La keniana mejora la marca de Genzebe Dibaba (3:49.11) y el español se impone en los 5.000 metros tras resistir a Kejelcha (12:52.09).
Kipyegon festeja su plusmarca mundial en Florencia.AFP
Un esplendoroso récord del mundo de los 1.500 femeninos presidió, en Florencia, la tercera cita de la Liga de Diamante. La keniana Faith Kipyegon (3:49.11) destronó a la etíope Genzebe Dibaba (3:50.07), la reina de la prueba desde el 17 de julio de 2015, en Mónaco. Desde el pasado año, también en Mónaco, poseía Kipyegon la segunda mejor marca de la historia (3:50.37).
A partir de entonces, la calidad y la regularidad de sus prestaciones hacían pensar, augurar el récord del mundo. La keniana ha cruzado una frontera de fuego. Por primera vez una mujer corre los 1.500 en menos de 3:50.00. Voló, impresionante, con la misma fe de su nombre, sobre la pista como sobre plumas y dejó muy lejos a la siempre formidable Laura Muir (3:57.09). Marta García, decimocuarta con 4:07.21, marca personal, podrá decir: “yo estuve allí”.
Y en su estreno en la temporada, Mo Katir se impuso en unos 5.000 metros de altos vuelos. No estaba en liza Jakob Ingebrigtsen, pero no faltaba casi nadie más en escena. Katir corrió con suma inteligencia, apoyado en un gran y precoz estado de forma que permite jugar con las variables que se deseen.
Controló la prueba, ojeada a la derecha, ojeada a la izquierda, zancada de más, zancada de menos, y resistió el feroz ataque final de Yomif Kejelcha para ganar con 12:52.09, con el etíope a tres centésimas. Una marca no lejana de su soberbio récord de España de 12:50.79, logrado precisamente en Florencia el 10 de junio de 2021. Si Katir se encuentra en tan notable condición en los mismísimos albores de la campaña, se puede pensar, en el curso de su cénit, en un registro inferior a 12:50.00.
La carrera resultó imponente en su conjunto, con un nutrido pelotón de hombres ambiciosos, apiñados, en condiciones de ganar. El 13 fue el número de la suerte. Los 13 primeros bajaron de 13 minutos. El otro español, Thierry Ndikumwenayo, cerró la lista con 12:59.03.
Lester Lescay es uno de los genuinos representantes de algunas de las más notorias características del actual atletismo español. Joven (23 años), talentoso (8,35 en salto de longitud en 2024, sexta marca mundial del año) y no nacido aquí. Lo hizo en Cuba, en Santiago.
Recién nacionalizado, forma con Jordan Díaz -naturalizado en 2022, plusmarquista nacional y campeón olímpico de triple salto, también cubano, de La Habana, 24 años recién cumplidos el 23 de febrero-, la pareja más notoria por origen y similitud de especialidades atléticas, del espejo deportivo español. El deporte como visible reflejo del paisaje sociológico y ciudadano del país.
Lesionados, ninguno de los dos compitió en el recién finalizado Campeonato de España en Pista Corta (short track), la pista cubierta de siempre, celebrado en el pabellón madrileño Gallur. Pero sus figuras estuvieron latentes, mientras otras, numerosas, pintaban presencialmente el agradecido y agraciado lienzo étnico y generacional de nuestro atletismo. Multirracial en lo físico (pieles en distintos tonos oscuros, tostados, de Latinoamérica y África). Joven en lo cronológico (menos de 25 años).
Desplazados por razones políticas o económico-vitales, hay muchos, hombres y mujeres, de diferentes edades, nacidos o criados aquí, compitiendo en distintas modalidades, incrementando de continuo un fenómeno que empezó hace tiempo. Una característica global, pero más acusada, por razones culturales y geográficas, en España, que ha conducido momentáneamente a que, en pruebas olímpicas, siete récords de España masculinos y seis femeninos los ostenten atletas no nacidos entre nosotros.
