El tenis guardó otro desenlace de una crueldad casi intolerable para Alejandro Davidovich en el Rock Creek Tennis Center. “Otro día más, otro día sin suerte”, sentenció el malagueño tras perder la final de Washington frente a Alex de Miñaur (5-7, 6-1, 7-6 [3]), un partido de más de tres horas donde desperdició tres match balls.
“Lo di todo, la verdad. Jugué con confianza, no me limité a devolver la bola. Al final ganó él. Quizás este sea uno de esos partidos que a veces salen así”, admitió Davidovich, que el pasado febrero vivió un trauma similar durante la final de Delray Beach. Entonces cayó frente a Miomir Kecmanovic (3-6, 6-1, 7-5) cuando ganaba 5-2 al resto en el tercer set y disponía de dos puntos de partido. Desde entonces sólo ganó ocho de los 26 puntos en juego para ceder el título después de 130 minutos.
En esta ocasión, el español desperdició su mejor opción en el décimo juego del set definitivo. Era su tercera bola de campeonato, pero De Miñaur la neutralizó con un globo defensivo que rozó la línea por milímetros. “Estaba 100 % seguro de que se iba afuera, y para ser sincero, me sorprendió que no lo cantaran”, confesó el australiano. “En ese momento sentí que los astros se habían alineado y que este partido era para mí”, añadió.
“”Es cuestión de tiempo”
“Es cuestión de tiempo, porque es un tenista increíble”, reveló De Miñaur cuando le preguntaron por las opciones de Davidovich de alzar finalmente un trofeo. Además de las dos citadas, el discípulo de Félix Mantilla y David Sánchez tampoco pudo resolver las finales de Montecarlo 2022, donde cayó ante Stefanos Tsitsipas (6-3, 7-6 [3]), y Acapulco 2025, cuando perdió frente a Tomas Machac (7-6 [6], 6-2).
Pese a este durísimo revés, los puntos en este ATP 500 catapultan a Davidovich al 19º puesto del ránking, por lo que por vez primera en su carrera se cuela en el top-20 de la ATP.
Cuando, a eso de las seis de la mañana hora española, Sams Charania, el gurú de los traspasos de la NBA, escribió que Luka Doncic iba a jugar con los Lakers, muchos de los aficionados pensaron que habían hackeado la cuenta del periodista de la ESPN. A esa hora estaban aún disputándose varios partidos y se han hecho virales las imágenes de los jugadores (Kevin Durant entre ellos) visualizando en sus smartphones (y alucinando) la noticia. Enseguida se desataron los tópicos. Terremoto, bomba... Lo cierto es que pocas veces la mejor liga del mundo de baloncesto había presenciado un intercambio de estrellas como el del domingo.
Es único, quizá el más grande de siempre (el tiempo reafirmará), por los protagonistas, por la entidad de las franquicias y por el momento. A los Lakers, que todavía presumen de la excelencia de LeBron James a sus 40 años, acude una estrella planetaria que aún no ha cumplido los 26. Un equipo, el segundo más laureado de la historia (y esa pugna con los Celtics tiene tanto que ver), que ya en el pasado firmó alguno de las adquisiciones más contundentes de la historia, desde Abdul Jabbar a Shaquille O'Neal, pasando por Pau Gasol, al que ficharon desde Memphis otro 1 de febrero (de hace 17 años).
Uno de los elementos más asombrosos del movimiento se sostiene en el secretismo absoluto. No lo sabía el propio Doncic, no lo sabían los entrenadores de ambas franquicias (ni Jason Kidd ni JJ Redick), no lo sabía Anthony Davis y, al parecer -aunque resulta algo increíble teniendo en cuenta que Rich Paul, su agente y confidente, estaba en la operación-, tampoco LeBron, que se enteró cenando en Nueva York después de ganar y exhibirse en el Madison.
LeBron y Doncic.KEVORK DJANSEZIANAFP
Y la intrahistoria también contiene un buen puñado de porqués sin despejar. El principal, la gran incógnita que desata rumores y polémicas, que deja boquiabiertos a General Managers rivales, es la de la razón por la que los Mavericks decidieron (fueron ellos los que llamaron a la puerta del Staples, allá por el 7 de enero) prescindir de un genio que les llevó a las pasadas Finales de la NBA y que se encuentra en el esplendor de su carrera.
A eso respondió, con más o menos argumentos, el principal hacedor y señalado. Nico Harrison, General Manager de los Mavericks y ex gurú de Nike, es el único que ha hablado públicamente (lo hizo en The Dallas Morning News). Dijo que para ganar campeonatos hace falta "defensa", un dardo de doble filo, elogio a Anthony Davis y crítica a Doncic. "Realmente sentimos que nos adelantamos a lo que iba a ser un verano tumultuoso, con Luka Doncic siendo elegible para el contrato supermax y también a un año de poder optar por no participar en cualquier contrato", se sinceró, exponiendo sin tapujos alguna de las razones de fondo del movimiento.
Jason Kidd y Nico Harrison, explicando el traspaso.Sue OgrockiAP
Los Mavericks estaban abocados a firmar al ex madridista el mayor contrato de la historia, más de 345 millones de dólares para las próximas cinco temporadas. A Doncic sólo le valía eso. Es decir, no iba a aceptar una oferta menor. Con lo que, de no ponérselo encima de la mesa, en Dallas contemplarían una última temporada, la próxima, de su estrella, que luego se iría como agente libre. Sin nada a cambio. Al parecer, según ha informado Tim McMahon -periodista que el mes que viene publicará la biografía no autorizada de Doncic-, la gerencia de los Mavericks estaba muy preocupada por los constantes problemas de condición física de Doncic.
Lleva sin jugar desde el día de Navidad por una lesión en el muslo (no ha disputado más de 70 partidos en una temporada desde su año de rookie) y los ataques a su sobrepeso han sido constantes. Una razón al parecer definitiva para que los Mavericks, que en unas horas perdieron más de 700.000 seguidores en Instagram, decidieran pensar en presente y no en futuro. Sólo hablaron con otra franquicia, los Bucks de Giannis Antetokounmpo.
Porque, a corto plazo, parece que hay un vencedor. Jason Kidd manejará un quinteto para ganar ya con Kyrie Irving, Anthony Davis, Klay Thompson y PJ Washington, entre otros. Pero los Lakers, que necesitarán encajar a Doncic y reforzarse con algún pívot, firman un heredero para una década. Un nombre propio con el que sacar brillo a su glamour, como siempre presumieron. Otro más a una lista interminable: desde Jerry West hasta Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar, Magic Johnson, Shaquille O'Neal, Kobe Bryant, LeBron James o Anthony Davis.
Mundial femenino
0-4 en Wellington
IRIA OTERO
@IriaOtero_
Actualizado Lunes,
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2023
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