El renacer de Rebeka Masarova: “En 2021 tenía un pie fuera del tenis”

El renacer de Rebeka Masarova: "En 2021 tenía un pie fuera del tenis"

Mutua Madrid Open

Actualizado

La española de origen suizo disputa este sábado ante Sakkari la tercera ronda. Su mentor, Jordi Vilaró, y su entrenador, Pipo Maresma, analizan su evolución

Masarova, en un partido del Mutua.Rodrigo JiménezEFE

«En 2021 estaba con un pie fuera del tenis», comenta a través del teléfono Jordi Vilaró, director de la BTT Tennis Academy y uno de los principales responsables de que Rebeka Masarova haya tomado vuelo en el Mutua Madrid Open, donde este sábado buscará los octavos de final ante la griega Maria Sakkari, número 9 del mundo.

Nacida en Basilea hace 23 años, hija de Marivi, madrileña, y Peter, eslovaco, esta muchacha de contundente físico, que habla seis idiomas, decidió hace tres temporadas jugar para España, después de haber ganado como suiza el título júnior de Roland Garros en 2016. «Ahora se ve lo bonito, pero ha sido un proceso lento y duro, de picar piedra, de disputar torneos de 15.000 y 25.000 dólares», recuerda a este periódico su entrenador, Pipo Maresma, una vez concluida la sesión de trabajo de ayer en la pista 10 de la Caja Mágica.

Masarova logró este miércoles, ante la también española Cristina Bucsa, su primera victoria en un WTA 1000 y un día después se impuso a la croata Donna Vekic, número 23 del mundo.

Asolada por los problemas físicos, con lesiones de rodilla y en los isquiotibiales, la española no pudo mantener la progresión apuntada en la categoría júnior, donde también alcanzó la final del Abierto de Australia, en 2017.

Dificil transición

«Hay chicas que hacen muy rápido la transición. Pero a ella le costó. Sin embargo, pese a caer no se desanimó y volvió a subir», explica Vilaró, que encontró un patrocinador clave para que pudiera seguir dedicándose al tenis cuando acudió a su club, donde ya había pasado períodos siendo una cría.

Madrid, con sus singulares condiciones de altitud, está siendo la plataforma perfecta de una tenista que ya hizo semifinales en Gstaad, bajo circunstancias homologables, con 17 años. «Tiene un juego directo, saca bien y no se arruga. Cuenta con una planta de jugadora de alto nivel y aún dispone de un amplio margen de mejora, tanto técnica como mentalmente», considera Maresma.

A principios de curso fue finalista en Auckland, tras superar a jugadoras del calado de Sloane Stephens, campeona del Abierto de Estados Unidos de 2017 y finalista de Roland Garros un año después. Sólo Coco Gauff, llamada a ser una de las grandes protagonistas del circuito, pudo detenerla. «Le van los escenarios importantes y las tenistas de ránking alto. Le gusta jugar con gente buena», dice Vilaró, quien destaca que «cuando tiene que buscar el punto lo hace y cuando tiene que remar, rema». «Está acostumbrada a depender más de ella que de su rival», prosigue Maresma. Masarova, 74ª, disputa el torneo gracias a una invitación. El jueves, ,tras ganar a Vekic, dijo que estaba preparada para lo que viniese. «Sakkari será un reto muy grande. Al final el trabajo sale, aunque cada jugadora tiene su proceso para hacer clic. Hace tres años, si hubiéramos imaginado que estaríamos donde ahora estamos, nos habrían dicho que estábamos locos», concluye su técnico.

kpd