El Milan frustra al Nápoles y sueña con un derbi con el Inter en semifinales

El Milan frustra al Nápoles y sueña con un derbi con el Inter en semifinales

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Actualizado

Los ‘rossoneri’ toman ventaja en San Siro tras un gol de Bennacer perpetrado por Brahim y niegan la rebelión napolitana en la Champions

Los jugadores del Milan celebran el gol de Bennacer.LUCA BRUNOAP

Le saca el Nápoles 22 puntos al Milan en la Serie A. Pero no hay torneo que resguarde más la historia que la Copa de Europa, donde el Milan, tras más de una década de exilio, pretende volver por donde solía. Los rossoneri no solo ganaron el primer combate de cuartos en San Siro, sino que torturaron el alma de los napolitanos, frustrados toda la noche, y que perderán para el partido de vuelta a dos futbolistas troncales: Anguissa, expulsado tras ver dos amarillas en cuatro minutos, y el central Kim, cuya amonestación conlleva sanción.

Bastante tiene el Nápoles con combatir contra esas cosas que tienen más que ver con los perjuicios que con el balón. En esa pelea por la reivindicación del sur que tan bien supo encarnar un argentino como Maradona, y pese a que en su plantilla no hay ya napolitanos para defender ese sentimiento de subversión, los azzurri insisten en ser valientes. Aunque la serenidad, en torneos tan apropiados para la vieja burguesía como la Champions se presume esencial. El Nápoles nunca había llegado a unos cuartos de final. Y el Milan, pese a su larga ausencia de 11 años, guarda siete Copas de Europa en sus vitrinas.

El Nápoles, camino de ganar su tercer Scudetto, está penando la ausencia del delantero Osimhen. Los de Spalletti echaron de menos el instinto anotador del nigeriano en su primer cuarto de hora de acoso. Con Elmas ejerciendo de falso ariete, el extremo Kvaratskhelia, una de las grandes sensaciones del fútbol europeo, no perdió su sitio en la orilla izquierda. Pero no hubo manera de que sus compañeros volcaran el juego en sus dominios pese a su empeño. Dispuso el georgiano de la primera gran ocasión. Pero la defensa lombarda, comandada por Kjaer, no perdía la compostura. Tampoco el portero Maignan, infranqueable para Anguissa, Zielinski o Di Lorenzo.

Pero si algo ha demostrado el Milan de Pioli es una mentalidad de acero en los momentos comprometidos. Una vez superada la primera tormenta napolitana, los rossoneri sacaron partido a sus futbolistas más determinantes, siempre con acciones al galope. Lo intentó Leao con una carrera de 50 metros. Pero en la antesala del descanso llegó el golpe con otra conducción eterna, esta vez de Brahim. Echó a correr el centrocampista por la garganta del campo. Y tras apoyarse en Leao, atrapó el centro Bennacer, implacable en su zurdazo.

Trató el Nápoles de reponerse, pero pocos equipos cantan mejores nanas que este Milan, sostenido Maignan y que dio gracias a que el árbitro no apreciara penalti en un empujón de Lobotka a Saelemaekers. Los rossoneri sueñan con un Derby della Madonnina en semifinales después del triunfo del Inter en Da Luz. Porque el calcio puede morir cuantas veces haga falta, que siempre vuelve.

kpd