Gavi, el “animal competitivo” que se corona en Riad: “Que no frene, que no tiene techo”

Gavi, el "animal competitivo" que se corona en Riad: "Que no frene, que no tiene techo"

Supercopa de España

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Mejor jugador de la final criado viendo a Iniesta y Verrati reconoce que cumple un sueño. “Me queda mucho que mejorar, per me veo muy bien”, admite con descaro. “Nos contagia a todos”, admite Xavi

Gavi, con la Supercopa.RFEF

8 años, 163 días y una corona que se podrá ceñir durante años. El precoz Gavi logró en la noche de Riad desatar a un Barcelona al estilo de Xavi que destrozó al Real Madrid de tres zarpazos. Los tres pasaron por sus botas, que atraen la pelota sin complejos, para acabar en las redes de Courtois, incapaz de defender a un equipo hecho trizas sin pelota y sin ocasiones. Las sensaciones se impusieron a los datos en la feliz noche blaugrana en el estadio Rey Fahd. El FC Barcelona sumó su 14ª Supercopa, el primer título sin Messi, el descorche de la era Xavi y el estreno de Busquets alzando trofeos, pero hubo dos protagonistas. El primero, un crío que, con el 30 a la espalda, aún tiene ficha del filial.

Xavi le pidió a sus jugadores más descaro y ambición para llevarse el primer título de la temporada y Gavi se lo tomó a rajatabla. Se empeñó en darle el partido a Carvajal. El gol que le sirvió Lewandowski le convirtió en el futbolista más joven en marcar en una Supercopa, desbancando a su entrenador, y le permitió volver a celebrar casi un año después, porque el sevillano no veía puerta desde que le marcó al Atlético el pasado mes de febrero. Si algo tiene Gavi es voracidad y, como vio su noche, primero le devolvió el regalo a Lewandowski para que hiciera su vigésimo gol y después a su amigo Pedri. Un gol y dos asistencias en un partido con el peso de un clásico y el primer título en juego. En los 89 minutos que estuvo en el campo hasta tuvo tiempo de retarse con algún defensa madridista.

No es de extrañar el abrazo de Luis Rubiales al entregarle la medalla de campeón, como tampoco que el seleccionador Luis de la Fuente, que nunca le tuvo en la Sub-21, se relamiera en el palco pensando en el liderazgo del jugador con España. En el Barça ya lo tiene. Se lo reconoce hasta el capitán Busquets. «Es un animal competitivo. Con esa edad la mayoría de jugadores están en el juvenil o en el filial, y él está dando asistencias y goles. Tiene camino de mejora para aprender y escuchar y ojalá sea que un futbolista que marque época», admitió el veterano futbolista que ayer se convirtió en el que más clásicos ha disputado.

Podía haber sido el protagonista por su nueva exhibición de galones, pero Gavi se le subió a las barbas. «Nos contagia a todos, le sale de dentro coraje y rabia para jugar. Que no frene porque no tiene techo», no dudó en afirmar Xavi del sevillano.

Como chaval de 18 años, a Gavi le gustó más celebrar a lo loco por todo el campo con su camiseta de Campions que explicar el origen de su talento. “Es el sueño que tenía desde que llegué al Barça. Me queda mucho que mejorar, pero me veo muy bien. ¿En qué jugador me he fijado? Mis ídolos han sido siempre Iniesta y Verrati“, admitió.

Xavi: “Me quedo con el cómo”

Si la final tuvo un protagonista en el césped, el otro estuvo en el banquillo. Xavi vio, por fin, plasmado su guion de principio a fin, con pelota y buscando saciar su hambre. Se abrazó con Laporta pero huyó del protagonismo. Dio la vuelta al campo solo con su hermano y en sentido contrario al del equipo, camino del vestuario. «Hay muchos jugadores se han liberado. Dentro somos una piña y, de alguna manera, todo ha salido. Me quedo con el cómo, porque a mí me importa muchísimo», argumentó.

Ni una excusa puso Ancelotti. «Tenemos que aprender porque hemos regalado los primeros dos goles. Sabíamos que estábamos en un momento difícil, que teníamos carencias. Tenemos que evitar regalos y luego jugar como un equipo», sentenció el italiano que no quiso entrar en detalles pero descartó que fuera humillación, «en el deporte ganas y te ganan».

No le sirvió al conjunto blanco jugar en el ‘Bernabéu del desierto’, que no se llenó. Hubo aficionados culés, ruidosos, pero muchos menos que madridistas, que pese a la decepción aguantaron para aplaudir un espectáculo que volverá dentro de un año.

kpd