Jordi Alba ha decidido retirarse de la selección española después de casi 12 años como internacional. Según el diario Marca, el ex futbolista del Barça tomó la decisión hace semanas, y así se lo hizo saber al seleccionador, Luis de la Fuente y a la Federación. Este mismo medio también señala que el jugador habría dado este paso atrás porque considera que su ciclo en el conjunto nacional ha terminado. Otro motivo también puede ser su situación actual en el inter de Miami. El calendario que tiene ahora como jugador de la MLS le haría perderse partidos con el club, ya que esta competición no realiza parón por selecciones.
Jordi Alba se retira, pero lo hace habiendo disputado 93 partidos, marcado 10 goles y siendo campeón de la Eurocopa en 2012, en la que marcó un gol en la final, y de la Nations League este mismo año. Un título que levantó como capitán.
Desde que debutó a las órdenes de Vicente del Bosque el 11 de noviembre de 2011, el lateral ha estado presente en tres Mundiales (2014, 2018 y 2022) y en otras tantas Eurocopas (2012, 2016 y 2020). Dentro de sus convocatorias, el Alba también disputó la Copa Confederaciones de 2013, un torneo en el que llegó hasta la final, pero terminó perdiendo ante Brasil.
BaloncestoActualizado Miércoles,
5
julio
2023
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09:21Ver 2 comentariosEl base nacionalizado español deberá guardar reposo y recibir tratamientos para "volver...
Una sonrisa debe aparecer en el rostro de Carlos Alcaraz cuando se sortea el cuadro de un torneo, sea el que sea, sobre la superficie que sea, haya techo o se vea el cielo, y en su camino puede leer el nombre de un rival concreto: Stefanos Tsitsipas. El resto de estrellas de la ATP le han derrotado en alguna ocasión, saben cómo responderle -o al menos cómo intentarlo-, pero el griego no tiene ni la más mínima idea. En seis ocasiones se han enfrentado, en seis ocasiones no ha habido discusión. No sólo es que Alcaraz haya ganado siempre; Tsitsipas sólo le ha robado tres sets de 21.
Este martes, en el último episodio de tan descompensada rivalidad, el español venció en cuartos de final de Roland Garros por 6-3, 7-6(3) y 6-4 y se clasificó para las semifinales del viernes, donde le espera Jannik Sinner. El italiano, nuevo número 1 del ranking mundial, será el primer rival a la altura de Alcaraz, que vuela sobre la tierra batida de París rumbo a un posible título, a muy posible título.
Porque desde el año pasado en Wimbledon no se veía un Alcaraz tan agresivo, tan dominador, tan concentrado. Partido a partido ha ido elevando su tenis de manera evidente. Si empezó con miedo a golpear con su derecha, ahora noquea en cuanto puede. Si empezó afinando su nuevo saque, ahora todos van dentro, con un 73% de primeros que llegó a ser un 85%. Si empezó con algunos despistes, ahora está sumergido en el juego, ni un punto concede. Si empezó perdonando muchas opciones de break a su favor, ahora es letal, este martes cuatro rupturas de seis oportunidades. Y así todo.
Los ánimos a Tsitsipas
"Stefanos, Stefanos", gritaba una y otra vez el público francés y no era para alentar la victoria de Tsitsipas, era simplemente para que hubiera partido. El griego había saltado a la pista con la intención de recortar de los intercambios, de ser muy ofensivo, de evitar que Alcaraz le dominara con su derecha sobre su revés y su planteamiento no funcionaba. Su carácter, luchador como pocos, era la esperanza de los aficionados. Y en algún momento esos ánimos funcionaron. A mediados del segundo set Tsitsipas aprovechó sus primeras bolas de break contra Alcaraz para romperle el servicio, devolver la igualdad al marcador, forzar el tie-break y soñar con un partido largo. Pero Alcaraz también controló esa muerte súbita. Entre quejas a la jueza de silla porque el español gritaba demasiado, Tsitsipas se hundía, se hundía, se hundía.
En la previa el griego recordaba aquella tarde en la que Rafa Nadal le descubrió el miedo. Fue en la Laver Cup de 2019 y Alcaraz sólo tenía 16 años, y todavía no había jugado un partido en ATP, y tenía un cuerpo todavía por hacer. Pero Nadal avisó a Tsitsipas: 'Será muy bueno'. Y éste supo en aquel mismo instante que tenía un problema. "Pensé que Nadal seguramente tenía razón y que ese chaval sería uno de mis grandes rivales en el futuro. Mi predicción resultó ser correcta", comentaba entre la broma y el disgusto. Entre sus armas para derrotar a Alcaraz por primera vez en su vida estaban los precedentes. El griego pensaba que, con un balance tan desequilibrado entre ambos, asumidos los papeles de dominador y dominado, el español podía saltar a la Philippe Chatrier con un exceso de confianza.
El desgaste de Alcaraz
Su plan era lógico: arrebatarle el primer set con un juego muy directo y luego luchar, agarrar la victoria con las uñas y los dientes. Pero no fue así. En sus cuatro partidos anteriores en París, Alcaraz había empezado dormido y había entregado su primer saque al rival. De inicio, break. Pero esta vez pasó lo contrario. El número tres del mundo no sólo le arrebató a Tsitsipas su juego, también se llevó el suyo propio y, además, lo hizo en blanco.
Su excelente progresión en Roland Garros le permitirá ahora llegar a semifinales muy fresco, más teniendo en cuenta que contará con dos días de descanso hasta medirse a Sinner. El peor encuentro, ante el holandés Jesper de Jong, la única vez que cedió un set, se fue más allá de las tres horas: el resto han durado poco. Si ante un rival tan peleón como Tsitsipas venció en sólo dos horas y 14 minutos de juego, el cómputo total sólo puede ser muy favorable. En total suma poco más de 12 horas. Con esa ligera mochila, después de tumbar otra vez a su rival preferido, está preparado para enfrentarse al nuevo número 1, Jannik Sinner, el adversario más complicado posible.