Tuvo que tomar una decisión drástica con el jugador este verano: “Cuando le comuniqué mis intenciones fue uno de los días más difíciles de mi carrera… Quise ser honesto”.
Para Pep Guardiola no fue tan complicado. Cuando decidió que tres jugadores con tanto peso en el vestuario como Ronaldinho, Deco y Eto’o no podían seguir en el Barça tras su llegada al banquillo, por mucho que después el camerunés se quedara un año más, no tenía el bagaje de haber compartido vestuario con ellos como futbolista. Por eso, para Xavi fue un trago muy duro comunicarle a Gerard Piqué, el verano pasado, que este curso no iba a tener el protagonismo de antaño. Con todo, tampoco le tembló el pulso. Las necesidades del equipo, del club, estaban, y están, por encima de la amistad.
Decirle que hay gente que le ha pasado por delante a alguien con el que has levantado trofeos como la Champions, la Eurocopa o el título de Campeón del Mundo, con el que has compartido malos tragos, o con el que has pisado el mismo césped día tras día no es nada fácil. Hace ya más de dos años, el propio Piqué, tras la debacle ante el Bayern en la Champions, aseguró que se marcharía para dar entrada a savia nueva si se consideraba que ya no podía darlo todo por el equipo. Con todo, seguro, la sinceridad de Xavi debió sentarle como un puñetazo en la boca del estómago. Sobre todo porque la temporada pasada fue uno de los puntales de la zaga.
«Cuando le comuniqué mis intenciones, fue uno de los días más difíciles de mi carrera como entrenador, porque es un compañero y le tengo una gran estima. En cuanto llega el momento en el que ya no eres importante, te sientes muy mal, lo entiendo, porque yo también he pasado por eso», aseguró el entrenador en la rueda de prensa previa al partido contra el Almería, monopolizada por el adiós de Piqué. Por mucho que fuera un mal trago, Xavi siempre lo tuvo muy claro: antes que amigo, es entrenador. Y, sobre todo, se debe al Barça. «He intentado ser honesto. El futbolista, cuando no lo pones, siente que el culpable es el entrenador. Tienes que lidiar con eso, y a veces es desagradable tomar este tipo de decisiones con compañeros como Piqué o Alves, pero al final lo que manda es el trabajo», recalcó.
El actual técnico azulgrana, además, insistió mucho en que su relación con el central no se ha deteriorado desde que le comunicara el verano pasado que iba a perder protagonismo. «La relación es la misma que antes, no hay una mala relación. Simplemente, tengo que tomar decisiones por el bien del equipo y por el bien del club. Cuando no pones a alguien que ha sido tanto para esta entidad, no gusta, pero no se ha enfriado. Para nada», aseguró. «No hay nada que reprocharle. No ha sido para nada algo personal, sólo futbolístico. No tengo ningún problema con Gerard, al contrario. Ha sumado y, si continuara, seguiría sumando. Siempre ha dado el 100%, jugara lo que jugara», reiteró un Xavi que no dudó en calificarlo como «uno de los mejores centrales de la historia». «Se ha ganado el derecho a elegir cómo y cuándo decir adiós», apostilló.
Desde su punto de vista, la decisión de Piqué ha sido provocada por una serie de circunstancias en la que, cómo no, su conversación tuvo mucho peso. El central, además, recibió una sonada pitada cuando saltó al terreno de juego en el transcurso del partido que el Barça jugó ante el Villarreal el pasado 20 de octubre. Muchos lo señalaron como el gran culpable de la última debacle europea del equipo. Ante el Inter, cometió dos graves errores, en un duelo que acabó con 3-3 y dejando prácticamente al equipo fuera de los octavos de la Champions. Este mismo sábado, ante el Almería, por mucho que se resistiera a desvelar si le dará o no algunos minutos, Xavi quiere que su afición se despida él como se merece.
«Para nosotros, la despedida de Gerard supone un extra de motivación. Queremos regalarle los tres puntos, buenas sensaciones, que la gente lo anime, lo ovacione, que lo coree, su nombre, porque es lo que se merece, por la carrera tan extraordinaria que ha hecho. Queremos que sea un día grande para él», aseveró el entrenador azulgrana. «Se merece todos los elogios. He tenido la suerte de ser su compañero y su entrenador. Por una serie de circunstancias, ha decidido poner punto final. Aún tiene contrato, pero muestra una grandeza espectacular dando este paso al lado. Es una leyenda del club», insistió.
No obstante, puede que el duelo ante el Almería, si cuenta con minutos, no sea el último de Piqué luciendo el escudo del Barça sobre el césped. Según desveló el propio Xavi, aún cuentan con él con vistas al partido del próximo martes ante Osasuna, el último antes del parón por el Mundial de Qatar. Después, según explicó, junto con Mateu Alemany, director de fútbol, y el presidente, Joan Laporta, se analizará la situación de cara a un mercado de invierno en el que podría llegar otro central. «Como hay margen, ya veremos qué podemos hacer», sentenció.