Entrevista
El ex pívot de los Nets se convirtió en el primer deportista en activo de las cuatro grandes ligas de EEUU en salir del armario. Casi una década después, se confiesa “sorprendido” de que nadie en la NBA haya seguido sus pasos
El 29 de abril de 2013, Jason Collins se convirtió en el primer deportista en activo de cualquiera de las grandes ligas estadounidenses en anunciar que era gay. Un momento estelar de la historia del deporte, a la manera de Stefan Zweig, por aquello de “brillar en la noche de lo efímero”. Porque, casi una década después, nunca hubo un segundo en la NBA. Tampoco nadie salió jamás del armario públicamente en el fútbol español o en la ACB, por ejemplo. La homosexualidad y el deporte, especialmente el masculino colectivo, ese tabú. Desde su casa en Los Ángeles, el ex pívot de los Nets, asombrado todavía por los traspasos que han sacudido a la franquicia con la que disputó hasta dos Finales, atiende a ELMUNDO para recordar aquellos días de valentía y cómo han cambiado (o no) las cosas.
- ¿Qué le llevó a dar el paso de convertirse en el primer jugador de la NBA en salir del armario, en aquella histórica portada de Sports Illustrated?
- No fue sencillo, resultó todo un desafío. Pero al final, era algo que sentía que tenía que hacer. Tenía que dar un paso adelante y contar mi verdad. Tenía que dejar de vivir con miedo. Tenía que dejar de vivir con ese estrés. Tenía que dejar de asustarme por pensar en que hoy podía ser el día en que mis compañeros se dieran cuenta de que era gay, así que quería ser yo quien me ayudara a mí mismo y diera un paso al frente.
- ¿Qué sensación tiene ahora de todo lo que sucedió después?
- ¡Esa mañana me llamaron Oprah Winfrey y el presidente Barack Obama! Recuerdo que me abrumó todo el apoyo que recibí de la familia de la NBA y de la WNBA. Y no podría haberlo hecho sin el liderazgo de nuestro Comisionado en ese momento, David Stern, y también del actual, Adam Silver. Hicieron un gran trabajo al enviar ese mensaje de apoyo. Pero también con la medida de multar con al menos 50.000 dólares a quien utilizara un lenguaje homofóbico. Era mucho dinero. El mensaje que enviaban es que el baloncesto NBA iba a ser inclusivo y tolerante.
- Tras el anuncio, jugó una temporada más en la NBA. Su primer partido tras aquello fue contra los Lakers de Kobe Bryant y Pau Gasol.
- Claro que recuerdo ese partido. Me desperté en esta misma casa y mi agente me llamó a las 8.30 de la mañana diciéndome que los Nets me iban a firmar un contrato. Y que, por cierto, tenían un partido esa misma noche aquí en Los Ángeles contra los Lakers. Y que lo iba a jugar. Era a finales de febrero. Un par de horas después fui al hotel del equipo, conocí a mis compañeros e intenté aprenderme algunas jugadas. Demasiado rápido (Ríe). Ese día mis compañeros me hicieron co-capitán, algo también interesante. No creo que jamás nadie que firmara un contrato de 10 días se convirtiera en uno de los capitanes del equipo. Esa es la clase de apoyo que tuve de mis compañeros. Salir a la cancha y ver a tipos como Pau Gasol, Kobe Bryant esperarme de pie junto a mis compañeros Deron Williams y Joe Johnson. La reacción de Pau y Kobe fue especial, cómo me dieron la bienvenida de nuevo a la NBA, decirme ‘Felicidades por volver’. Fue un momento increíble. Pero después, cuando sonó la bocina y comenzó el partido te das cuenta de que es baloncesto, lo que llevas haciendo desde los seis años. Fue divertido. ¡Y ganamos!
- En esta NBA moderna, los grandes pívots como usted, lo tienen bastante más difícil. ¿Nota que el baloncesto ha cambiado muy rápido?
- Sí, los pívots de la actualidad pueden y tienen que hacer muchas más cosas en la pista. En mi época estaba Shaq, que era extremandamente efectivo. Y luego estaban Tim Duncan, David Robinson o Yao Ming. Creo que entonces los pívots éramos efectivos en el poste bajo. Pero ahora ves a los pívots que no solo hacen daño ahí, también salen fuera y lanzan desde cualquier posición del perímetro. Y no sólo es la habilidad para lanzar, también para driblar o para pasar. Es muy divertido. Un baloncesto espectacular para el aficionado.
- ¿Le sorprende que en todo este tiempo todavía no haya habido ningún jugador en activo más que haya salido del armario?
- Claro que me sorprende. Todavía viven con ese miedo a si serán aceptados o rechazados. Espero que miren mi historia o la de Carl Nassib [el primer jugador en activo de la NFL en salir del armario], que pudo jugar después para los Raiders y los Tampa Bay Bucanners. O Robbie Roger en fútbol, con los Galaxy, que ha podido ganar la última liga MLS aquí en Los Ángeles. Espero que miren el éxito que tuvimos nosotros tras salir del armario. En mis 12 partidos siguientes al anuncio de que era gay, mi equipo ganó 10. Es decir, eso unió más al equipo. Pudimos llegar hasta los playoffs, ganando a los Raptors en Toronto en un séptimo partido, en esa primera ronda. Finalmente fue una gran temporada. Espero que esos jugadores vean que pueden hacerlo, dar un paso adelante, hablar sobre su verdad y jugar a su deporte.
- ¿Por qué en el deporte femenino sí está normalizado?
- Tenemos que llegar a ese punto donde está el deporte femenino, es el ejemplo. La WNBA tiene un montón de jugadoras con talento que han declarado abiertamente su homosexualidad. Especialmente recuerdo a Elena Delle Donne, que fue MVP de la Liga, dar un paso adelante y contar que era lesbiana y que se iba a casar. Y todo el mundo dijo, “¡Qué bien! Ahora ve y trae la medalla de oro”. Esa es la clase de reacción que necesitamos cuando se trate de atletas masculinos saliendo del armario. Pero no estamos allí aún. Así que tenemos trabajo por hacer en la comunidad deportiva.
- ¿Cree que en el deporte profesional hay más homofobia que en general en la sociedad?
- Creo que cualquier deporte es un microcosmos de la sociedad. Es más o menos lo mismo. Hay homofobia, claro que existe. Estamos tratando de combatirlo con educación, tratando de hablar sobre estos temas. En general, en nuestra sociedad desde que salí del armario en 2013 hasta hoy hay más gente que ha dado un paso al frente para decir su verdad. Y eso lleva a que cada vez más jugadores conozcan personalmente a un familiar cercano o un amigo cercano que sea miembro de la comunidad LGBTQ+. Y eso hace una gran diferencia, porque cuando conoces personalmente a alguien que es miembro de la comunidad, deja de hacer abstracto. Es tu tío, tu tía o incluso uno de tus padres. Y, a medida que envejeces, sabes que podría ser uno de tus hijos. ¿Y cómo quieres estar ahí para ellos? ¿Cómo quieres apoyarlos, amarlos, aceptarlos y animarlos a que celebren lo que son? Así que creo que simplemente es una de esas cosas que crece constantemente y tiene que haber una educación que debe llevarse a cabo.