El Madrid firma la cesión del gallego y se guarda una opción de compra por 1,5 millones.
Joselu celebra un gol con España.JOHN THYSAFP
El 21 de mayo de 2011, el Real Madrid de Jose Mourinho afrontaba la última jornada de Liga con el título perdido ante el Barcelona. La cita era un compromiso sin más, pero los blancos se desquitaron con el Almería, colista de aquella temporada. Marcaron Cristiano Ronaldo (2), Adebayor (3), Benzema (2) y un chico del filial que debutó ese mismo día. Joselu Mato, nacido en Stuttgart en 1990, criado en el pequeño pueblo gallego de Silleda y llegado a Valdebebas en 2009 tras tocar el techo del primer equipo del Celta, saltó al campo aquella tarde y marcó el octavo tanto del Madrid a pase de Cristiano Ronaldo. Así de rápido, así de fácil. Como los dos goles que metió en los minutos 83 y 85 con España ante Noruega en marzo y como el 2-1 que anotó contra Italia en el 88 de la semifinal de la Liga de Naciones. Todo eso necesita el Madrid.
Doce años después de su debut, el delantero vuelve al Santiago Bernabéu convertido en ‘pichichi’ español y en nuevo tanque de Chamartín, que recupera las garantías en el rol de delantero suplente tras demasiados años dependiendo única y exclusivamente de Karim Benzema. Joselu llega cedido desde el Espanyol, que acaba de descender a Segunda División, a cambio de 500.000 euros y con una opción de compra de 1,5 millones, convirtiéndose en el cuarto fichaje del verano madridista después de Fran García, Brahim Díaz y Jude Bellingham.
El futbolista pedía retos más interesantes después de anotar 16 goles en la Liga y la economía del conjunto perico agradecerá liberar una de las fichas más importantes de la plantilla a pesar de perder toda su capacidad goleadora.
Su aterrizaje en Valdebebas supone recuperar para la causa madridista a un delantero rematador, una especie en extinción en el coliseo blanco. Desde la salida de Álvaro Morata en 2017, el atacante suplente más destacado ha sido Mariano, que apenas ha contado para sus entrenadores. En su último año en el Madrid, Morata llegó a 15 goles y se convirtió en el mejor suplente de la competición. Antes que él, el ‘9’ madridista había estado dividido entre Benzema e Higuaín, dos futbolistas más que contrastados.
Joselu ha marcado tres goles de cabeza y ha sido el tercer jugador que más centros ha rematado (15), por delante de los 13 de Benzema, y el sexto que más lanzamientos a puerta ha realizado tras recibir un pase en profundidad. Es decir, mezcla potencia en el juego aéreo con una interesante inteligencia en el juego al espacio.
Desde que dejara la Premier en 2019 para fichar por el Alavés, es el quinto futbolista que más goles acumula en el fútbol español (52), por detrás de Benzema (90), Iago Aspas (58), Gerard Moreno (57) y Leo Messi (55). Su experiencia en la competición está más que contrastada.
Además, fuera de los registros goleadores, destaca su dominio de otras situaciones. Ha sido el líder de la Liga en duelos ganados por encuentro (8,1), una estadística que también le ha hecho recibir muchas faltas: el noveno de la Liga que más infracciones ha sufrido.
De repente, un balón cae desde una pequeña jaula suspendida en lo alto del pabellón. Suena una bocina gigante, ocho tubos lanzan humo desde ambos fondos del campo y dos futbolistas, cual gladiadores que luchan por su vida en el Coliseo romano, corren desesperados hacia la pelota, que cae sobre el círculo central. Comienza el partido, un uno contra uno al que cada pocos segundos se van sumando más jugadores hasta quedar seis contra seis. Comienza una de las finales de la Kings League, la competición de fútbol amateur que nació en la cabeza de Gerard Piqué y que ahora ha conquistado varios países de Europa, de América y de Asia, ha convencido a leyendas del fútbol, reúne detrás de los móviles y en la grada a millones de niños y adolescentes y parece dispuesta a convivir con el fútbol profesional a base de show, tarjetas de suerte en forma de penaltis sorpresa, dados gigantes que aumentan el valor de los goles o cambian el formato del partido y un sinfín de mezclas entre algo real y un videojuego.
