Acaba el partido y, gane o pierda, Carlos Alcaraz se sube a la bicicleta estática. Una rutina que ya ha hecho tradición, un ejercicio que le permite desentumecer, relajar, estirar. No falló este miércoles, pese a la eliminación en cuartos del Open de Australia a manos de Alexander Zverev, y fue allí mismo, en medio del gimnasio, cuando empezó a analizar lo ocurrido. Le abrazó primero su hermano mayor Álvaro, después su representante Albert Molina, más tarde su fisioterapeuta Juanjo Moreno y, al final, le abrazó su entrenador en este Grand Slam, Samuel López, para hacer un estudio conjunto. ¿Por qué? ¿Por qué Zverev fue tan superior?¿Por qué Alcaraz no tuvo apenas oportunidades?
«No sé qué decir, no sé qué ha pasado. Ahora mismo estoy en caliente y no sé qué conclusiones sacar. Seguro que llegaremos a conclusiones con mi equipo y todos juntos mejoraremos. A nivel mental no puedo tener estos lapsus, esta sensación de no encontrar el feeling. Puedo jugar mejor o peor, pero tengo que mantener mis golpes. Esto no puede volverme a ocurrir, lo tengo que mejorar», comentó Alcaraz que aseguró que no le había afectado la ausencia de su entrenador de siempre, Juan Carlos Ferrero, ausente en Melbourne tras una operación de rodilla.
Más que lamentarse por la actuación propia, Alcaraz quiso ensalzar la actuación de su rival, Zverev, ya convertido en una especie de bestia negra. El alemán ya es quién le ha ganado más veces -cinco-, con un balance muy claro sobre cemento -una victoria del español y cuatro derrotas-. «Sascha jugó un gran partido. Empezó como tenía que empezar y como yo creía que iba a hacerlo, agresivo al saque. Contra jugadores de este nivel es difícil remontar y volver», añadió el español que ahora, en lo que queda del torneo, arriesga su posición en el ranking ATP. Pese a que recortará distancias con Novak Djokovic por el número uno, si Daniil Medvedev se lleva el título le arrebatará el número dos y le bajará al tres.
El calendario que viene
Ahora Alcaraz regresará a casa, a Villena, para seguir mejorando con Ferrero -habló de entrenar más el saque- y encarará la larga temporada que le espera. En febrero volverá a hacer la gira sudamericana de tierra batida, con los ATP 250 de Buenos Aires y el ATP 500 de Río de Janeiro confirmados, en marzo defenderá su título en el Masters 1000 de Indian Wells y sus semifinales en el Masters 1000 de Miami y ya en primavera regresará a Europa para encarar los torneos de arcilla -Godó, Madrid, Montecarlo y Roma- y el segundo Grand Slam del año, Roland Garros.
«Nadie es perfecto. No voy a excusarme en la edad, pero tengo 20 años. Sé que no puedo tener estas desconexiones, que es algo que debo mejorar. Lo bueno es que lo sé y que tengo que trabajar en ello. Si miro atrás, antes me pasaba más y ahora menos», valoró Alcaraz, positivo pese a su derrota ayer en Australia. Según comentó, para él, ahora el favorito para llevarse el título es Novak Djokovic por su experiencia a cinco sets, aunque aplaudió el «tenis increíble» de Jannik Sinner en lo que va de torneo. «Veré esa semifinal, eso seguro», comentó el español en rueda de prensa.