Real Madrid 86 Barça 79
El senegalés de 2,14 metros pulverizó varios récords de precocidad en el clásico en el que Chus Mateo le incluyó en el quinteto titular como sustituto de Tavares.
Pocos podían adivinar que el sustituto del jugador más determinante de Europa en todo un clásico iba a ser un chico de 16 años. Mucho menos que, en ausencia de Edy Tavares, Ismaila Diagne se lo fuera a pasar pipa ante el Barça y -con el permiso de Vincent Poirier-, se fuera a convertir en el gran protagonista de la tarde noche en el WiZink Center. Se presentó al mundo con las tribunas rendidas, nueve puntos y ocho rebotes y varios récords de precocidad pulverizados.
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El chico, impresionante físicamente (2,14 metros) no paraba de sonreír. Y el vestuario blanco se sentía parte de su fiesta. Chus Mateo, que confesó en rueda de prensa que realmente no sabía que el senegalés tuviera 16 años (cumple 17 a finales de diciembre) había tomado la decisión de ponerle de inicio -“si hubiera salido mal, Chus Mateo está loco porque ha sacado un chico de 16 años”, bromeó-, otro canterano que debuta, e Ismaila (así le conocen sus compañeros) se zampó a Jan Vesely: en cinco minutos había atrapado siete rebotes, cinco de ellos ofensivos.
Nacido en el año 2006 y llegado a la cantera blanca en infantiles (2019), el zurdo Diagne se estaba convirtiendo en el jugador más joven en debutar en un Barça-Real Madrid de Liga Endesa (ya fue el segundo más joven en estrenarse con esa camiseta el pasado mes de mayo). Superando, nada menos, que a Luka Doncic, cuando en 2015, también en el WiZink Center, disputó un clásico con apenas unos días más: 16 años, 9 meses y 28 días. Sólo ellos han debutado en un choque así siendo menores de 17. Con 16 de valoración en 13:26 minutos de juego (nueve puntos, ocho rebotes), según datos de la ACB sólo cuatro jugadores han llegado a los dobles dígitos de valoración en Liga Endesa siendo menores que él: Bassala Bagayoko, Ricky Rubio, Luka Doncic y Usman Garuba.
“Lo necesitaba el equipo. Los jugadores jóvenes no juegan por ser jóvenes. Lo hacen por ser buenos y es fácil poner a los buenos. Si hubiera jugado mal, no hubiera jugado tanto. Está trabajando muy bien”, admitió su entrenador, que también destacó al otro canterano en dinámica, el prometedor Hugo González, ayer no convocado y a otras perlas que se dejaron ver en pretemporada como Egor Demin (base ruso) y Mitar Bosnjakovic (alero serbio) y al ya asentado Eli Ndiaye, “un jugador de rotación absoluto”. “Nos van a hacer alargar las rotaciones”, destacó Mateo que ha perdido hasta cuatro jugadores del curso anterior (Hanga, Cornelie, Williams-Goss y Anthony Randolph) y sólo ha fichado a Facundo Campazzo.
“Me alegro porque el chico trabaja bien. Es una recompensa a los jóvenes y a lo que queremos hacer con ellos. El sentido de la cantera. Si no sale gente, no tiene sentido. Hay un muy buen trabajo detrás”, valoró Chus Mateo sobre el excelente trabajo de formación de un Real Madrid que se ha convertido en los últimos años en caladero de la NBA.
Es la quinta victoria consecutiva del Real Madrid en lo que va de curso, dos en Supercopa y tres en ACB. El segundo triunfo ante un Barça que volvió a dejar señales trémulas y que tuvo a un Roger Grimau con evidente gesto de preocupación en sus valoraciones posteriores. “No hemos estado bien… Hemos perdido el control y tampoco hemos tenido la energía suficiente. Nos falta camino”, pronunció y, cuando fue preguntado por la pobre aportación de Willy Hernangómez, su fichaje estrella, se remitió al colectivo: “Estamos todos jodidos, porque perder contra el Madrid nos jode”.