No estaba siendo un partido que se caracterizara por su brillantez futbolística, pero una desafortunada salida de puños del portero escocés Gunn, en el minuto 68, dejó a Varga, aparentemente inconsciente, tendido en el suelo. La preocupación entre los allí presentes era palpable y todas las asistencias disponibles saltaron al campo para atender al delantero húngaro, que se marchó en camilla rodeado por una manta. A partir de ese momento, lo que quedaba de partido pasó a un segundo plano al desconocerse cuál era su estado.
A nivel estrictamente futbolístico, la situación del equipo escocés no era fácil. Si bien tenía una mínima posibilidad de pasar como segunda, con ayuda de Alemania, y hacer historia, un fallo ante Hungría le mandaba directamente a casa. Algo que finalmente ocurrió, tal vez debido a su exceso conservadurismo en un encuentro en el que necesitaba asegurarse la tercera plaza para tener alguna opción de seguir vivo en el torneo.
Los jugadores y servicios de asistencia sostienen una manta para cubrir a VargaMIGUEL MEDINAAFP
Tampoco el planteamiento inicial de Hungría invitaba a muchas florituras, pero conforme avanzaban los minutos lo que era un tenue control escocés se transformó en un partido en el que cualquiera podía adelantarse en una jugada aislada mal defendida.
La primera parte transcurrió con ambos equipos temerosos de que su rival les obligara a una remontada que se intuía difícil. La primera gran oportunidad llegó en el minuto 40, cuando Orban remataba alto una falta botada por Szoboszlai. En los minutos finales, la necesidad de Hungría por marcar la invitó a ir al ataque y en el minuto 99 y tras haber tirado al palo con anterioridad, Csoboth marcaba el único tanto del partido para dar esperanzas a los suyos. En la celebración, no faltó el recuerdo hacia su compañero mostrando al público su camiseta. Escocia, resignada, se vuelve a casa habiendo cosechado solo un punto en toda la Eurocopa.
Ejercer el liderazgo y mantenerlo no es tarea fácil, ni cualquiera está capacitado para ello. Llevar la voz cantante y a raya a tus opositores, requiere de algo más que talento, estrategia y perseverancia. La forja de un ganador nato no es una caldera hirviendo, se basa en el fuego lento, meticuloso, hábil y analítico. Después llega el éxito continuado, e incluso la consagración. Aquellos que se pregunten quién manda en MotoGP y por qué, deben ob
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Joao Félix (Viseu, 1999) resolvió las dudas del Barcelona y Atlético de Madrid en Montjuic a la media hora de juego. No sólo celebró el gol ante su ex equipo, se subió a una valla para reivindicarse ante él. Era su momento álgido en el club culé, "el sueño" que tuvo desde niño. Sus defensores aseguraban que, esta vez sí, había encontrado su sitio. Desde el club rojiblanco respondían que su última preocupación era cómo celebraba Joao.
Solo tres meses y medio después, la situación del luso en el FC Barcelona es completamente diferente. Joao Félix había comenzado siendo fundamental en el once de Xavi con 10 de 11 presencias en el equipo titular hasta la exhibición en Montjuic frente a los rojiblancos y jugando los 90 minutos en tres de ellos. Tras ese 3 de diciembre de 2023, sin contar con los cuatro encuentros que se perdió por una lesión de tobillo, Félix no ha vuelto a jugar un partido completo. Ha jugado de inicio en seis de nueve duelos, pero apenas lo ha hecho una hora en tres de ellos.
El portugués mantiene la media goleadora en el Barcelona que ha tenido en España. Desde su explosión en el Benfica en la temporada 2018/19, año que le valió el fichaje por el Atlético de Madrid por unos 127 millones de euros, nunca ha anotado más de 10 goles, 15 hizo aquel año. Joao ha marcado una decena dos años seguidos con los colchoneros (2020/21, 2021/22) y lleva ocho tantos este año con el Barça. El último en la goleada del equipo culé ante el Getafe el pasado 24 de febrero.
"Hago mi trabajo e intento hacer lo mejor para ayudar al equipo, he vuelto de lesión antes", comentó tras ese partido en el que afirmó que siempre intenta "disfrutar" sobre el campo. No es una afirmación accidental, fue lo primero que recordó en una entrevista cuando llegó al Barça. Decía que Xavi le pedía que disfrutase mientras que en el Atlético argumentaba sentirse "mal" porque no se adaptaba a las "ideas del entrenador".
El portugués tras marcar al Atlético.EFE
Lo cierto es que el rendimiento de Joao Félix siempre ha sido a modo de bengala: brillante al inicio y perdiendo fulgor hasta terminar por apagarse, bien porque la relación con el entrenador no era la idónea, bien porque su encaje en el grupo tampoco acababa de ser el correcto o, directamente, porque compañeros suyos, con más hambre y ganas que el portugués, le relegaban a un segundo plano. Lugar en el que nunca se sintió cómodo como ha mostrado en multitud de ocasiones en el Atlético de Madrid.
Así, el portugués no ha podido triunfar en sus tres años y medio como rojiblanco, tampoco en sus seis meses cedido en el Chelsea, donde aseguró sentirse "feliz" y "libre" porque al equipo le gustaba "atacar" y ahora ha vuelto a exhibir una progresión parecida en el Barcelona, aunque aún tiene algunos meses para cambiarlo.
Restan 10 partidos de LaLiga más, mínimo, dos de Champions League. El Barça y el portugués se necesitan. Al club no le sobra presupuesto, cuanto mejor acabe en Liga y más avance en la máxima competición continental, mayor límite salarial podrá obtener. Y al portugués se le terminan las oportunidades para brillar y los clubes que quieran apostar por él.
Futuro
Si en los inicios de esta temporada, ante el buen hacer del 14 blaugrana, se exploraban diversas fórmulas, incluso la venta, para quedarse en la disciplina culé. Su descenso de rendimiento y las dificultades económicas del Barça hacen que incluso un segundo año de cesión entre ambos conjuntos sea una operación ya no tan sencilla como se ha especulado pese a la gran relación que tiene su agente, Jorge Mendes, con ambos clubes.
Desde la cúpula rojiblanca siguen apreciando al futbolista portugués y creen que aún tiene mercado. Saben que su encaje en el vestuario donde solo hay un líder y se llama Diego Simeone es complicado, pero no consideran las manifestaciones o las acciones del portugués como irreconciliables con el club y recuerdan lo ocurrido con Griezmann y su marcha al Barça, documental incluido, como errores que se pueden superar.
Tras la ostentosa celebración de Montjuic, Joao Félix vuelve a un Metropolitano donde dice le espera un ambiente "complicado para todos" pero especialmente para él. "Me motiva más, me gustan estos partidos importantes y picantes, hay una motivación extra", comentó en la previa del partido.
Morata, uno de los pesos pesados del vestuario, reconoce que el recibimiento será muy pasional. "La gente tiene sentimientos y solo espero que no tenga un buen día futbolístico. Seguro que lo tratan con respeto, todavía pertenece al club y en el futuro no se sabe lo que va a pasar", apuntó en las dos direcciones del affaire Joao Félix, la sentimental y la económica.
Simeone, por su parte, ya le ha sacado de su club de manera educada. "Soy muy respetuoso para los futbolistas de otros equipos, no opino de ninguno y este no será excepción", expresó. Xavi, en cambio, le animó a "mostrar personalidad" y le desveló que a él le gustaban los "ambientes hostiles". Mañana lo será para el Menino de Oro o, si hablamos de los últimos tiempos, de Hojalata.