Joventut 73 Real Madrid 101
Los blancos trituran al Joventut en una semana en la que ya derrotaron a Estrella Roja y Partizán. Acertaron con 15 triples y repartieron 26 asistencias
El Real Madrid ya no avanza de victoria en victoria, lo hace de paliza en paliza, en una costumbre terrible para sus rivales. Ni el cansancio hace mella en los de Chus Mateo, que acumulan viajes, partidos y triunfos en una sucesión espectacular. El Joventut fue la última víctima de una semana en la que ya había desplumado a Estrella Roja y Partizán. [73-101: Narración y estadísticas]
Ninguna victoria por menos de 14 puntos. Encajando poco y anotando muchísimo, más de 100 en el Olímpic, en una tarde caudalosa y espectacular, ante un equipo que está en plena batalla por clasificarse para la próxima Copa del Rey de Málaga y que llegaba tras siete triunfos seguidos. El Real Madrid, solidísimo, se mantiene en todo lo alto en Europa y en la Liga Endesa. Todavía le quedan dos partidos para cerrar el año, Asvel y Valencia.
En Badalona se presentó de nuevo sin Deck (una ausencia en el cuatro que se une a Yabusele) y también sin el mago Sergio Rodríguez. Pero Mateo siempre tiene un soldado listo para dar el paso al frente. Bien temprano empezó a abrir brecha en el Olímpic, dominando el rebote y corriendo, una combinación mortal si le dejan al Madrid.
Mediado el segundo acto, ya se tambaleaban los verdinegros, incapaces de avanzar ante el vendaval. A todas sus virtudes, el Madrid unió el acierto, demoledor desde el perímetro. Al descanso acumulaba ya 10 triples de 21 intentos, especialmente efectivo un Mario Hezonja que habita en las nubes en las últimas semanas. Un triple del croata puso el +21 en menos de 19 minutos (32-53).
Pero Hezonja es ángel y demonio. En una tarde sin demasiada tensión, una protesta acabó con su expulsión. Se enredó con los árbitros en la última jugada de la primera parte y una doble técnica, la segunda ya en el túnel de vestuarios, le impidió seguir con su show en el Olímpic: acumulaba 14 puntos, cuatro triples y seis rebotes.
Fue un pequeño resorte para la Penya, que con los tiros libres se arrimó un poco a la vuelta. Un espejismo. La respuesta blanca fue todavía más contundente. Un parcial de 2-16, cuatro triples más por el camino, para dejar todo visto para sentencia con todavía un cuarto de hora por jugar.
A esas alturas, los blancos acumulaban 14 triples, por encima del 50% de acierto. Como si alguien hubiera ensanchado sus aros. Siguieron avanzando en modo apisonadora, con minutos de confianza para Carlos Alocén (el único por encima de los 20 minutos en pista), Eli Ndiaye (nueve puntos, cuatro rebotes, dos tapones) y el canterano Hugo González (más de seis minutos de juego y cuatro puntos) y ventajas que superaron la treintena.