La cuenta atrás para París 2024 ha comenzado. En la ciudad griega Olimpia, que albergó los primeros Juegos Olímpicos de la antigüedad, ha tenido lugar la ceremonia oficial para encender la clásica llama olímpica.
La tradición de este acto señala que las mujeres, que interpretan a sacerdotisas ataviadas con largas ropas plisadas, ofrecen una plegaria al Dios Apolo para, posteriormente, inclinar la antorcha llena de combustible sobre un espejo parabólico y que los rayos de sol hagan prender el fuego.
Pero en esta ocasión, el cielo nublado en Olimpia ha provocado que el encendido se haya realizado con una llama de reserva que había sido conservada desde el último ensayo general.
La actriz griega Mary Mina, acompañada del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, ha sido la encargada de prender la llama que recorrerá durante los próximos 11 días el país heleno.
“En estos tiempos difíciles, en que las guerras y conflictos se multiplican, la gente está cansada del odio. Aspiramos a algo nuevo, que nos reúna y dé esperanza. La llama que encendemos hoy simboliza eso”, ha señalado el presidente.
El presidente del Comité de Organización para los Juegos de París, Toni Estanguet, también ha compartido la visión de Bach: “Son más que nunca una fuerza de inspiración, para todos nosotros y las generaciones futuras”.
Según el recorrido oficial, la llama pondrá rumbo a Francia el día 26 de abril y llegará a Marsella el día 8 de mayo. La ceremonia inaugural será el 26 de julio en la capital francesa.
LUCAS SÁEZ-BRAVO
@LucasSaezBravo
Actualizado Domingo,
17
diciembre
2023
-
20:26El esloveno del UAE ha confirmado su presencia en la Grande Partenza el...
Aquí nunca se falla. "Ya estoy feliz con lo que he logrado. Si consigo otra medalla, perfecto. Si no, estaré satisfecho igual", comentaba Saúl Craviotto antes de la ceremonia de inauguración de estos Juegos de París, pero... ¿Cómo creerle? A sus 39 años Craviotto venía sí o sí a por su sexta medalla olímpica junto a sus compañeros Marcus Cooper,Carlos Arévalo y Rodrigo Germade y se la colgó este jueves en la final K4-500: un bronce. Su 'Last Dance', su última clase magistral, para superar a DavidCal como español con más medallas de la historia: menudo honor. Ahora son dos oros, dos platas y dos bronces.
En el pantalán de llegada, sentado, lloraba de la mezcla de emociones: alegría, liberación y disgusto. Porque durante buena parte de la regata Craviotto, Cooper, Arévalo y Germade se vieron con el oro al cuello, la medalla que se le escapó en los Juegos de Tokio 2020 -fueron plata-, pero al final no pudo ser. Alemania, otra vez Alemania, adelantó para ganar y el segundo puesto fue para Australia, también en remontada. Pasaron cinco minutos hasta que Craviotto no levantó cabeza y lo hizo para aplaudir a otros españoles, en este caso, a Joan Antoni Moreno y Diego Domínguez.
Media hora antes de la final del K-500 que lidera Craviotto, Moreno y Domínguez había conseguido otro bronce en el C2-500 y ellos sí, estaban eufóricos, exultantes, viviendo el mejor momento de sus vidas. Viendo su celebración en el podio, Craviotto sólo podía animarse. De 24 y 21 años, en sus primeros Juegos Olímpicos, lograron el metal en una remontada que acabó en photo-finish. Durante toda la prueba fueron cuartos, pero el sprint final los llevó a emparejarse con varios rivales. Al final, con China muy destacada, la pareja italiana se llevó la plata, los españoles, el bronce y luego los dúos de Rusia, Alemania, Hungría y República Checa, todos en el mismo segundo.
Dos bronces en el piragüismo, dos medallas más para confirmar una certeza: lo intenta España en tierra, pero al final es un país de mar. En la historia de los Juegos Olímpicos pelean la vela y el piragüismo por ser el deporte con más medallas y este jueves resultó decisivo. Se hundió el 470 de Jordi Xammar y Nora Brugman y florecieron el C2 500 y el K4 500. Ahora, por las 22 conseguidas sobre un barco, quienes reman cuentan con 23 con cinco oros, 10 platas y ocho bronces. La tradición es profunda, más en las aguas tranquilas, donde ya triunfaba Herminio Menéndez o Luis Gregorio Ramos en hace 50 años y ahí siguen, con el relevo de David Cal hace no tanto y ahora con Saúl Craviotto, elevado a los cielos, el olímpico español más laureado de la historia, pese a su disgusto.