Attaoui se proclama vencedor de la final masculina de 1.500 metros.EFE
Es el caso de los actuales plusmarquistas españoles de 800 metros, ambos, de 23 años. El monarca al aire libre, Mohamed Attaoui, quinto en los Juegos Olímpicos de París, nació en Marruecos. El recordman en sala, Elvin Josué Canales, en Honduras. Attaoui ganó en Gallur los 1.500. Canales fue tercero en los 800. Los dos exhibieron su clase en pruebas de gran nivel general.
Entre las mujeres, Tessy Ebosele, de 22 años, lesionada en la final de salto de longitud cuando iba segunda a cuatro centímetros del oro, subcampeona mundial sub-20 de triple salto, y bronce en longitud en el Europeo sub-23, nació en Marruecos, pero de familia procedente de Nigeria. Con año y medio de edad, llegó a España con su madre en una patera y obtuvo la nacionalidad española en 2021.
María Vicente (23 años, Hospitalet de Llobregat), llamada a ser una de las mejores atletas de pruebas combinadas del mundo, con un deslumbrante historial juvenil, vendría a establecer un puente unisex entre las cunas extranjeras y las nacionales. De madre conquense y padre cubano, convaleciente de una rotura en el tendón de Aquiles sufrida en marzo de 2024, tampoco compitió en Gallur. Pero, en la ilusionada impaciencia de volverla a ver en las pistas, su imagen sobrevoló toda la competición.
Ebosele, durante la final de salto de longitud en Gallur.EFE
Noveles atletas de pura cepa española destacaron en Gallur y se proyectan con fuerza hacia el atletismo a cielo abierto. Jaime Guerra (25 años) saltó 8, 14 en longitud. Adrià Alfonso (22) estableció, con 20.65, un nuevo récord de España de 200 metros. Los 200 no se programan en los grandes campeonatos en pista corta, pero el registro de Alfonso es una interesante referencia para la larga de los estadios.
Sin parangón en el pasado, una reciente y nutrida generación femenina de cuatrocentistas siembra esperanzas de éxitos en los relevos 4x 400. El nacional de Gallur fue el aperitivo del inminente Europeo de Apeldoorn (Países Bajos), del 6 al 9 de marzo, y de todo lo que venga después. Lideradas por la veterana Paula Sevilla (27 años), lucen Blanca Hervás (22), Carmen Avilés (22), Daniela Fra (24), Eva Santidrián (25) y la benjamina Berta Segura (21).
Se anuncia una época brillante en los 110 vallas con los consagrados Quique Llopis (24 años, cuarto en los Juegos de París, único europeo en la final) y Asier Martínez (misma edad, campeón de Europa y tercero en el Mundial en 2022, sexto en los Juegos de Tokio). Se les ha incorporado el recién llegado Abel Jordán, 21 años, campeón de España de 100 metros y, en Gallur, de 60. Quedó segundo, tras Llopis, en los 60 vallas, a los que no accedió Asier al tropezar con uno de los obstáculos.
Blanca Hervás.Europa Press Sports
He ahí un humano mosaico territorial. Un valenciano, un navarro y un gallego. Rica dispersión para una más rica unión. Jordán, además, estudia en California. Personaliza el moderno internacionalismo de una vieja nación que se abre al mundo y, al mismo tiempo, hacia él se expande.
Gabrielle (Gabby) Thomas, una de esas atletas tocadas por la gracia de la apostura física y el brillo intelectual (graduada en Harvard en neurobiología), rompió el sueño de Julien Alfred de coronarse reina de la velocidad. La atleta de Santa Lucía, vencedora de los 100 metros, accedió a la plata en los 200. Se rindió ante Thomas, esbelta perla mulata estadounidense de 27 años, ya bronce en Tokio.
No hubo incertidumbre en la victoria. Gabby salió m
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París ofreció en la ceremonia de inauguración un paseo fluvial por gran parte de lo mejor de la historia y la cultura de Francia. Parafraseando a Alejandro Dumas y su novela Veinte años después, continuación de Los tres mosqueteros, el título de esta columna alude a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, en los que aparecieron los bañadores de poliuretano, que conocieron su apoteosis un año después por estas fechas, en el Campeonato del Mundo, celeb
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