Freire, la estirpe del tricampeón mundial continúa: ”Ya estoy acostumbrado a llevar el peso de este apellido”

Freire, la estirpe del tricampeón mundial continúa: ''Ya estoy acostumbrado a llevar el peso de este apellido''

El tricampeón del mundo pule su joya con el tacto de un maestro carpintero. Óscar Freire maneja la escofina con suavidad para no dañar los ángulos de su tesoro. A sus 47 años, el mejor sprinter español continúa unido al ciclismo, pero ahora disfruta con una actividad que comenzó como un hobby y a la que dedica la mayor parte de su tiempo. En el sótano de su chalet, a las afueras de Torrelavega, una mesa de madera rectangular con ruedas ocupa una zona estelar. En una estantería de la pared cuelgan destornilladores, sierras, martillos, limas, cepillos, cinceles, taladros…Con estas herramientas, el ciclista, retirado de la competición en 2012, corta vigas de castaño, acacia o muiracatiara, una especie muy resistente de Brasil. Con la práctica se ha convertido en un especialista en el manejo de la madera y el diseño de muebles. Todas las puertas, mesas y armarios de su casa los ha creado él mismo. «A mí me gusta hacer de todo, enrededar en todos los sitios. Empecé con la madera en 2011, cuando corría en el Rabobank y vivía en Coldrerio, en Suiza. Entonces me compré una fresadora para hacer unos altavoces, me gustó y sigo con ello».

Freire es un carpintero autodidacta que también mima y adiestra a su diamante más apreciado: Marcos, su hijo, un ciclista juvenil que apunta maneras de campeón. El equipo UAE Emirates, liderado por Tadej Pogacar, ya se ha interesado por él. El pasado verano cumplió 17 años y su intención es saltar pronto al profesionalismo. La genética y el entorno ayudan.

Marcos también es velocista y sigue los pasos de su progenitor. Este año ha fichado por el Bathco Cycling de la localidad cántabra de Besaya, el mismo equipo en el que se formó el tres veces campeón del mundo. Su progresión es examinada de cerca por Joxean Fernández Matxin, primer preparador de Óscar y actual general manager del UAE Team Emirates.

«Mi meta es llegar a ser profesional, pero no tengo prisa. El próximo año comenzaré mi segunda temporada como juvenil y creo que estaré, por los menos, dos años más en la categoría sub 23», afirma Marcos, que no quiere compararse con su progenitor. «Todos saben lo bueno y veloz que era mi padre. Yo también soy rápido y, además, voy bien en contrarreloj. Este año he corrido tres cronos y he ganado dos, pero sé que que debo mejorar en todos los aspectos. Para ser profesional y llegar arriba hay que trabajar duro», sostiene el chaval, que se formó en el Aldro Team de Torrelavega. En categoría cadete ganó, entre otras, las pruebas de Aiarako Bira y el XII Torneo San Pedro Regalado. En juvenil se anotó el campeonato de Cantabria de contrarreloj y ganó dos etapas en el Trofeo Carballo.

Marcos y Óscar Freire, en el taller de Torrelavega.Paulino OribeARABA PRESS

El chico, nacido el 16 de julio de 2006 en Lugano (Suiza), ha aprendido a soportar la losa de la historia heredada. Conoce las hazañas de su padre por imágenes de vídeo y por lo que le cuentan los aficionados. «Llevar este apellido pesa, pero lo aguanto bien. Estoy acostumbrado. Cuando gano sólo recibo elogios, pero cuando pierdo me recuerdan a mi padre. Ya me he acostumbrado y me da igual lo que digan. Mi padre es Óscar y yo soy Marcos», recalca.

Óscar Freire asegura que su hijo tiene buenas condiciones, pero nunca le ha agobiado en la conquista de resultados ni en la realización de test exigentes. Es más, ni siquiera le animó a abrirse camino en el ciclismo: «Al principio, tanto mi mujer como yo no queríamos que Marcos se dedicara al ciclismo debido a los peligros y riesgos que acarrean las competiciones y los entrenamientos, pero al final hemos tenido que aceptarlo. Yo le acompaño a las carreras, pero su madre lo lleva fatal y no va a verle. Ya sufrió mucho conmigo y ahora le toca lo de Marcos… Yo no soy el típico padre que está encima presionando. Sé lo difícil que es llegar a ser profesional. Quiero que crezca y valore adecuadamente las cosas. Nunca se lo he puesto fácil, podría haberle comprado bicicletas de gran calidad, pero no lo hice. Quería que aprendiera a esforzarse, a sacrificarse… En la vida nadie regala nada».

MAS ALTO MÁS GRANDE

También recalca que entre ambos hay coincidencias: «Marcos está acostumbrado a que le comparen conmigo. A él también le gusta esprintar. Él es más grande. Los chavales de ahora se desarrollan más rápido, son más altos y fuertes, una cuestión de alimentación», incide el que fue campeón del mundo dos veces en Verona (1999 y 2001) y una en Lisboa (2004).