Pasaron los minutos, uno, dos, cinco, 10, 30 minutos, y Paula Badosa seguía sentada en el suelo del gimnasio de jugadores del Melbourne Park, con su raquetero rojo Wilson por allí tirado, de espaldas a las pantallas. Al llegar, su cara era un poema y sólo su entrenador y amigo de toda la vida, Pol Toledo, se atrevió a acercarse para animarla y, sobre todo, para acompañarla. Después fue soltándose en la conversación, recordando los puntos claves de su derrota, liberando la amargura. Y finalmente, cuando llegó su rival y gran amiga, Aryna Sabalenka, recuperó la sonrisa e incluso se entregó a la broma. ¿Qué le iba a hacer?
Acababa de perder por 6-4 y 6-2 en sus primeras semifinales del Grand Slam, pero apenas podía reprocharse nada. Sabalenka fue muy superior. Su condena y su consuelo. Al llegar al vestuario, la bielorrusa la abrazó, le recordó que perdió tres semifinales grandes antes de jugar su primera final de un Grand Slam en el Open de Australia de 2023 y aceptó su lamento. «Le he dicho que era injusto que jugara a ese nivel precisamente ante mí, que era como si estuviera jugando a la Play», reveló la española, y no le faltaba razón.
Ante ella, Sabalenka fue más Sabalenka que nunca, más Sabalenka si cabe. Más allá de los dos primeros juegos, cuando cometió hasta cinco errores no forzados, y permitió a Badosa colocarse con 2-0 y 40-0 a favor, fue un vendaval, puro espectáculo. «No tengo mucho que decir. El nivel de Aryna ha sido impresionante, jugó como la número uno que es y no pude hacer mucho más para ganarla. Todo lo que tocaba se convertía en oro. Diría que ha sido su mejor partido de los últimos meses», analizaba Badosa, que al menos se llevó una promesa.
La amistad no se toca
Desde que se enfrentaron por primera vez, hace cuatro años en Cincinnati, las dos rivales han alimentado una amistad que en los últimos tiempos se ha vuelto más intensa. Residentes ambas en Dubai, suelen compartir los domingos, único día sin entrenamientos, y así lo muestran en redes sociales con el hashtag Sabadosa. Por eso al acabar el partido en Melbourne, Sabalenka no dudó en prometer que el próximo día que vayan de compras juntas por el emirato le regalaría a Badosa «lo que quiera» y ésta aceptó el presente: «Le pediré algo caro, sin duda. Han doblado el prize money [ganará 1,1 millones de euros como finalista y 2,1 millones si se lleva el torneo] así que no tendrá problemas para pagarlo».
SAEED KHANAFP
«La semana que viene volveré a estar en el top10 del ranking WTA y en los últimos meses soy una de las cinco jugadoras que más partidos ha ganado. Para mí eso es una locura, una mejora muy loca, sobre todo mental. Estoy muy orgullosa de haberme enfrentado a un desafío así y haberlo superado», confesaba Badosa sobre su resurrección, del número 140 de la lista mundial al número 10, donde aparecerá el próximo lunes. Su cambio ha sido físico, evidentemente, olvidada ya su fractura de estrés en la espalda, pero sobre todo psicológico.
En Melbourne se ha visto la versión más madura de la española, incluso en los malos momentos, como fue la semifinal de ayer. Pese a la ferocidad de su adversaria, nunca le giró la espalda al partido, siempre entera, no se desesperó en ningún momento. Si acaso, ya en los últimos juegos, soltó una carcajada después de un winner de Sabalenka que el público de la Rod Laver respondió con complicidad. «Le doy a mi torneo un nueve de nota. Un 10 ya sabéis qué hubiera sido, ganar el título, pero ha sido un nueve» aseguró Badosa.
Ahora, México y Estados Unidos
Ahora, después de un descanso, viajará a Norteamérica para disputar el WTA 500 de Mérida, en México -ya está confirmada- ,y los WTA 1000 de Miami e Indian Wells y luego será candidata a todo en la gira de tierra batida que acabará en Roland Garros. Después de vencer a Coco Gauff en cuartos del Open de Australia, sólo Sabalenka parece inalcanzable, más después de la derrota de Iga Swiatek en la otra semifinal ante Madison Keys por 5-7, 6-1 y 7-6(8).
«Es el paso que me queda por dar. Para vencer a Aryna tengo que sacar la mejor versión de mí en todo momento, jugar el mejor partido de mi vida. Con ella recibes golpes ganadores todo el rato, no te da tiempo a pararte y pensar. Te exige muchísimo», concluyó Badosa antes de marcharse orgullosa del Melbourne Park después del que ha sido el mejor torneo de su vida.