España tiene un equipo, es fiable y ya mira a la Eurocopa tras imponerse a Escocia

España tiene un equipo, es fiable y ya mira a la Eurocopa tras imponerse a Escocia

2-0 en Sevilla

Actualizado

Pese a no brillar demasiado, ganó con solvencia con goles de Morata y Sancet. De la Fuente buscó soluciones en el banquillo y las encontró (2-0).

Morata celebra su gol a Escocia en La Cartuja.EFE

España tiene que hacer una cosa extrañísima para no ir a la Eurocopa de Alemania del año que viene. España, como quien dice, tendría que ausentarse de los tres próximos partidos. Para empezar, si gana en Noruega el domingo, estará clasificada. Si empata, le bastará con ganar a Chipre o Georgia en noviembre, e incluso si pierde, le servirá con ganar esos dos partidos. Es decir, que España va a estar en la Eurocopa después de sudar ayer lo indecible para quitarse de encima a Escocia, a la que finalmente hasta igualó el goal-average particular para discutirle hasta el primer puesto. No fue una noche cómoda para el equipo, lejos de su festival goleador de septiembre, pero vino la sesión a confirmar que lo que se está construyendo es algo fiable. [Narración y estadísticas (2-0)]

Porque Luis de la Fuente tiene un equipo. Podrá gustar más o menos, pero ya tiene un equipo, y salvo que las lesiones lo impidan, con este grupo va a llegar a la Eurocopa. Variarán dos, tres, incluso cuatro nombres, en la convocatoria, y variarán uno o dos, incluso tres, en el once, pero Luis de la Fuente tiene un equipo. Hay días en los que está más inspirado, como los partidos de septiembre, y hay días en los que no aparecen las musas (que tampoco es que haya muchas, entendidas éstas como la expresión del talento puro). Ayer, bajo el calor veraniego de La Cartuja, fue uno de esos días opacos en los que la versión fue más bien gris. Aún así, y no es poca cosa, Luis de la Fuente tiene un equipo. Y, además, ayer demostró que, cuando las cosas no van bien, busca soluciones en el banquillo. Las encontró, lo cual también es una buena noticia.

Todo podía haber cambiado en el primer minuto, cuando una de las escasísimas veces que España logró jugar al primer toque por dentro dejó a Ferran mano a mano con Gunn. El extremo del Barça la tiró fuera, muy fuera de hecho, y por ahí comenzó a apagarse la selección, a la que le costó Dios y ayuda volver a encontrar huecos. Con todo el equipo escocés metido en su propio campo, conscientes de que ellos ya están clasificados salvo una catástrofe impensable, a España le resultó indescifrable la maraña de jugadores rivales. Ni por dentro, donde había muchísima gente, ni por fuera, donde Oyarzabal y Ferran no pudieron dejar carril para Balde y Carvajal. Gavi permaneció inédito casi toda la noche, ofuscado en esperar un balón que nunca llegó.

SIN SUFRIMIENTO

La única noticia buena de la primera parte fue que el equipo no sufrió. Y no lo hizo primero porque Escocia apenas pasó del centro del campo, pero también porque las pocas veces que lo hizo, gente como los centrales o como Unai Simón no tuvieron inconveniente alguno en darle una patada al balón y que se fuera lo más lejos posible, una práctica prohibida en la etapa de Luis Enrique y que, pese al buen propósito que sin duda perseguía el asturiano, no contribuía en nada a la calma del equipo. Hoy en día, si hay que dar un pelotazo se da, y tan tranquilos. No se hunde el fútbol. Ni la vida.

La segunda vez que España logró romper la defensa rival, el balón terminó en el poste tras un disparo de Mikel Merino, que recibió un rechace de una jugada iniciada por Gavi. Era a la media hora, pero hasta ahí. En el primer minuto y a la media hora, España podía haberse puesto por delante, pero no lo hizo y afrontó el descanso ansiosa por encontrar nuevas vías de felicidad.

Las exploró De la Fuente con dos debutantes, Fran García y la sensación de la semana, Bryan Zaragoza, regate puro. Tras dos fogonazos del chico del Granada, le vino un susto morrocotudo a la selección, a la que sólo el VAR salvó de ponerse por debajo en el marcador. Una imprudencia de Carvajal permitió a McTominay marcar de falta directa, pero un fuera de juego de un compañero, que molestó además a Unai Simón, una acción imperceptible al ojo humano, invalidó el tanto.

Sancet, ante Porteous y Gunn, en la acción del 2-0.AP

Siguió el seleccionador probando cosas y tiró de Navas, el más veterano, el último mohicano de la gran época del fútbol patrio. Un delicioso centro suyo permitió a Morata prorrogar su idílico arranque de temporada, con 11 goles en 11 partidos. Metió la cabeza por fin para poner por delante a su equipo cuando más falta le hacía, cuando el partido había derivado en una sucesión de centros laterales que obligaban a pensar en un rematador todavía más puro que Morata: Joselu.

No hizo falta, porque el delantero del Atlético de Madrid está en un plan en el que nadie le puede toser. Sancet, la otra solución que había buscado De la Fuente en el banquillo, fue quien hizo el segundo para dejar a España con una sonrisa camino de la Eurocopa. Y con la sensación de ser un equipo. Con todo lo bueno que eso significa.

kpd