España, actual campeona olímpica de waterpolo, cayó ayer con estrépito ante Hungría (15-9) y quedó apeada de la final del Mundial de Singapur. El equipo dirigido por Jordi Valls protagonizó una de sus peores actuaciones de los últimos tiempos, aunque el miércoles peleará por el bronce ante Estados Unidos (11:35 horas), en busca de su sexta medalla mundialista en 12 años.
Hungría, doble campeona mundial (1994, 2005) y plata en las dos últimas ediciones (2022, 2024), dominó desde el inicio a las españolas, que nunca supieron controlar a Rita Keszthelyi-Nagy. La jugadora del CN Sabadell, una de las grandes estrellas de la última década, comandó el ataque magiar con tres goles, los mismos que Dorottya Szilágyi.
El aprovechamiento en las superioridades (7/9 en los primeros dos cuartos), el rendimiento de Boglarka Neszmely bajo palos y la intensidad húngara en cada zona de la piscina resultó determinante desde el pitido inicial. Y eso que España anotó en su primer ataque, un gran gol de revés de Paula Leitón. Un mero espejismo. Hasta seis goles de una tacada anotaron las húngaras, cinco en superioridad y un sexto como metáfora del partido. Una falta de entendimiento en el saque, sorprendió a Martina Terré fuera de la portería y Kamilla Farago, desde muy lejos, elevó el 6-1 al marcador.
Cambio en la portería
Dos goles dieron algo de oxígeno a España al inicio del segundo tiempo (6-3), pero la inercia no cambió. Un parcial 4-0 colocó la máxima diferencia (10-3), que se mantuvo al descanso (11-4), cuando ya había aparecido en escena Keszthelyi-Nagy, con dos tantos. Ni el cambio de portería, con la entrada de Mariona Terré en sustitución de su hermana Martina, giró las cosas, aunque al menos cerró la sangría en defensa y en el tercer cuarto el parcial fue 3-2, con una máxima de nueve goles (14-5).
A España no le salió nada y se le hizo muy largo el partido. Al menos, su rival bajó el ritmo y permitió un 1-3 en los últimos ocho minutos. Sólo de este modo, las campeonas olímpicas maquillaron la derrota hasta el 15-9.




