El ciclista del Soudal selecciona la carrera en un trío que completaba Vlasov pero solo el corredor de Gernika aguantó hasta el esprint en el Boulevard
Remco Evenepoel firmó su tercera victoria en la Clásica de San Sebastián, la carrera que “ama” aunque para igualar el récord de Marino Lejarreta tuvo que esforzarse hasta el final. El ciclista belga, campeón del Mundo, ha vencido en el esprint final a Peio Bilbao, el único corredor del pelotón capaz de aguantar a Evenepoel en el duro trazado de más de 230 kilómetros que ha finalizado en el Boulevard de la capital guipuzcoana.
Evenopoel no ha conseguido repetir las dos escapadas con las que sorprendió en 2019 y maravilló en 2020 como marca de la casa en San Sebastián. En su carrera, donde siente el apoyo del público y se sabe favorito, Evenepoel decidió hacer una selección de un pelotón heterogéneo con decenas de ciclistas con el punto de forma del Tour de Francia.
Evenepoel llegaba a San Sebastián tras disputar el campeonato de Bélgica y el Tour de Suiza en junio después de abandonar por Covid el Giro de Italia cuando lo lideraba. Pero el ciclista del Soudal ha vuelto a demostrar el equilibrio entre una preparación enfocada hacia la Vuelta a España del 26 de agosto y el examen previo del mundial de Glasgow donde aspira a repetir el campeonato del Mundo.
Sin la explosividad de los dos triunfos anteriores en San Sebastián, Evenopoel ha generado una selección con Peio Bilbao y Alexander Vlasov (Bora) que han afrontado en grupo los últimos 40 kilómetros de la carrera. Pero Vlasov no ha logrado mantenerse a rueda del ciclista del Soudal en la segunda y última subida a Murgil, la cuesta de 2,1 kilómetros con un tramo al 19%. Bilbao, consciente de las dificultades del corredor ruso, se ha llegado a emparejar con Evenepoel en el último tramo de una subida repleta de aficionados.
“En la subida animaban más a Peio que a mí”, ha reconocido con una sonrisa Evenepoel ya en meta. El belga ya había olvidado las molestias en su muñeca en una caída durante el recorrido neutralizado que llegó a alarmar a los aficionados. Seguidores que con sus gritos de aliento redoblaron la resistencia de Peio Bilbao en Murgil ante el ritmo en la subida de Evenepoel y le abrieron la puerta a la sorpresa durante los últimos tres kilómetros de callejeo junto a la bahía de la Concha. Pero el clasicómano del Soudal, en pleno proceso de reconversión a ciclista de grandes vueltas, se ha ajustado las boas de sus zapatillas blancas para disputar un tenso y largo esprint final con un Bilbao magnífico. Vlasov, Powles y Ion Izagirre han cruzado la meta por delante el pelotón.