Mundial de Clubes
El uruguayo vio puerta tres meses después. Al marcar levantó las manos al cielo y tanto en el césped como desde el banquillo sus compañeros se volcaron con él. “Me mentalicé en valorar cada momento de este torneo”, dijo.
Empujó el balón a la red, corrió con rabia hacia el córner y recibió el abrazo de todos sus compañeros. Por fin, tres meses después, volvía a disfrutar de un gol. En ese momento, Fede Valverde se dio dos golpes en el pecho y levantó las dos manos hacia el cielo. Desde el banquillo, tanto los suplentes como los miembros del cuerpo técnico de Carlo Ancelotti levantaban sus manos buscando un gesto de complicidad con el ‘charrúa’. La emoción de su celebración y el ánimo recibido explicaron lo importante que era el tanto para el centrocampista.
No están siendo meses fácil para él. El ‘Pajarito‘, convertido en ‘Halcón’ durante gran parte de 2022, llegó al parón del Mundial de Qatar en la mejor forma de su carrera. “Es uno de los tres mejores jugadores del mundo“, decía Toni Kroos. Palabras mayores. Después de un final de curso 21-22 que le encumbró a la elite europea, con una asistencia en la final de la Champions incluida, el uruguayo comenzó la actual campaña en racha. Anotó ocho goles entre agosto y noviembre y puso los ojos en el sueño de su vida: una Copa del Mundo con Uruguay.
Sin embargo, el torneo catarí fue doloroso para la celeste. Empató contra Corea del Sur, perdió ante Portugal y la victoria frente a Ghana fue insuficiente para clasificarse para los octavos de final. Palo para el país y para un Valverde que aspiraba a llevar a su selección con las mejores del planeta. “Me afectó. Vas con el sueño de un niño y te da mucha tristeza. Sientes que todo lo que has trabajado no ha servido para nada”, admitía el futbolista en la rueda de prensa al duelo contra el Al-Ahly.
Después de la semifinal, su cara reflejaba la alegría del gol: “Estoy muy feliz. Después de tantos partidos fue cuando me sentí más cómodo. Me mentalicé en valorar cada momento de este torneo. Estoy muy feliz por el rendimiento del equipo”, aseguró, y tuvo palabras de cariño para sus compañeros: “Agradezco a mis compañeros que me están ayudando en este momento que no es tan bueno. Siempre están ahí para darme una palabra de aliento. Fue muy especial convertir el gol y festejar con ellos. Ahora tenemos que descansar y trabajar bien para ganar la final”.
El gol contra el Al-Ahly es el noveno de la temporada para Valverde, el primero desde el 2 de noviembre del año pasado. Hace tres meses. Hasta ese momento había sido un cañón sin freno. Anotó ante el Celta en la segunda jornada de Liga, ante Mallorca, Leipzig y Atlético de Madrid en tres encuentros consecutivos en septiembre, y en octubre repitió con otros tres tantos seguidos frente a Barça, Elche y Sevilla antes de marcar contra el Celtic su último gol del año. Ocho dianas para acercarse a la victoria en su famosa apuesta personal con Ancelotti, que le había retado a llegar a diez goles en todo el curso. El italiano valoró cambiar su oferta a 15, pero la mantuvo, y el gol en Rabat deja al uruguayo a un sólo gol de su objetivo.
Pese al complicado mes de enero que ha pasado Valverde a nivel personal y profesional, Ancelotti ha seguido manteniendo la fe en él. Por algo es uno de sus ‘ojitos’ derechos. El jugador que para el italiano mejor define el concepto de “futbolista moderno“. De los 12 encuentros disputados desde la vuelta del Mundial, el uruguayo sólo ha sido suplente en dos: Cacereño y Valencia. “Ha hecho un buen partido, con calidad y naturalidad. Poco a poco vuelve, como el resto”, valoró el técnico transalpino.