LaLiga Santander
Valencia 1 Osasuna 0
El gol de Kluivert da aire al equipo de Baraja, muy serio ante un Osasuna al ralentí que apenas inquietó. Sale de los puestos de descenso
Se agarra el Valencia al fortín de Mestalla para seguir en Primera. Es el mejor argumento de un equipo que parece haberse soltado un lastre de las botas y se impulsa sobre los gritos de aliento de su afición. Este Valencia de Baraja es un equipo ordenado, con las ideas claras, que minimiza errores en defensa y que lucha sin descanso contra sus limitaciones en ataque. Maniató a un Osasuna al ralentí, le dejó sin probar entre los tres palos de Mamardashvili y le obligó a sostenerse en Sergio Herrera. Sufrió para llevar ese dominio al marcador, con tres revisiones del VAR de dos expulsiones y un penalti, pero llegó el gol de un jugador que encarna del descaro y la frialdad. Justin Kluivert hizo estallar a un Mestalla en Fallas porque saca al Valencia del descenso. [Narración y estadísticas]
Hace el Valencia de Baraja todo lo que el librillo de la salvación marca. Ha cerrado su portería y sacado a Mamardashvili de la foto de todos los partidos. Es capaz de leer dónde está el peligro de los rivales y secarlo, como hizo Foulquier en su estrecha vigilancia al intimidante y descarado Abde. Incluso intenta luchar contra la ansiedad y las prisas que a tantos errores le han conducido esta temporada. Fútbol sencillo, básico, al que sigue faltándole lo más importante: el gol. El Valencia está muy ciego cara a puerta y eso le costó no poder noquear a Osasuna cuando lo tuvo contra las cuerdas.
Seis goles llevan los valencianistas en 2023 y buscó el Pipo sacudir el ataque con Justin Kluivert, tan eléctrico como Samu Lino pero con más colmillo. Saltó el Valencia a un abarrotado Mestalla con olor a pólvora fallera dispuesto a intimidar a Osasuna y en apenas 20 minutos le metió el miedo en el cuerpo, pero ningún gol. Probó Diakhaby con un remate de cabeza molestado por Cenk, después Kluivert con un centro de rosca que no sorprendió a Herrera, pero quien tuvo las mejores ocasiones fue Hugo Duro, tan batallador como desacertado. Herrera lo atropelló en un mano a mano fuera del área que Iglesias Villanueva interpretó que había salvado con la mano y el VAR ?le rectificó su decisión de mostrarle la roja. Después volvió a dejar al madrileño sin gol en otro mano a mano. Dos intervenciones que minaron la confianza del delantero y dejaron a Osasuna vivo en el partido.
No estuvo cómodo el equipo de Arrasate, impreciso y sin encontrar ni a Abde ni a Chimy Ávila en las orillas ni a Kike García, pero se sostenía a la espera de su momento. Había que bregar, y bregaron, porque ni las soluciones desde el banquillo les desatascaban. Buscaron soluciones para complicar a un Valencia poco exigido en su área y una fue cambiar a Abde de banda para mantener ocupado a Gayà, que volvía al once, y era un arma en ataque que el Valencia estaba engrasando.
Osasuna quiso rearmarse en la segunda parte por si el equipo de Baraja se volvía efervescente, pero eso ya no ocurre. Aunque le incomodó, no fue capaz de acercarse al área local. Ni un disparo entre los tres palos. Solo quedaba esperar a que la tensión de los valencianistas, jugándose unos puntos vitales, jugara a su favor. Apareció, pero la supieron templar. Arrasate buscó dar empaque a su equipo con Darko, Budimir y el refresco en las bandas, muy cohibidos. Baraja mantener la intensidad con Nico y meterle la energía de Lino. Ambos fueron protagonistas. El centrocampista, que regresaba dos meses después de su lesión de rodilla, aprovechó un error de Torró, buscó al brasileño en la orilla izquierda del área para que viera en el segundo palo solo a Kluivert. No le hirvió la sangre y mandó el balón allá donde Herrera no lo podía alcanzar. Sí que atajó un cabezazo de Samu Lino a centro de Ilaix.
El VAR se encargó de enloquecer los minutos finales. Anuló, con acierto, una expulsión del recién salido Aimar Oroz por una entrada a Gayà y le marcó a Iglesias Villanueva que la caída de Correia en el área era penalti. Podía haber dejado de sufrir el corazón de los valencianistas con el segundo tanto, pero Hugo Duro no pudo batir a Herrera. Diez minutos de apretar los dientes y amarrar la segunda victoria consecutiva en Mestalla. Solo en septiembre lo había logrado.