"Desde el primer momento nosotros no queríamos competir con el fútbol tradicional", explica a EL MUNDO Gerard Piqué por los pasillos del Inalpi Arena de Turín, sede, en una misma tarde, de las finales de la Kings League de Francia, Italia y España. "El fútbol es el deporte más grande del mundo, siempre va a ser el deporte rey", asegura.
Después del éxito de la edición de España, retransmitida por internet y con la presencia de exfutbolistas y youtubers como presidentes de los equipos, entre ellos Iker Casillas o Ibai Llanos, en los últimos meses el formato se ha trasladado a Italia, Brasil, Francia o Alemania, y en el 'Mundial de Clubes de la Kings League', que se está disputando estos días en París, también hay equipos de Japón, Arabia Saudí, Congo, Marruecos y Estados Unidos, debutando como presidentes, entre otros, Lamine Yamal y el boxeador e influencer Jake Paul.
La nueva estrella del fútbol español es un ejemplo perfecto para analizar la relación entre el balón profesional y la Kings League. Yamal despunta ya en el Barça, pero una de sus primeras acciones comerciales ha sido sumarse como presidente de uno de los clubes de la competición de Piqué. Su edad, 17 años, le pone a la par de la mayoría de aficionados de la Kings League, con todo lo que implica a nivel publicitario.
El mensaje sigue siendo claro: "Nosotros siempre nos hemos presentado como un producto complementario al fútbol y creo que nos podemos ayudar mutuamente porque tenemos una audiencia muy joven", admite Piqué. Y tan joven. Según datos ofrecidos por la propia competición, el 80% de los seguidores de la Kings League tiene menos de 34 años, y en directo, tanto en Italia como en el Cupra Arena de Barcelona donde se han hecho las distintas ediciones de España y en los campos de fútbol a los que se ha llevado la liga para sus finales (Camp Nou o La Rosaleda) la imagen es la misma: la mayoría son niños y niñas entre 10 y 18 años, muchos de ellos con una camiseta de algún equipo de la Kings League y el nombre y la camiseta de futbolistas que hasta hace no mucho jugaban en divisiones inferiores de sus países.
En el Inalpi Arena de Turín aquello parecía un concierto de alguna estrella del pop adolescente: hormonas, muchas fotos y varias marcas que pretenden conectar con el público juvenil. El césped, negro por votación del aficionado, recibió a Claudio Marchisio, CEO de la competición en Italia por presión, así lo admitió medio en broma y medio en serio, de sus hijos adolescentes. "Para ellos es más divertido que el fútbol, menos aburrido, menos largo... Pasa algo en cada minuto. El fútbol no debe convertirse en la Kings League, pero necesita algunos cambios y podría copiar algunas cosas de este formato", asegura a este periódico a pie de campo.
Las finales comienzan con el pabellón lleno y con los presidentes, youtubers la mayoría y auténticas estrellas de esto, emitiendo en directo para sus canales oficiales. Pinchan la señal del encuentro y en un recuadro muestran su reacción en vivo al partido. Ahí aparece DJMariio, presidente de Ultimate Móstoles y uno de los rostros más conocidos del sector en España. En la grada, las miradas dejan de ir al campo y van hacia ellos: le piden selfies, hacen corrillos a su alrededor y pasan de largo de otras leyendas del fútbol como Zanetti o Bonucci, ex de la Juventus, presidente de la Kings League en Italia y uno más en un pabellón turinés.
La noche fue triunfal para el youtuber español, cuyo equipo terminó levantando el trofeo de campeón. En su plantilla, caras conocidas del fútbol español como Ferran Corominas (Espanyol) o Alberto de la Bella (Real Sociedad). Enfrente, el Troncos FC, propiedad del youtuber 'Perxita' que tiene en su equipo a Carles Planas (ex canterano del Barça) o Joan Verdú (Espanyol). "Es diferente al fútbol, pero igual de emocionante. Para mí ha sido un descubrimiento porque no esperaba disfrutar tanto. Había perdido la ilusión, por eso había dejado el fútbol, y esto me ha hecho divertirme y conectar de nuevo con el Alberto de la infancia", reconoce De la Bella a EL MUNDO.
"A los jóvenes también les gusta ver fútbol gracias a la Kings League, estoy seguro. Y ahí están los acuerdos que hemos hecho con clubes y ligas, porque al final entienden que formar parte de alguna forma del ecosistema de la Kings League les puede ayudar a acoger gente muy joven que se una también a sus proyectos", añade Piqué.
