La guerra entre Barcelona y Madrid por la Fórmula 1 con la segunda Alonsomanía como testigo

La guerra entre Barcelona y Madrid por la Fórmula 1 con la segunda Alonsomanía como testigo

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Montmeló se asegura un lleno el domingo ante la amenaza del proyecto en IFEMA. “Nuestro trabajo se puede ver, no es un proyecto”, dice el director del trazado.

Alonso saluda a los aficionados, este jueves en Montmeló.Siu WuEFE

Detrás de la grada principal, un tumulto. La Fórmula 1 llega al circuito de Montmeló y, antes de que los monoplazas aparezcan, cientos de aficionados pasean por el asfalto, se suben a los simuladores y curiosean en las tiendas. La mayoría se frenan frente al stand de Aston Martin . Hay ganas de arrasar con la mercadotecnia de Fernando Alonso, pero los precios -una gorra, 50 euros; una camiseta, 90; una chaqueta, 280 euros- contienen los ánimos. Da igual, el éxito del Gran Premio parece asegurado. Es jueves y el lleno ya se huele. Nada que ver con el triste tramo entre 2015 y 2019, cuando nadie acudía al trazado los días previos y el domingo, con suerte, se alcanzaban los 80.000 espectadores.

«Este año vamos a superar los 100.000 aficionados, seguro», proclama el director del circuito, Josep Lluís Santamaría, en conversación con EL MUNDO y al mismo tiempo señala una novedad: «Y habrá muchos, muchos son jóvenes». Tiene razón: en la fan zone se nota.

Poco queda de la primera Alonsomanía, aquella marea de asturianos que abarrotó Montmeló con gradas supletorias superpuestas una encima de la otra -se llegaron a pasar los 140.000 espectadores-; los nuevos aficionados llegan de todas partes de España y son adolescentes, veinteañeros, treintañeros como mucho. No vieron a Alonso superar a Michael Schumacher o lo hicieron cuando iban a Primaria, pero sí lo han visto en TikTok y en el documental Drive to Survive de Netflix. «Fernando es muy importante para mí. Le sigo desde 2005 y ha habido años duros, pero ahora ha vuelto. Llevaba 10 años esperando que luchara por las victorias», explica José, de Barcelona, de 29 años, fan desde los 11.

El efecto de las elecciones

Es un ejemplo del nuevo público. De hecho, las entradas para algunas tribunas han tardado más en venderse -van de los 264 a los 484 euros-, pero volaron en la grada Carlos Sainz -180 euros- y sobre todo en la pelouse joven -49,5 euros-. «Siempre hemos tenido un aficionado experto, que sabe de reglamento y reglajes, pero ahora está creciendo otro tipo de fan. Por eso es importante que haya más cosas, actividades, conciertos, además de lo que ocurre en la pista», comenta Santamaría, responsable del circuito de Montmeló, que advierte un futuro diáfano gracias a este nuevo boom de la Fórmula 1 con una única amenaza: Madrid. La posible marcha del Gran Premio de España en 2027 -cuando acaba el actual contrato- a las instalaciones de IFEMA, en Madrid.

Un miembro del circuito reconocía ayer a este periódico que en el lugar se siguieron con nerviosismo los resultados de las últimas elecciones. La derrota de Ada Colau en Barcelona parece una buena noticia, pues la capital catalana puede elevar su inversión en la instalación, contenida en los últimos tiempos, pero la mayoría absoluta del Partido Popular tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento de Madrid multiplica el peligro.

¿El proyecto de Madrid supone una amenaza para el circuito de Barcelona?
Nosotros tenemos 33 años de historia aquí, antes habíamos estado en Montjuïc y, antes, en Pedralbes. Tenemos contrato hasta 2026 y estamos centrados en sacar adelante el Gran Premio de la mejor manera posible. Esa es nuestra realidad: lo que hacemos, no lo que hablamos. Nuestro trabajo se puede ver, no es un proyecto.

El director del circuito, Josep Lluís Santamaría, asegura que «las relaciones con la Fórmula 1 son excelentes» y que sus instalaciones «se siguen poniendo al día» para retener el Mundial, pero la incertidumbre sobrevuela el Gran Premio entre el disfrute por la aparición de una nueva afición al motor. «También hay muchos circuitos que funcionan sin Fórmula 1», añade Santamaría, que promete larga vida al circuito incluso sin el Gran Circo. El impacto económico en la región se perdería -se estima entre 160 y 180 millones-, pero el trazado también dejaría de pagar el canon de la Fórmula 1, que supera los 20 millones.

La opinión de Alonso y Sainz

Con todo, lo esencial ahora es que tanta gente, que tanto nuevo aficionado, se lo pase bien el domingo. «Lo importante es que haya una carrera de Fórmula 1 en España cada año. Que sea en Barcelona o en Madrid no es tan importante», analizaba este jueves Carlos Sainz.

«Estoy a gusto en Barcelona y también lo estaría en Madrid. Me gustan más los circuitos clásicos, pero depende del interés de las regiones implicadas», añadía Fernando Alonso, que celebraba el aumento de fans, pero se apartaba de un debate que apunta a largo: «En 2027 no sé si estaré en la F1 o lo veré en el sofá».

kpd