia. Cualquier jugador de la cantera del Celta jugaría en la del Liverpool, seguro, la diferencia la hace después la cabeza».
En el horizonte de Stefan también planea una decisión importante: jugar para Serbia o España. Su padre quita hierro a la decisión: «Me parece poco serio hablar de eso, lleva pocos partidos como profesional. En una selección no juega cualquiera. Por poder, puede jugar en las dos, pero lo mismo luego no juega con ninguna. Sigue siendo un niño. Si le llaman, hablamos», sentencia.