El siete veces campeón de la Nascar s se preparaba para competir en la prueba de Chicago este fin de semana.
El piloto Jimmie Johnson, con su mujer Chandra Janway, tras una carrera.AP
El siete veces campeón de la Nascar Jimmie Johnson se ha visto sorprendido por una brutal tragedia familiar mientras se preparaba para competir en la prueba de Chicago. Los padres de su esposa, Chandra Janway, fueron encontrados muertos tiroteados junto a un sobrino del piloto, de 11 años.
Los cuerpos de Jack Janway, de 69 años; su esposa Terry Janway, de 68; y su nieto Dalton Janway fueron descubiertos el lunes en una casa de Muskogee (Oklahoma), explicó la portavoz de la policía de la ciudad, Lynn Hamlin, que aseguró que los investigadores sospechan que Terry disparó y mató a su marido y a su nieto antes de suicidarse.
La policía acudió a la vivienda después de que una mujer llamara al 911 para informar de un altercado con un arma antes de colgar, especificó la portavoz. Cuando llegaron al lugar hallaron a una persona cerca de la puerta principal de la casa y luego se escuchó un disparo dentro, donde los agentes encontraron a otras dos personas muertas. Hamlin confirmó que las tres personas muertas son los padres y el sobrino de la esposa de Johnson, Chandra Janway.
El equipo de carreras de Johnson, Legacy Motor Club, anunció en su cuenta de Twitter que retiraba su Chevrolet Carvana nº 84 del evento de la Nascar up Series de este fin de semana en Chicago. “La familia Johnson ha pedido privacidad en este momento y no se harán más declaraciones”, añade el equipo.
“Estamos tristes por la trágica muerte de los miembros de la familia de Chandra Johnson”, aseguró la NASCAR en un comunicado. “Toda la familia Nascar extiende su más profundo apoyo y condolencias durante este difícil momento a Chandra, Jimmie y a las familias de ambos”.
Cuatro personas fallecieron y al menos siete resultaron heridas después de que uno de los coches que participaban este domingo en un rally en Hungría se saliese de la carretera y se estrellase contra los espectadores de la prueba, informaron las autoridades del país.
Según un comunicado de la policía, el coche que participaba en el Esztergom Nyerges Rally, en el norte del país, se salió de la carretera y acabó estrellándose contra los espectadores, sin que por el momento se conozcan las causas.
Numerosas ambulancias y varios helicópteros de emergencias se desplazaron hasta el lugar de los hechos.
Entre los heridos dos de ellos están graves, uno de ellos un niño, que fue evacuado hacia el hospital con un pronóstico vital comprometido, según el personal médico citado por la agencia de prensa húngara MTI.
Inmediatamente después del accidente, que ocurrió entre las ciudades de Labatlan y Bajot, se detuvo la carrera.
La Federación Húngara del Deporte Automóvil envió sus condolencias a las familias de las víctimas e indicó que cooperaría con las autoridades judiciales para esclarecer lo sucedido. La policía investiga las circunstancias del accidente.
Los números dicen que España obtuvo en el Campeonato de Europa en pista cubierta celebrado en Apeldoorn (Países Bajos) cuatro medallas (un oro, una plata y dos bronces). Por reconocible, el dato arroja certezas. Por analizable, admite matices.
Para empezar, han existido más medallas de bronce que de oro y plata. De hecho, han supuesto la mitad del botín. Todo el bronce ha sumado lo mismo que el oro y la plata juntos. Eso no es favorecedor. Todas las medallas son buenas, pero unas mucho más que otras. A la hora de jerarquizar el medallero, el oro pesa más que el conjunto de platas y bronces. Un país con un único oro irá en el medallero por delante de otros que sólo tengan platas y bronces, por abundantes que sean. España ha logrado, en la historia de los Europeos indoor 35 oros, 50 platas y 40 bronces. El oro, ya se ve, escasea frente a la suma del resto de metales preciosos.
Regresando a la actualidad aún caliente en sus ecos de Apeldoorn, España mejoró el resultado de Estambul2023 (un oro y una plata). Pero empeoró los de Torun2021 (uno, dos, dos), Glasgow2019 (tres, dos, uno) e incluso, a igual cifra, pero menor valor, Belgrado2017 (uno, dos, uno).
Sí mejoró, en cambio, la cantidad de finalistas: 15. Un aspecto positivo, pero que, como todos los demás, en la ausencia de contrastes llamativos (12 en Estambul, 13 en Torun, 13 en Glasgow y 14 en Belgrado), no dice mucho. O dice algo, pero en voz baja. Habla de regularidad, que suena mejor que estancamiento. A Apeldoorn no viajó Jordan Díaz. Ni María Vicente. Y Quique Llopis, con molestias, no pudo correr una final de vallas que le sonreía. Y, en la longitud, Lester Lescay, a pesar de su bronce, y el excelente Jaime Guerra estaban lesionados.
Paula Sevilla, en acción en Apeldoorn.NICOLAS TUCATAFP
Pero, en esencia, presencia y potencia, enviamos a Apeldoorn lo mejor del arsenal, con una figura mundial como Ana Peleteiro, porque Europa se adapta más a nuestras hechuras, y la pista cubierta, aunque nunca faltan estrellas, no es el campo en el que se vuelca la mayoría. En el Mundial de Nangjing (China), los próximos días 21, 22 y 23, habrá más que en Apeldoorn. Pero donde abundarán hasta la saturación será en el Mundial a cielo abierto de Tokio, en septiembre.
La pista cubierta, el atletismo de bolsillo, es un escenario orientativo más que referencial a la hora de extrapolar sus resultados a la pista al aire libre. Dura muy poco y está plantada en unas fechas impropias. Es la versión invernal, recortada en el programa, de una actividad de verano. Y aunque ello exhibe la riqueza de un deporte capaz de expresarse con belleza en cualquier estación y en cualquier marco, sugiere más que afirma.
Y esta vez ha sugerido que el atletismo español sigue siendo, en conjunto, una potencia media europea, lo que se traduce en una pequeña potencia mundial. Es, por esencialmente joven y multirracial, un atletismo atractivo y asomado al futuro. Se reconoce incompleto porque sigue siendo deficitario en numerosas modalidades, femeninas y masculinas: los lanzamientos, la pértiga, la altura (un desierto vertical sin Ruth Beitia)...
Attaoui, durante el 1.500 del Europeo indoor.Peter DejongAP
Pero, tierra de mediofondistas sostenidos y renovables (García, Ben, Attaoui, Canales), va ganando enteros en la velocidad. La existencia de tres vallistas de alta gama, Quique Llopis, Asier Martínez y el prometedor Abel Jordán, también con molestias en Apeldoorn, supone una muestra representativa.
En una mezcla de ilusión y consagración, lo mejor del Europeo, aparte, naturalmente, del oro de Peleteiro, llevó el nombre de Paula Sevilla con una prestación que va más allá de su bronce en los 400. Una recompensa resumen de la magnífica actuación individual y colectiva de nuestra gente, todo un ejército compacto, en la prueba. Procedente de la velocidad, sobre todo de los 200, sus 50.99 igualaban el récord de Sandra Myers de 1991. Esa marca vale, al aire libre, otra por debajo de los 50. Myers mantiene 49.67 desde, también, 1991. Bajar de los 50 segundos es cruzar la gran frontera internacional. Aguarda a Paula.