El Mundial de los récords: datos de asistencia históricos, audiencias inauditas y mayores patrocinios y premios

El Mundial de los récords: datos de asistencia históricos, audiencias inauditas y mayores patrocinios y premios

Mundial de Fútbol Femenino

Actualizado

Australia, uno de los países anfitriones, se ha volcado con su equipo reprogramando eventos deportivos y posponiendo reuniones de trabajo que coincidían con los partidos

Visitantes se hacen fotos con una réplica del Oceaunz, el balón del Mundial, en Sídney.MUNDO

Un agente de inmigración del aeropuerto de Sídney, un tipo con buena planta que guarda un parecido formidable al Superman de Christopher Reeve, asegura que, en las últimas horas, han comenzado a llegar algunos grupos de españoles que no se quieren perder la final del domingo. “Aunque la afluencia de aficionados ingleses es bastante mayor, y además son muy ruidosos. No me gustan. Yo quiero que gane España”, suelta. “La verdad es que, tanto en Australia como en Nueva Zelanda, nos hemos visto abrumados por la gran expectación que ha habido durante todo el campeonato. Aquí ha sido la mayor fiesta deportiva que hemos tenido desde los Juegos Olímpicos”.

Encima del parque botánico, en una colina con vistas privilegiadas a la icónica Ópera y al Puente de la bahía de Sídney, los visitantes se hacen fotos con una réplica gigante del Oceaunz, el balón fabricado por Adidas para el Mundial. La famosa marca deportiva además ha plantado a pocos metros un museo donde se exponen las equipaciones de muchas de las 32 selecciones que han competido en el torneo. Adele, una de las guías del museo, está pletórica por la buena acogida que está teniendo el fútbol femenino. “Vienen muchos padres que preguntan dónde pueden comprar para sus hijas camisetas de la selección de Australia, Brasil o España. Familias enteras se han ido enganchando al Mundial, eso es algo fantástico”, dice.

Sídney está pasando por su invierno más seco en los últimos 85 años. También lleva un verano con 8°C de media por encima de lo habitual. El centro financiero y turístico del Pacifico Sur no se libra de la sacudida global del clima. Pero si de algo se ha hablado últimamente en el país del rugby, es que el público está respirando fútbol por todos lados. Nunca un Mundial femenino había recibido tanta atención.

Calles desiertas y bares llenos

Cuando el equipo nacional de Australia, las Matildas, como se las apoda aquí, saltó al césped el pasado miércoles para su primera semifinal en una Copa del Mundo, la nación se paralizó. Calles desiertas y bares abarrotados. Esa fue la fotografía recurrente de la que tiraron los medios. Las estampas también recogían la masificación en las plazas donde se habían instalado pantallas gigantes. Otros eventos deportivos que coincidían a la misma hora fueron reprogramados y las reuniones de trabajo se pasaron al día siguiente.

La masa enloquecida con su equipo y engalanada con los colores verde y dorado, no quería perderse el fenómeno de las Matildas, que acabaron perdiendo 3-1 ante Inglaterra. Pero lo que pasó aquel día, y lo que lleva ocurriendo todo el Mundial, va mucho más allá de ganadores y perdedores.

Un comentarista australiano, durante la retransmisión del partido de cuartos de final de su selección contra Francia, lo explicó bastante bien: “Ahora es cuando dejamos de llamarlo fútbol femenino; es solo fútbol. Este Mundial pasará a la historia como el momento en que se generalizó”. Aquella victoria en cuartos de Australia la siguieron en el país casi ocho millones de personas, más de una cuarta parte de la población. Fue el evento deportivo de mayor audiencia en una década.

Cifras inauditas

Si ampliamos el prisma a toda la competición, las cifras de visualización son inauditas en un Mundial femenino: en las plataformas de la FIFA, durante las dos primeras semanas de competición, el tráfico ya superaba por bastante a todo el que tuvo el Mundial de Francia 2019, con casi dos millones y medio de usuarios pinchando a diario en los canales. El premio gordo se lo llevó un China-Inglaterra de la fase de grupos: en el gigante asiático más de 50 millones de personas vieron el partido.

La novena edición oficial del Mundial de la FIFA también va camino de convertirse en el evento deportivo femenino con más asistencia de la historia. Se espera que la cifra total ronde los dos millones de aficionados en los 64 partidos disputados.

La temperatura de público en los estadios no está nada mal: si en el Mundial de Francia sólo diez partidos estaban por encima de los 25.000 espectadores, en este ya van más de 30 encuentros superando la marca. En el primer partido de Nueva Zelanda contra Noruega hubo 42.000 personas en el estadio. Fue la multitud más grande que se vio en un partido de fútbol, femenino o masculino, en el país anfitrión. Pero el récord lo batió el debut con victoria de la otra anfitriona, Australia, contra la República de Irlanda, que contó con casi 75.000 aficionados.

El domingo, en la final, se espera una muy buena entrada en el Accor Stadium de Sídney, con capacidad para 83.500 espectadores. El tirón del Mundial también ha atraído a grandes marcas que llevan todo el torneo invirtiendo en anuncios con las futbolistas a como protagonistas. No faltan los clásicos Adidas y Nike. Ni habituales patrocinadores como Visa y McDonald’s.

Pero algo que destacan los publicistas es que muchos anunciantes han utilizado este Mundial para atraer a una nueva audiencia al fútbol, cambiando los anuncios sobre apuestas, bebidas y coches, por audiolibros o comida saludable.

La FIFA ha asignado 110 millones en premios. Comparado con los 30 millones del Mundial de Francia, la subida es notoria. Aunque todavía sigue siendo un tercio de la cantidad que le tocó a la contraerte masculina.

Si España gana la final, la Federación se llevaría 4,2 millones y cada jugadora 250.000 dólares. El equipo dirigido por Jorge Vilda dejó atrás la exitosa aventura de Nueva Zelanda para afrontar en Australia el partido más importante de su historia. La Selección buscará el domingo su primera estrella en el pecho ante una de las grandes favoritas del torneo, Inglaterra. Las campeonas de Europa, bajo la batuta de la seleccionadora Sarina Wigman, han hecho gala de un gran potencial ofensivo sumando 13 goles en la competición. La ganadora se unirá a Alemania en la exclusiva lista de equipos nacionales que han sido campeones del mundo tanto masculino como femenino.

kpd