Las futbolistas han afirmado a través de un comunicado que no están de acuerdo con las acusaciones sobre el técnico Juan Antonio García
Juan Antonio García ‘Randri’, entrenador del Alhama de Murcia durante un partidoAlhama CF ElPozo
Las jugadoras del Alhama Club de Fútbol ElPozo de Murcia han desmentido este martes haber denunciado un supuesto comportamiento inapropiado por parte de su entrenador, Juan Antonio García ‘Randri’, y han asegurado que en ningún momento se han sentido acosadas. Esta negativa se ha conocido tras la publicación de una información que ha señalado al técnico como autor de insultos y vejaciones.
En un comunicado difundido a través de la Asociación de Futbolistas Españolas, las jugadoras han afirmado que no están de acuerdo “en acusar al entrenador como un acosador sexual, algo que es de una enorme gravedad. Además, queremos subrayar que en ningún momento nos hemos sentido acosadas con gestos o hechos que pudieran vulnerar nuestra dignidad e intimidad personal y profesional”.
Las 17 futbolistas que han firmado el escrito sostienen que si estos hechos de los que se acusa al técnico se hubieran producido los “habrían denunciado de inmediato en todas aquellas instancias que fueran necesarias”.
El club murciano, por su parte, también ha negado los hechos y ha asegurado que “no consta ninguna queja por insultos, vejaciones o cualquier comportamiento similar”. Además, la entidad ha pedido el “máximo respeto” tanto para el equipo como para quienes conforman su plantilla.
El escenario, tan insólito, podría ser el siguiente. Cuando en unas semanas Sergio Scariolo anuncie la convocatoria de la selección absoluta para el próximo Eurobasket y, además, añada los nombres de la novedosa España B que la escoltará en su camino, pensando en futuro, se producirá el siguiente fenómeno: los sueldos de muchos de los jugadores del segundo combinando, más jóvenes ellos, serán superiores a la de la mayoría de los del primero. «Quitando a Santi Aldama (seis millones de dólares el próximo curso en los Grizzlies) y a los hermanos Hernangómez, los tres siguientes mayores salarios de jugadores españoles están en la NCAA», explican expertos en el mercado. La «revolución total».
Aday Mara, Baba Miller, Álvaro Folgueiras o Great Osobor ganan más que Llull, Garuba, Abalde o Brizuela. Por ejemplo. El mayor ladrón de talento del baloncesto nacional está al otro lado del charco y no es la NBA. Desde que en el verano de 2021 la liga universitaria se desprendiera de complejos y empezar a pagar a los jugadores a través del artilugio que denominó NIL (Name, image and likeness), el éxodo ha sido masivo. «Ocho de los 10 mayores proyectos de estrella del baloncesto español están formándose fuera». Ha dejado de ser una competición amateur: no pueden pagar a sus estrellas por sus logros deportivos, pero sí, por ejemplo, por su presencia en redes sociales o por participar en campañas publicitarias.
Lo que antes era rareza es ahora norma. Y al revés. Expoliados han sido Madrid y Barça, en cuyas oficinas empieza a plantearse aquello de para qué sirven sus canteras. Sergio de Larrea, campeón del mundo júnior en 2023 e inmerso a sus 19 años en los planes de Pedro Martínez en el Valencia que disputará la final de ACB, es excepción. «Seguramente ganaría más dinero en otra parte. Pero han cuidado de él y le están dando minutos... Cada decisión es un mundo», exponía hace unas semanas Juancho Hernangómez. El madridista Hugo González también entra en ese grupo, aunque el próximo draft de la NBA escribirá su futuro.
Este verano el fenómeno ha dado otra vuelta de tuerca. Es tal el músculo económico de las universidades americanas, que hasta jugadores que ya han se han asentado en ACB (o están en ello) han decidido dar el salto. Ahí están los casos de Rubén Domínguez (del Bilbao Basket a Texas A&M) o Mario Saint-Supéry (de estar cedido por Unicaja en Manresa a estar eligiendo destino en la NCAA) quien incluso abonará su cláusula de salida, en torno al medio millón de euros. También no españoles, claro. El belga De Ridder, también de Bilbao, dará el salto con casi 24 años. «Es una mezcla de todo. Lo más importante es lo económico, claro. En algunos casos es dinero que nunca van a ganar en Europa. Son salarios a los que en España sólo tiene acceso el Madrid y el Barcelona, oportunidades que no se pueden dejar pasar», explica Guillermo Bermejo, Director Europeo de la agencia You First, que desgrana un fenómeno «imparable».
Raúl Villar, con el Barça.ACB Photo
«Desde el momento en que se aprueba el NIL... El verano pasado ya se empiezan a pagar unas cantidades bastante altas. Y este año ha explotado completamente. Ante el anuncio de las normas que van a regular las cantidades pagar, tras el juicio que se está llevando a cabo, se han gastado el dinero. Va a seguir siendo un mercado que para chavales de 18 ó 19 años no existía antes y se van a seguir pagando grandes cantidades, pero seguramente no al nivel de este verano", explica, añadiendo los otros dos factores. "Por otro lado, la NCAA ha bajado la mano con los criterios de amateurismo. Antes, un jugador que hubiera cobrado de un club, era imposible. Ahora hay ciertos mecanismos que permiten eso", sigue. "Quizá la parte más compleja sea la académica. Lo que no quieren es que vayan jugadores con notas cuestionables o que no hayan aprobado el Bachillerato. Eso lo miran con lupa".
