De un año para otro, la situación de Eric García en el Barça ha dado un vuelco impresionante. El curso pasado, el primero de Hansi Flick en el banquillo azulgrana, el de Martorell fue un comodín de lujo. Hasta tal punto, que el pasado mes de enero se llegó a manejar muy en serio la posibilidad de que el defensa regresara en calidad de cedido a un Girona donde, en la campaña 2023-24, pudo reencontrarse con su mejor versión. El alemán, pese a todo, no quiso saber nada en absoluto de esa posibilidad. Y, de hecho, ya empezó entonces a probar en algunos partidos uno de los factores que han acabado por convertirlo ahora en una pieza clave en sus esquemas: la polivalencia.
En la segunda mitad de una temporada que culminaría con la llegada a las vitrinas del Barça de la Liga, la Copa y la Supercopa de España, Flick ya probó a Eric como lateral derecho y como pivote. Entonces, el lugar en el que parecía convencerlo más estaba pegado a la cal. En la presente campaña, mientras, además de estrenar una nueva faceta, la de lateral izquierdo, puesto que ocupó por primera vez tras relevar a Gerard Martín en un duelo en Montjuïc frente a la Real Sociedad que culminó con victoria local por 2-1, su rendimiento ha sido de lo más destacable tanto como central como de pivote. Una función, esta última, que ha ocupado de inicio en los tres últimos partidos de Liga, frente al Atlético, el Betis y Osasuna y en la que, aparentemente, Eric estaría ahora mismo por delante de un jugador que el técnico consideraba vital tampoco hace tanto: Frenkie de Jong.
«Lo cierto es que podemos colocarlo en diferentes puestos, porque defiende bien, pero también tiene una muy buena salida de balón y nos da muchas opciones. Es genial poder tenerlo con nosotros», aseveraba el propio Flick en la víspera del partido frente al conjunto navarro. Ante el Guadalajara, en la Copa del Rey, Eric jugó en el centro de la defensa. Contra el Villarreal, este domingo, mientras, en un duelo en el que los azulgrana buscarán despedir 2025 con una nueva victoria, podría volver a alinearse en la medular, donde su presencia le aporta una mayor consistencia al equipo.
Renovación hasta 2031
Sea donde sea, Eric es imprescindible. Los números, de hecho, hablan por sí solos. Ahora mismo, el defensa es el jugador azulgrana que acumula más horas de vuelo en sus piernas, con un total de 1.861 minutos disputados y presencia en todos y cada uno de los 24 partidos que ha disputado el Barça hasta el momento entre Liga, Champions y Copa del Rey. De hecho,solo ha tenido breves ratos frente a la Real Sociedad, como relevo de urgencia de un Gerard Martín a quien Flick ha reconvertido ahora también en su opción principal para el lado izquierdo del centro de la zaga, y ante el Newcastle, en un estreno azulgrana en la presente edición de la máxima competición europea que se saldó con victoria por 1-2.
Tan imprescindible es ahora Eric en los esquemas del técnico alemán que ni siquiera el hecho de acabar con la nariz rota tras el 3-3 en Brujas lo ha sacado ni mucho menos de sus planes. Ha tenido que jugar desde principios de noviembre con una máscara, que, quizás, podría dejar al fin de lado en La Cerámica. Su gran rendimiento, además, ya le ha permitido firmar la ampliación de su contrato con el Barça hasta el 30 de junio de 2031, pero hay una leve espinita que, por ahora, parece que va a tener clavada por un tiempo: el seleccionador español, Luis de la Fuente, no parece estar muy por la labor de incluirlo en sus listas. ¿Logrará hacerlo cambiar de opinión? Si sigue así, tal vez, no le quede otro remedio.





