Tarde de siesta, caos, polémica, VAR y goles en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid recuperó de forma provisional el liderato de la Liga después de remontar un 0-2 del Almería, colista de Primera, gracias a un gol de Bellingham, otro de Vinicius y el último de Carvajal en el minuto 99, siempre con el colegiado Hernández Maeso como protagonista. El árbitro, con la ayuda de Hernández Hernández desde el VAR, tuvo que tomar las decisiones más importantes del duelo desde la pantalla situada entre ambos banquillos. El penalti del 1-2 de Bellingham, el 2-2 de Vinicius y el anulado a Arribas, que podría haber sido el 1-3. Garitano, desquiciado, acabó expulsado mientras el Madrid remontaba.
El duelo se inició con una primera parte terrorífica. La peor del Madrid esta temporada y, quizás, la peor de la era Ancelotti en Chamartín. Los blancos salieron desconectados, en ‘shock’ mental y físico tras caer en Copa en el Metropolitano. A los 40 segundos, Ramazani puso 0-1. Nacho entregó un pase flojo a Mendy, Arribas, con ganas en su vuelta a casa, le robó el balón y arrancó hasta el área. Ramazani recibió en zona de peligro y de primeras, con Kepa ya en el suelo, anotó un gol para la esperanza andaluza.
Y es que hay que recordar que el Almería, colista de la Liga, no había ganado ningún partido esta temporada hasta que pisó el Bernabéu. Ninguno en seis meses. Una barbaridad estadística que amenazaba con romper un Madrid muerto.
Ancelotti, consciente de lo importante del duelo antes de una semana relajada, eligió a su once ideal. Los mismos del Metropolitano salvo Lunin y Modric, que dejaron su sitio a Kepa y Tchouaméni. El resto, su equipo preferido. El italiano buscaba reactivar al vestuario después del fracaso copero, pero se encontró con una plantilla tiesa, imprecisa y lo que es peor: sin actitud.
Durante la primera parte el Madrid no tiró a la puerta del colista de la Liga a pesar de tener un ataque formado por Vinicius, Rodrygo, Bellingham, Valverde, Kroos o Carvajal. Lento, predecible y nada vertical, sólo Vinicius aceleró la marcha.
Arribas casi anota el 0-2 en el minuto 20 y el Bernabéu coreó los primeros pitos de la tarde, que no serían los últimos. Por si fuera poco, en el 43, justo antes del descanso, un mal despeje de Nacho llegó a Edgar, que empalmó una volea colosal que se coló por la escuadra izquierda de Kepa. El Madrid, que sólo había cedido una derrota en Liga en el Metropolitano, caía ante el colista.
Ancelotti fue contundente al paso por vestuarios. Nacho, Mendy y Rodrygo, apático como todos, se quedaron en el túnel y entraron Brahim, Fran Gracía y Joselu. Tchouaméni pasó al puesto de central y Brahim activó al ataque y a la grada. El andaluz mostró electricidad en sus primeras acciones y contagió a sus compañeros, que mordieron a su rival buscando recortar diferencias. Chamartín, que no disfruta nada tanto como una buena remontada, apretó para levantar a su equipo.
En la segunda parte reinó el caos, con el colegiado Hernández Maeso y Hernández Hernández desde el VAR como protagonistas. En el 52, la sala de arbitraje avisó al juez de campo de un posible penalti por mano de Kaiky tras un centro. Lo habían pedido Tchouaméni y Rüdiger y el colegiado acudió a la pantalla a verlo. Tras revisarlo, señaló pena máxima ante las protestas del Almería, que consideraba que había falta de Joselu en el salto. Bellingham, desde los once metros, marcó el primero del Madrid.
En el 61, los andaluces ejecutaron la sentencia con un tanto deArribas tras una contra de Ramazani, pero Hernández Maeso, de nuevo al revisar la jugada en la pantalla del VAR, pitó un manotazo de Lopy a Bellingham en el inicio de la jugada. Garitano, técnico visitante, se desesperaba.
Cinco minutos después, más caos. Vinicius remató un centro de Tchouaméni y el colegiado pitó mano del brasileño, pero desde el VAR le volvieron a avisar. Acudió a la pantalla y señaló gol del brasileño al entender que había tocado el balón con el hombro. 2-2.
La locura no cesó. Bellingham marcó un golazo anulado por fuera de juego y casi anota otro de chilena, echándose al equipo a la espalda, y en los 11 minutos que el árbitro dio de tiempo extra el Madrid culminó su remontada. Bellingham cabeceó un centro al segundo palo, donde apareció Carvajal para sembrar el éxtasis en el Bernabéu y la agonía y la rabia en el Almería, con Garitano expulsado.