Llegó el día. Joana Sanz se presentó de riguroso negro al Palacio de Justicia de Barcelona acompañada en todo momento por el clan Alves, y rompió su silencio. La esposa del ex jugador ha explicado que la noche de la denuncia por violación ella estaba en su domicilio de Barcelona cuando el brasileño llegó pasadas las 4:00 horas de la madrugada “muy borracho”. “Olía a alcohol”, ha dicho.
“Se chocó contra la mesilla, contra el armario y se desplomó en la cama”, ha relatado Joana Sanz en una declaración a petición de la defensa. De hecho, la modelo ha confirmado que ella estaba en la capital catalana después de que varias informaciones a situaran en Tenerife el día de los hechos. “Volvimos juntos el 29”, ha confirmado ante el tribunal.
La abogada Inés Guardiola -relevó al mediático Cristóbal Martell y emprendió un nuevo giro en la defensa- pide la absolución de Alves. No obstante, también añade en su escrito que el ex futbolista se encontraba ebrio cuando invitó a la víctima y a sus dos amigas al reservado de la discoteca Sutton. Una variable importante en la estrategia ya que, de considerarse probado, podría suponerle un atenuante en la condena.
De hecho, el consumo de alcohol ha sido uno de los temas de la jornada mediante testigos solicitados por la defensa del brasileño. Bruno, el íntimo amigo de Dani Alves que estuvo la noche de la denuncia de una joven por agresión sexual en la discoteca Sutton de Barcelona, ha declarado este martes que el futbolista “bebió mucho” a lo largo de todo ese día, el viernes 30 de diciembre de 2022.
Según ha explicado el brasileño, Alves, él mismo y dos amigos más -también han explicado lo mismo ante el tribunal- estuvieron comiendo y tomando copas en un restaurante del Eixample de Barcelona, la Taverna del Clínic, antes de acudir al club Nuba y después terminar la noche en Sutton.
Bruno ha relatado que Alves habría bebido más o menos una botella y media de vino, dos copas de whisky y dos gintonics antes de llegar a Sutton.
A preguntas de la Fiscalía, el amigo del ex futbolista ha explicado que estuvieron bailando y flirteando con la denunciante y dos chicas más -la prima y la amiga que ayer declararon ante el juzgado y confirmaron la agresión sexual- antes de que Alves se metiera en el pequeño baño al que luego acudió la víctima. Según su versión, al salir, el brasileño se quedó y “siguió bailando”, mientras ellas se fueron.
En este punto, la Fiscalía ha alertado de las “contradicciones” de la declaración de Bruno y ha recordado que en su primera versión -en fase de instrucción- habló de “media copa” consumida y mantuvo que Alves habría entrado en el baño porque le dolía la barriga. Ante esta advertencia, Bruno se ha escudado en problemas de comprensión con el idioma -habla portugués y hoy ha acudido con intérprete- y ha insistido en que él casi no bebió pero el futbolista sí.
Esta circunstancia también la ha compartido el jefe de sala de la discoteca Sutton. Después de admitir que conoce a Alves porque era cliente habitual del local y que esa noche le vio con las chicas, este testigo ha dicho que no lo vio “como siempre” y que “había bebido o tomado algo”.
Por su parte, los agentes de los Mossos d’Esquadra que atendieron a la víctima y que han comparecido hoy en la Audiencia de Barcelona, han corroborado su versión. “Le costó mucho, estaba temblando, llorando. Tuvimos que calmarla durante bastante rato porque no era capaz de hablar. Dijo que esta persona no la había dejado salir del sitio donde fuera (el baño), le había tocado sus partes genitales por dentro”. Es el relato del mosso de paisano que atendió en primer lugar a la joven que denunció a Dani Alves por agresión sexual la misma noche y minutos después de salir del aseo del reservado.
