Mundial de natación
La atacante, que brilló en las semifinales, se lleva el premio y se confirma como la líder de la selección para las próximas citas
Recuerda Elena Ruiz que en su habitación, de pequeña, tenía colgado un póster de Roser Tarragó y la anécdota la describe. Por partida triple Ruiz es joven, muy joven, apenas 18 años, por ello su ídolo de infancia todavía tiene sólo 30. Ruiz es una cañonera, como Tarragó, y, de hecho, es su relevo natural en España. Y Ruiz vive el waterpolo desde que era una niña porque su madre ya jugaba, una herencia insólita. La adolescente, la lanzadora, la apasionada del waterpolo Elena Ruiz fue escogida ayer MVP del Mundial de Fukuoka y esa fue seguramente la mejor noticia para la selección de caer en los penaltis de la final ante Países Bajos.
Una derrota, otra más en lucha por el oro -y ya van cinco entre en Mundiales y Juegos Olímpicos-, que no pudo ocultar que el equipo tiene líder para muchos años. Con el brazo de Ruiz como argumento, España se plantará en los Juegos de París 2024 en busca de la victoria que se le resiste, pero también puede proyectarse en los Juegos de Los Ángeles 2028, en los Juegos de Brisbane 2032 y hasta en los Juegos de 2036, allí donde se celebren. Para entonces, por sorprendente que parezca, sólo tendrá 32 años.
Su precocidad apenas resiste comparaciones: si acaso, en el deporte español, con Ricky Rubio. Nacida en 2004 en Rubí, un municipio en la zona industrial que rodea Barcelona, Ruiz empezó a nadar a los cuatro años y, siguiendo los pasos de su hermana Ariadna, también internacional en el Mundial, a los siete ya saltó al waterpolo. En el Club Natació Rubí había jugado su madre y por eso no era extraño verla en las categorías inferiores. Pero sí fue raro, muy raro, que debutara en División de Honor justo el día antes de que cumpliera 13 años.
En primero de la ESO, con licencia de cadete, ya era titular y, después de la pandemia, mientras hacía cuarto, fue la máxima goleadora de la liga española. Entonces llegó la llamada de la selección. Pese a jugar en un club modesto y a su extraordinaria juventud, el seleccionador, Miki Oca, se la llevó a los Juegos de Tokio 2020 y le entregó un montón de minutos. Mientras otras jugadoras de su generación, como su hermana Ariadna (2002), Cristina Nogué (2003), Nona Pérez (2003), Paula Camus (2002) y la portera Martina Terré (2002), sufrían para hacerse un hueco -y aún están en ello- Ruiz fue líder desde su debut.
“Estoy muy orgullosa”
Lo confirmó en este Mundial de Fukuoka. Con una plata olímpica, un Europeo y una Champions con el Sabadell ya en su palmarés, fue el centro del ataque español junto a Judith Forca, que con 24 tantos acabó como máxima anotadora del torneo. «Perdimos la final, pero creo que hicimos un gran campeonato. Estoy muy orgullosa de esta plata. Es muy importante para mí. Es el resultado de todo el entrenamiento y todos los sacrificios que hemos hecho como equipo», comentó Ruiz al acabar el partido decisivo. .
«Ha sido un partido muy apretado. Pese a no conseguir el oro, tenemos que estar satisfechos por el resultado. Perder una final siempre deja un regusto amargo, pero tenemos que celebrar que hemos ganado una medalla y nos hemos clasificado para los Juegos de París», añadía el técnico, Oca.
En el encuentro ante los Países Bajos Elena Ruiz no brilló como, por ejemplo, en semifinales ante Australia, cuando anotó cuatro goles, pero cumplió con su parte. En su lanzamiento de penalti estuvo perfecta, con una relajación impropia de su edad. Luego, justo después, falló Bea Ortiz, íntima amiga suya, también vecina de Rubí, y de ahí la derrota de España.
En realidad, todo el equipo estuvo desacertado durante la final, especialmente en defensa, con las boyas neerlandesas marcando a su antojo. Para llegar a la tanda de penaltis, la selección tuvo que remontar dos tantos de desventaja en el último cuarto y llegó desfondada a la conclusión. Como reconocía Oca, la derrota dejó un mal recuerdo de este Mundial, pero la plata tiene valor y más la confirmación de una líder. Aquí Elena Ruiz, de sólo 18 años, con el futuro por delante.