Su club, el Anadolu Efes, ha confirmado que al ala-pívot le han detectado una pericarditis y un derrame pleural bilateral por los que continúa ingresado
El jugador de baloncesto Chris Singleton durante un partido con el Anadolu Efes.ANADOLU EFES
Chris Singleton, jugador del Anadolu Efes de baloncesto y ex del Barça, se encuentra hospitalizado debido a problemas cardíacos, según ha comunicado su actual club a través de sus redes sociales.
La entidad ha informado de que al ala-pívot de 33 años se le ha detectado “una pericarditis y un derrame pleural bilateral, tras realizársele una evaluación radiológica avanzada y unos exámenes cardíacos”.
El conjunto turco también ha explicado que en los estudios médicos practicados al jugador “se observa un aneurisma a nivel del seno de Valsalva de la aorta, pero no se observó disección”.
Para informar a los aficionados, el club ha dicho que Singleton continuará en el hospital recibiendo el tratamiento pertinente y que su condición será evaluada nuevamente mañana. Además, el Anadolu Efes ha anunciado que cualquier novedad “será compartida por nuestro club”.
Los aficionados más devotos de la NBA recordarán a Oliver Miller, el corpulento pívot que jugó durante nueve temporadas en la NBA, arrastrar su descomunal cuerpo por las canchas. Este miércoles, el ex jugador ha fallecido a 54 años a causa de un cáncer, informa AP.
Varios ex equipos de Miller anunciaron su fallecimiento, al igual que la Asociación Nacional de Jugadores Retirados de Baloncesto (NBA). La Universidad deArkansas, a la que ayudó a llegar a la Final Four de la competición universitaria en 1990, anunció durante un evento que Miller tenía cáncer, y Miller agradeció al equipo por el video homenaje que le dedicó al publicarlo en redes sociales el mes pasado.
Conocido como 'The Big O' por su figura de 2,05 metros y 127 kilos, que llegó a pesar más de 170 kilos durante su carrera en la NBA, Miller destacó en Arkansas entre 1988 y 1992. Promedió 12.2 puntos y 6.5 rebotes en cuatro temporadas, ayudando al equipo de Nolan Richardson, entrenador del Salón de la Fama, a llegar a la Final Four en la temporada 1989-90, antes de perder contra Duke y ganar el premio al Jugador del Año de la Conferencia del Suroeste en 1991.
"Estamos profundamente entristecidos por el fallecimiento de la leyenda de Arkansas, Oliver Miller", declaró Arkansas en una publicación en redes sociales. "Un miembro clave del equipo de la Final Four de 1990, miembro del Salón de la Fama de la Conferencia del Suroeste, seleccionado en la primera ronda del draft de la NBA y una verdadera personificación del espíritu de los Razorback. Te queremos, Big O. Nuestros pensamientos están con su familia", añadió.
Miller fue seleccionado por Phoenix en 1992 con la selección número 22 del draft. Promedió 7.4 puntos y 5.9 rebotes para los Suns, Detroit Pistons, Toronto Raptors, Dallas Mavericks, Sacramento Kings y Minnesota Timberwolves. También jugó en Europa, la Asociación Continental de Baloncesto, la Liga de Baloncesto de Estados Unidos y con los Harlem Globetrotters.
Los Raptors guardaron un minuto de silencio en memoria de Miller antes de su partido en casa de este miércoles contra los Philadelphia 76ers. Miller fue seleccionado por Toronto como la última elección del draft de expansión de 1995.
"Ocupa un lugar especial en nuestra historia como miembro de nuestro equipo inaugural en 1995, y estamos muy agradecidos por todas sus contribuciones", dijeron los Raptors en redes sociales. "Enviamos nuestras más sinceras condolencias a la familia Miller", anunciarón.
