Mundial de Baloncesto
España – Canadá (15.30 h., La 1)
El paso adelante de Juancho y Willy, lejos de su versión del pasado Eurobasket, clave para el duelo sin red ante Canadá. “Quien no crea, que no venga”, desafía el alero
En ellos se posan los focos y la responsabilidad. Hace tiempo que los hermanos Hernangómez dejaron de ser complementos en la selección para convertirse en protagonistas. Aprendieron de primera mano los mandamientos de La Familia, los códigos en la pista y en el vestuario. ‘Mamaron’ de los Gasol, de Rudy, de Navarro, de Felipe y compañía. Y aunque en el oro de Pekín ya resultaron parte fundamental de aquella rotación tan corta, fue en en el pasado Eurobasket donde derribaron el muro: MVP del torneo Willy y MVP de la final Juancho.
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Aquella España de los Hernangómez se tambalea ahora. Camina en el abismo de un adiós prematuro, de que un empujón canadiense o su propia debilidad la despojen de la lucha por las medallas, del viaje a Manila para disputar los cuartos de final. Apenas una gesta la rescata del fracaso y si alguien está señalado para dar el paso adelante son Willy y Juancho, casi treintañeros ya, en la selección desde 2015 el mayor y desde 2017 el mediano de la familia, tan desaparecidos en el combate contra Letonia que Sergio Scariolo les olvidó en los minutos de la verdad del último acto, cuando España sufría una remontada insólita.
A menudo las broncas del seleccionador apuntan a los hermanos, acompañados en Yakarta, como siempre, por sus padres (también está la novia de Willy entre los pocos familiares desplazados a Indonesia). No tiene reparos Scariolo en evidenciar las reprimendas, los gritos, como buscando el resorte que les espabile, sobre todo en defensa. Ahí, en la concentración, es donde más están quedando en evidencia tanto el pívot como el alero. Pero los números también muestran el paso atrás.
Willy, al que ofensivamente le está penalizando la ausencia de su ‘socio’ Lorenzo Brown, sigue siendo el máximo anotador de la selección en el torneo, pero ha bajado de los 17,2 puntos por partido del Europeo a los 16,5 actuales. Del 64% en tiros de dos, al 60. De casi siete rebotes, a 5,5. De 19,7 créditos de valoración, a 17. «Siempre intento hacer todo lo que puedo. He tenido fallos, como todos, soy el primero que me critico y que quiere hacerlo mejor. Es el día clave para hacer las cosas bien y, sobre todo, dejarse la piel y el corazón por los compañeros», admitía ayer en su comparecencia en el hotel Fairmont de Yakarta, donde dieron la cara los pesos pesados, los hermanos y Rudy (Llull, con molestias en su gemelo, se ausentó).
Juancho es el jugador que más tiros ejecuta en España, casi 11. Entre los dos hermanos, 21, más del 30% del total del equipo. También su bajón es evidente. Cargado de faltas, apenas pudo brillar en la recta de meta ante Letonia -el seleccionador prefirió a Claver para defender a Davis Bertans-, donde hubo una evidente jugada por la que Scariolo le llamó la atención. Tras uno de los ataques mejor ejecutados, balón a la esquina para el nuevo jugador del Panathinaikos y… en vez de tirar, optó por la finta y otro pase, lo que acabó por enredar todo. «Hay que mejorar todos, estar concentrados, yo el primero. Yo no tuve mi día, pero esto es un equipo», concedía ayer.
Su mejor partido llegó en el trámite contra Irán, 21 puntos. Pero sus números también evidencian el bajón. De 12,8 puntos por noche en el Eurobasket a 12,4. De cinco rebotes a 4,3. De 14,8 de valoración a 10,8. De un 38,8% en triples a un 31,2….
Hoy contra Canadá es inevitablemente su turno. A ellos irán los elogios por la hazaña o las críticas por el adiós. Competirán contra tipos NBA a los que conocen bien, aunque ambos hayan emprendido este verano el camino de retorno a Europa (Willy al Barça, Juancho a Grecia) tras temporadas de demasiado banquillo. Y enfrente, un entrenador que es algo más. Juancho es el padrino de los hijos de Jordi Fernández, con el que coincidió en los Nuggets: «Está claro que para mí es importante, es esencial, me ha ayudado mucho en toda mi carrera. Le quiero mucho y al final del partido volveremos a ser amigos». «Hay que vaciarse, hay que darlo todo y si nos han ganado dando todo, pues le daremos la enhorabuena y saldremos con la cabeza bien alta», concluía el autor de siete triples en la final del pasado Europeo, con un mensaje claro: “Quien no crea en España, que no venga”.