Marcos, que vive en la casa de sus padres, es un apasionado del deporte. Comenzó practicando hockey sobre hielo, fútbol y gimnasia, pero a los 13 años se decantó por el ciclismo. Su ídolo es Peter Sagan y le encanta Pogacar. Al esloveno tuvo la ocasión de conocerle en diciembre de 2022 en el primer Training Camp del UAE Emirates celebrado en La Nucía (Alicante). A este entrenamiento fue invitado por Joxean Fernández Matxin. Aquella fue una cita una inolvidable. «Con el UAE estuve siete días y lo pasé en grande. Se lo agradezco mucho a Matxin. Estuve corriendo con ellos, aunque Matxin me dijo que no completara todos los entrenamientos. Yo tenía 16 años. Me gustó mucho ver cómo trabajaban los mecánicos, los directores, los preparadores y cómo planificaban el calendario de las carreras de toda la temporada. Me di cuenta de la importancia que daban a la alimentación, pesaban la comida que tomaban. Son gente muy profesional, pero también saben divertirse. Una noche estuve jugando a la play con Pogacar, con Juan Ayuso y Marc Soler, fue muy divertido. Pogacar es un tío super majo, muy cercano».

Los Freire, con los maillots del tricampeón.P. OribeARABA PRESS

Marcos, igualmente, sigue los pasos de Ayuso. El nuevo fenómeno del ciclismo español antes de dar el salto a profesional también militó en el Bathco Cycling, equipo en el que arrasó en las pruebas de contrarreloj y ruta. «Yo no me puedo comparar con Ayuso. Él pasó directamente de juvenil a profesional porque es un portento. Cuando tenía la misma edad que yo, él subía mucho más. Dicen que también me parezco a Alejandro Valverde, pero él también escalaba mucho más. Yo no tengo sus cualidades. Soy rápido, pero me gustan las escapadas, prefiero arriesgar y no me importa perder en el intento. Yo quiero ser yo mismo, Marcos Freire», dice el excelente juvenil, que en el reportaje fotográfico que ilustra estas páginas posó con calcetines del equipo UAE.

Óscar, padre de dos hijos más, el de 14 años juega al rugby y el de 7 le gusta el ciclismo, aconseja a su primogénito que no tenga prisa: «Al ser bueno en los sprints tiene más posibilidades de ganar que otros, pero tiene que mejorar, sólo lleva un año de juvenil. En la nueva temporada correrá con chavales de más nivel y eso le motivará y le ayudará a progresar».

El campeón y su esposa insisten a Marcos que continúe formándose: «Ahora se va a centrar en los idiomas y le animamos a que siga estudiando… Yo estudié Metal, mi mujer fue universitaria». Marcos apunta que si no logra ser profesional le gustaría trabajar en el mundillo de ciclismo, como mecánico, preparador o técnico.

EL DIRECTOR DE FORMACIÓN

Un director que conoce bien a la familia Freire es José Antonio Mantilla, máximo responsable del equipo Bathco de Besaya. Él coincidió con Óscar y ahora controla la evolución de Marcos. «Ambos se parecen, pero son distintos. Marcos no es tan rápido como su padre, pero técnicamente es más completo y se desenvuelve mejor en las contrarrelojes. Es indudable que lleva el ADN de su padre», dice el preparador, que también tuvo a su órdenes a Ayuso.

El preparador del equipo cántabro intuye un futuro venturoso para el chaval: «Empezó tarde en el ciclismo y el paso de cadete a juvenil lo ha notado. Ha progresado mucho y el final de temporada ha sido pletórico. Creo que el próximo año estará con la selección. Es muy competitivo, seguro, hábil en el manejo de la bicicleta. Ha sufrido algunas caídas pero no por su culpa sino por verse inmerso en montoneras».

Mantilla señala que Marcos tiene en casa a un buen asesor y eso se nota a la hora de desenvolverse en las pruebas: «Es un encanto de chaval, un torbellino, tiene una buena punta de velocidad. Me recuerda a Valverde. Lee muy bien las carreras. A pesar de ser rápido no le gusta la compañía del pelotón y busca las escapadas. Muchas veces tengo que frenarle».

Marcos Freire, una joya preparada para lucir en el escaparate quiere ingresar pronto en esa estirpe de corredores emblemáticos españoles que han pasado recientemente al equipos del World Tour. Markel Beloki ha firmado contrato con el Education First. El descendiente del tres veces podio del Tour de Francia, tiene 18 años y ha pasado directamente de júnior a profesional. Se formó en la MMR Cycling Academy y el pasado invierno hizo una pequeña concentración de pretemporada con el Movistar. Los especialistas le definen como un corredor «moderno», muy solvente en la subidas y contrarrelojes. Igor Arrieta, hijo de José Luis Arrieta, ex ciclista profesional y director deportivo del Movistar, es un notable escalador de 20 años que destacó en el ciclocross. Tras militar dos años en el Kern Pharma ha fichado por el UAE de Pogacar.

kpd