“Dijo que no quería dinero, quería justicia. La asesoramos para que denunciar los hechos o no”, ha admitido el agente sobre lo ocurrido en la discoteca Sutton. Y ha abundado sobre el estado de shock de la joven: “No quería dar muchos detalles, se ponía a llorar. Nos dijo que no quería denunciar, que no quería que se hiciera público su nombre. Nos decía que ella era la culpable de lo sucedido, tuvimos que calmarla y decirle que no era culpable de nada”.
Los agentes que tomaron declaración policial a la víctima después de los hechos han explicado que la denunciante sufrió “ataques de ansiedad, estaba francamente afectada y se derrumbó en varias ocasiones”. También han asegurado que las imágenes grabadas coinciden con la versión de la denunciante y las dos testigos que la acompañaban y han incidido en el mal estado de la joven: “Tenía terror y estaba sobrepasada por la situación”.
Otro de los testimonios importantes de este martes ha sido el del director de la discoteca barcelonesa. Robert Massanet ha explicado que la chica le confesó muy alterada que había sido víctima de una agresión sexual con penetración en un baño del reservado y, cuando Alves pasó por su lado para marcharse del local, le señaló y dijo: “Ha sido él”.
Según el responsable de Sutton, la joven estaba “bastante alterada” cuando la encontró al salir del baño y repetía que se quería ir a casa. Ante su insistencia para saber lo ocurrido, finalmente les dijo que había sido víctima de la mencionada agresión sexual.
“Me dijo que no la iban a creer”, ha recordado el testigo, que también ha precisado que la joven comentó que había entrado de forma voluntaria al baño donde se produjo la violación pero que una vez dentro quiso salir y “no pudo”.
Dani Alves se sienta ante el tribunal acusado de agresión sexual a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 al 31 de diciembre. La vista oral, que arrancó este lunes 5 de febrero pocos minutos después de las 10.30, se alargará hasta mañana miércoles y el ex futbolista se enfrenta a una pena de entre 9 y 12 años de cárcel. El brasileño declarará en último lugar, tras todos los testigos y las pruebas periciales.
El caso se remonta a la noche del viernes 30 de diciembre de 2022. Alves se encontraba de vacaciones en Barcelona antes de reincorporarse a los Pumas de México y tras haber disputado el Mundial. Pasadas las 2:30 horas de la madrugada, acudió al reservado de la discoteca junto a un amigo y ocuparon la mesa 6, la única que da acceso exclusivo a la denominada Suite, una zona con un pequeño aseo, una sala con sofá, un televisor y una nevera. Allí, en el reservado, coincidieron con la joven y otras dos chicas.
Tras invitarlas a beber durante una hora, el ex lateral de la selección brasileña habría insistido a la joven para entrar en la zona exclusiva donde estaba el pequeño lavabo, que ella desconocía. En ese baño, según la Fiscalía, Alves habría mostrado una “actitud violenta” hacia la mujer, a la que agredió y forzó a mantener relaciones sexuales, pese a su resistencia.
“La penetró vaginalmente hasta eyacular, sin usar preservativo y sin su consentimiento”, señala el Ministerio Público.”La víctima reiteradamente solicitó que la dejara marchar, que quería salir de allí, no permitiéndoselo el procesado”, indica el escrito, que afirma que vivió una “situación de angustia y terror”.
Dos imágenes marcaron la primera jornada del juicio al ex futbolista, acusado de agredir sexualmente a la joven de 23 años. La primera fue la reaparición del ex futbolista tras un año en prisión preventiva, un poco más delgado, con algo menos de pelo y vestido sin estridencias (camisa blanca, tejanos y zapatillas lisas); y la segunda fueron los testimonios de la amiga y la prima de la denunciante avalando su versión -“[La víctima] me dijo que le había hecho mucho daño y que se había corrido dentro”- después de que ella declarara a puerta cerrada. Ambas rompieron a llorar en un tenso interrogatorio ante el tribunal, la defensas y la Fiscalía, que pide nueve años de cárcel.