La Serie A italiana se acercó a la Kings League nada más crearse y en la edición de España siguen esperando pasos concretos de LaLiga. Hace un par de años, Javier Tebas tildó la competición de "circo", pero hace poco salió en uno de sus vídeos promocionales. El encaje parece necesario para un fútbol que no se puede permitir alejarse del aficionado más joven.
El ecosistema de la Kings League, incluyendo a los presidentes de los equipos, acumula 2.900 millones de seguidores en total, una cifra que el fútbol tradicional no puede infravalorar, suma 33 millones de visualizaciones por jornada entre las seis ligas en activo y en el Mundial de selecciones disputado en enero registró cifras récord: seis millones de espectadores simultáneos en la final entre Brasil y Colombia y 40.000 asistentes en el Juventus Stadium de Turín.
"Simo, yo no me muevo más de aquí", suplica un padre italiano a su hijo, eufórico porque por la primera fila está pasando uno de los youtubers más importantes de Italia. A unos metros, sentados tranquilamente, Marchisio charla con Bonucci sin público alrededor. Las estrellas son otros.
Thibaut Courtois llevaba algo más de tres semanas de silencio desde el derbi del Metropolitano, en el que le lanzaron mecheros y objetos desde la grada del Frente Atlético y el duelo se detuvo durante unos minutos. Con tiempo para reflexionar sobre el tema y después de las acusaciones de Simeone, que denunció que el belga había provocado a la grada, el guardameta del Real Madrid habló sobre ello en la previa de la tercera jornada de la Champions League ante el Borussia Dortmund.
"Respeto la opinión de Simeone, pero no la comparto. Tenemos ideas distintas sobre lo que es una provocación. Los organismos que han decidido ya lo han hecho y no quiero comentar nada más", dijo el portero sobre las palabras del técnico rojiblanco.
Courtois, eso sí, reflexionó sobre los ultras en la siguiente pregunta, justo después de avisar que no hablaría más del tema. Para el portero, la rivalidad sana está bien, le gusta, admite en eso los cánticos y el pique entre un futbolista y la grada, como el que él tenía con el fondo del Atlético, pero advierte que el límite es la violencia.
"Lo importante es que no haya violencia. En Bélgica he vivido cosas así, hay mucha cultura ultra. No tengo problemas con los que animan a su equipo y crean rivalidad, tampoco con los derbis calientes, con grandes ambientes... Eso me gusta, me da más adrenalina jugar en esos ambientes y con esos cánticos, pero siempre desde el respeto al que juega", argumentó, e insistió: "A veces hay juego entre el jugador y la afición y yo no tengo problema en que me canten, pero si metemos gol puede haber una reacción pequeña. Pero sin violencia no hay problema. Hay que eliminar a esos que quieren hacer daño", finalizó el portero.
Ancelotti: "Es un problema de condición física"
Antes, Carlo Ancelotti había contestado sobre los problemas del equipo y sobre lo que le pide a Mbappé y a Bellingham. "A Mbappé le pido que marque goles. Prefiero que marque goles a que presione. Le pido lo mismo que a Benzema, posicionarse bien y ser listo cuando recuperamos el balón para hacer una transición rápida", respondió el técnico.
Al británico, por su parte, reconoció que le pide más trabajo que goles. "No nos faltan sus goles porque siempre hemos marcado y siempre vamos a marcar. En este momento es más importante el trabajo que está haciendo. La banda izquierda está más ocupada este año porque a Mbappé le gusta combinar ahí con Vinicius, y pensamos que en la derecha Bellingham y Rodrygo pueden ser igual de efectivos".
El italiano admitió que "no estamos al 100%". "El equipo es menos sólido, es un problema de condición física. No están todos al 100%, y poco más", valoró, haciendo hincapié en el cansancio acumulado de sus futbolistas durante estas primeras semanas: "A veces tienes idea de presionar arriba pero los automatismos todavía... Nos falta solidez cuando tenemos el bloque medio"
Ancelotti, eso sí, rechazó la defensa de tres centrales. "Sin balón, siempre estaremos con cuatro. Siempre. Necesitamos replegar más con los delanteros y salir más con la defensa. Tenemos que leer mejor la situación de los partidos, a veces se olvida", advirtió.