Los casos son incontables. Dame Sarr dejó tirado al Barça en plenos playoffs de la Euroliga para jugar Nike Hoop Summit, un torneo de exhibición. Lo que para cualquiera parecería una locura, tiene una argumentación. El italiano cobrará casi tres millones la próxima temporada en Duke. Del Barça también salta Raúl Villar (a Charlotte) o Mathieu Grujicic (a Ohio State), como el año pasado lo hizo Kasparas Jakucionis hacia Illinois. El éxodo en el Madrid es insólito: Gildas Giménez (Bella Vista CIA) y Sidi Gueye (Arizona) se unen a los que ya se fueron (Egor Demin, Ismaila Diagné, Jan Vide...). Juanma Ruiz, Guillermo del Pino, Lucas Marí, Ian Plattweuw... La lista es interminable.
Saint-Supéry, defendido por Huertas.ACB Photo
Una huida que no tiene por qué ser negativa, porque el panorama en España lleva siendo años desolador para el interés de los canteranos. "Esta temporada el número de jugadores seleccionables en ACB ha sido del 23%, un descenso paulatino cada año", protesta Alfonso Reyes, presidente de la ABP (sindicato de jugadores), que recuerda que los equipos españoles han estado años "esquilmando canteras de Europa y África" y ahora ven cómo el fenómeno se les vuelve en contra. Y que ve con buenos ojos, aunque "llega tarde y sin contar con la ABP", la liga sub 22 que este miércoles anunciarán la FEB y la ACB (con el respaldo económico, unos cinco millones de euros, del CSD) y en la que los equipos que participen (aún por confirmar) deben tener al menos seis jugadores seleccionables.
El caso es que la peregrinación es la comidilla del baloncesto europeo desde hace tiempo. Hace unos días, Juancho Hernangómez razonaba en Piratas del Basket: "Es una puerta que años antes no había y me parece una gran oportunidad. Si los chavales universitarios en cuatro años pueden ayudar a su familia y, por así decirlo, tener la vida hecha, ¿por qué no? ¿Cómo vas a decirle a un chaval de 19 o 20 años que no coja un millón y medio o dos millones?". "¿Quién les va a prometer minutos en ACB? Dime cuántos chavales están jugando en ACB", se quejaba. "Si se van a la NCAA, qué jugadores de 22-23 años va a haber aquí dentro de cuatro años. A qué se va a jugar, si la media de los equipos va a ser de 32 y 33 años. Me preocupa eso", exponía Ibon Navarro.
La FIBA ha intentado reaccionar, temiendo también por sus ventanas de clasificación en mitad de temporada, puesto que los chicos de la NCAA no iban a tener el permiso. "Las universidades están cada día más cerca de ser entidades comerciales, clubes profesionales, y eso desafía nuestro ecosistema", reconocía Andreas Zagklis, secretario general, que avisó: "No podemos quedarnos de brazos cruzados, ni podemos permanecer como meros observadores".
Agitando los brazos e invitando a los aficionados a sumarse a sus gritos. Así se dirigió el lunes por la tarde el entrenador del Real Valladolid, el uruguayo Paulo Pezzolano, a los miles de aficionados que celebraban en la Plaza Mayor el ascenso del equipo a Primera División.
Lo llamativo es que lo que Pezzolano coreaba era el "¡Pezzolano, dimisión!", que él ha escuchado en diferentes ocasiones a lo largo de la temporada. El club ha eliminado esta secuencia de sus redes sociales, en la que permanecen los momentos más destacados de la celebración blanquivioleta.
De hecho, el propio técnico uruguayo comenzó el acto desde el Ayuntamiento, al que llegaron tras el baño de masas por las calles de la ciudad en el bus turístico, cogiendo el micrófono y gritando lo que ya parece un himno entre los aficionados.
Tras un año tremendamente duro, tal y como él mismo reconoció, en un alarde de orgullo, ese que le ha permitido lograr el objetivo que se propuso en el inicio de temporada, ha sido el primero que sacó a colación la frase.
Pero, antes, el alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, ataviado con la camiseta blanquivoleta, junto a otras autoridades locales y autonómicas, dio la enhorabuena al Real Valladolid por lo conseguido.
"Esta ciudad os quiere", aseguró el edil vallisoletano, que se vio acompasado por los gritos y saltos de los jugadores, a los que representó el capitán, Jordi Masip, quien destacó el "honor" que supone haber representado a la ciudad.
También Ronaldo Nazario, presidente del club, participó en este homenaje institucional y, tras admitir que ha sido "un año muy duro", dio las gracias a la afición y terminó su corta intervención con un "Aúpa Pucela".
Uno a uno, todos los integrantes de la plantilla del ya equipo de Primera, se dirigieron, desde el balcón consistorial, a los más de 25.000 seguidores que se congregaron en la Plaza Mayor, según datos de la Policía Municipal.
Algunos de ellos, como Raúl Moro, especialmente alabados por los aficionados, puesto que ha sido uno de los mejores del cuadro pucelano, de ahí que le pidieran que se quedara el próximo año.
El que no habló fue Pezzolano. Tan solo inauguró ese encuentro con la gente con el ya recurrente 'Pezzolano dimisión', pero no quiso decir nada más, quizá para evitar que la fiesta se chafara con algún improperio inoportuno cuando, realmente, el gran protagonista de todo ha sido él.