Balonmano femenino
Países Bajos pasa por encima de la selección (29-21) y necesita que Montenegro se clasifique para cuartos de final para estar en el Preolímpico
Tenía que pasar: la crisis era esto. Quedan lejos, demasiado lejos, los tiempos en los que el Mar Valencia o el Itxako luchaban por la Champions de balonmano femenino y España brillaba -tanto como un bronce olímpico en los Juegos de Londres 2012- con jugadoras de ambos equipos. Ahora todo es más gris. Desde hace una década ningún equipo español juega la máxima competición europea y la selección ha ido perdiendo nivel hasta tocar fondo. Su exagerada derrota ayer ante Países Bajos (29-21) fue el adiós del Mundial en la fase de grupos y, lo que es peor, el posible adiós de los Juegos Olímpicos de París 2024. Sólo la clasificación hoy de Montenegro para cuartos de final permitiría que España lograra la última de las plazas del Preolímpico.
Como ocurrió ante República Checa, lo peor del tropiezo ante Países Bajos no fue el resultado si no la sensación de que a esta generación le faltan argumentos para la élite. La ausencia en el torneo de las últimas referentes –Shandy Barbosa, Nerea Pena o Almudena Rodríguez– obligaba a crecer a algunas jóvenes y no lo hicieron. En el futuro, la selección será lo que sean la central Paula Arcos y la pivote Lysa Tchaptchet, ambas jugadoras de 21 años del Vipers Kristiansand noruego, el vigente campeón de Europa, pero necesitan madurez y mucha compañía. Cada vez hay menos españolas jugando al máximo nivel y vestir la plantilla será difícil.
Ante Países Bajos, la selección que arrebató a España el Mundial de 2019, Arcos sólo encontró ayuda en Mireya González, ya veterana, poco más. La selección que dirige Ambrós Martín fue más intensa y estuvo más concentrada de inicio que en la derrota previa ante República Checa, pero se encontró con un rival de mayor nivel. El espejismo de los primeros minutos (2-4, min. 5) se desvaneció al descanso (13-9) y la segunda parte fue un ejercicio puro de impotencia. España acumuló pérdidas y exclusiones mientras Martín se desgañitaba en la banda para intentar lo imposible y Países Bajos se divertía. Una muestra fue la cantidad de balones que llegaron a sus extremos, Angela Malestein por la derecha y Zoë Sprengers por la izquierda, que acabaron con 11 goles entre las dos. La falta de acierto en la portería de Mercedes Castellanos y Daryl Zoqbi no ayudó, pero los problemas de España eran demasiado graves para que los arreglara una jugadora.
Ahora a la selección sólo le queda sentarse delante de la televisión y esperar. Para mantener sus posibilidades de estar en los próximos Juegos Olímpicos necesita que hoy Croacia pierda ante una Hungría ya clasificada (a las 18.00 horas) o que Montenegro no gane a Suecia, una de las anfitrionas (a las 20.30 horas). Si se da uno de los dos resultados, España entrará en el Preolímpico, que deberá jugar fuera de casa y ante los adversarios de más ranking. Si no, directamente no estará en los Juegos -por primera vez desde 2008- y lamentará la pérdida de una generación.