Mundial de Balonmano (F)
La selección femenina de balonmano arranca su andadura en el Mundial de Dinamarca, Noruega y Suecia con una clara victoria 34-17
La selección femenina de balonmano cumplió con el guion y arrancó su andadura en el Mundial de Dinamarca, Noruega y Suecia con una clara victoria 34-17 sobre Kazajistán, en un encuentro en el que las españolas tardaron más de 20 minutos en meterse en el partido.
Una circunstancia que obligó a pedir un tiempo muerto al preparador español Ambros Martín para pedir a sus jugadoras que “espabilaran” y se quitaran de encima los nervios propios del estreno en cualquier gran competición.
Y es que pese a la distancia sideral existente entre ambos equipos, como demostraba el contundente 16-43 por el que las españolas se impusieron a las asiáticas en su último enfrentamiento, cumplidos los primeros 22 minutos de juego España sólo ganaba por 8-6.
Escueto marcador que reflejó mejor que nada la pasividad con la que arrancó el Mundial el conjunto español, que se empeñó en engordar las estadísticas de las hasta tres porteras que Kazajistán utilizó en la primera mitad.
Algo mejor estuvieron en defensa las de Ambros Martín, pese al sorprendente e inquietante 1-3 que figuraba en el tanteador a los cuatro minutos de juego, a las que las bastó con centrarse mínimamente para dejar a las asiáticas 13 minutos sin marcar (8-4).
Pero los errores en el lanzamiento, muchos de ellos muy claros, en los que siguió incurriendo el equipo español permitieron seguir muy vivo al conjunto kazajo (8-6) lo que obligó a parar el partido al preparador español.
“Vamos a espabilar”
“Vamos a espabilar, soltarnos los nervios y jugar como sabemos. Vamos a hacer cosas fáciles y sencillas”, reclamó un Ambros Martín, que pese a lo inesperado del marcador, nunca perdió la calma.
Palabras que parecieron calar en la jugadoras españolas que encontraron la solución a sus problemas ofensivos en la pivote Kaba Gassama, que hizo valer su imponente físico, para convertir en gol o penalti cada balón que recibió en la línea de seis metros.
Un recurso que posibilitó abrir brecha en el marcador a la selección española, que se marchó al descanso con una renta de seis goles (14-8) que permitieron, por fin, respirar a España.
Ventaja que se disparó definitivamente en la segunda mitad en la que la selección, liderada por una gran Merche Castellanos, que firmó nueve paradas, dos de ellas a lanzamiento de penalti, dio un paso adelante en defensa.
Una mejoría que permitió al conjunto español sacar a relucir su veloz juego de contraataque, algo que había hecho con cuentagotas en el primer período, para acabar de sentenciar definitivamente la contienda.
Y cuando no fueron las Maitane Etxeberria o Amaia González de Garibay las encargadas de trasladar el tanteador la distancia que separa en estos momentos a España y Kazajistan fue la lateral Mireya González, autora de cinco tantos en el segundo tiempo, quien amplió la ventaja del equipo español como reflejó el 34-17 final.