Es como si el Real Madrid hubiera necesitado verse completamente contra las cuerdas para despertar su lado más salvaje. Como si únicamente en la adrenalina de comprobarse al borde del desahucio, achicado por el todopoderoso Olympiacos, salieran todas sus virtudes aletargadas durante una temporada plagada de grises. Pero ni todo ese ímpetu le fue suficiente para mantenerse con vida en esta Euroliga que tan temprano se le enrevesó. El triple sobre la bocina fallado por Abalde le apartó del quinto partido en Atenas y de cualquier sueño de Final Four. [84-86: Narración y estadísticas]
Murió con las botas puestas, arruinado por un apagón imperdonable en la segunda mitad, frustrada la épica después, esos finales locos y maravillosos del Palacio, un 17-4 en el que hubo de todo, hasta mucha polémica (una falta en ataque de Tavares en pleno subidón...). Fue cruel el adiós después de todo.
La noche estaba dispuesta para la agonía y el éxtasis en el Palacio. Pero después de una preciosa primera parte de fuegos artificiales, el Real Madrid desapareció por completo (encajó un 2-14 al inicio del acto final) y el despertar no le valió. Borrado antes del mapa por un Olympiacos que se venga así de las últimas afrentas, la final perdida en Kaunas, la semifinal de Berlín. Emergió como un gigante al que quitan las cuerdas que le amarraban al suelo. Tan feroz como trémulo después el grupo de Bartzokas, disparos al pie que casi le cuestan un sofocón. Quedará para el recuerdo el triple imposible de Vezenkov casi en la meta.
Hezonja y Fall pelean por un rebote.SERGIO PEREZEFE
Chus Mateo parecía haber dado con la tecla, el hueco por donde al menos hacer sentir incómodo a un rival sin apenas flaquezas. No hay otra fórmula, acudir al extremo físico, a disputar cada duelo individual como si fuera la vida. Espoleado por el ambiente, más fiero todavía este jueves, el Madrid había dejado en 28 puntos a los griegos en la segunda mitad del martes. Andrés Feliz y Abalde, los estandartes de esa revolución, partieron de inicio.
Ausentes por molestias Deck e Ibaka y con Evan Fournier de vuelta para Bartzokas, la otra gran novedad del amanecer fue la decidida apuesta por las transiciones. Brazeaba Mateo con cada rebote, tocando a rebato de un baloncesto a la carrera que pronto le dio réditos y la sensación de dominar el escenario.
En ese frenesí, Llull se siente poderoso. El capitán era consciente de lo que había en juego, de que las noches como ésta son como tesoros. Inyectó una marcha más (dos triples sin pensar marca da la casa), acompañado por otro inesperado, un dignísimo heredero al que mima en cada gesto. Hugo González apareció con la osadía de los adolescentes pero con el mismo colmillo que sus compañeros. Y, junto a Garuba, convirtieron el partido en un bendito manicomio en el que el Madrid se divertía y estiraba de paso el marcador grancias a Hezonja (43-34).
Extrañamente desaparecido Vezenkov (cero puntos al descanso), Olympiacos contenía la respiración y se refugiaba en Fournier. La agresividad del Madrid le cargaba de faltas y el tiro libre era el aliado griego (19 a su favor en ese tramo). La tercera de Tavares fue la peor noticia de toda una gran primera parte del Madrid.
Fournier, defendido por Andrés Feliz.SERGIO PEREZEFE
Que quedó completamente diluida a la vuelta, todo el trabajo por los suelos. Se acumularon las malas noticias a toda velocidad. La cuarta de Tavares, la impotencia de repente del resto, observando cómo Olympiacos resurgía, daba la vuelta al marcador (51-58) con 16 puntos en cuatro minutos para silenciar el Palacio. Ante la crisis, la valentía de Andrés Feliz, un titán sin miedo a nada.
Pero era demasiado poco. El Madrid había vuelto a encajar 26 puntos, su ardor defensivo había sido disuelto, Vezenkov ya había llegado y cuatro triples seguidos (tres de Papanikolau, ex barcelonista) dispararon hacia la Final Four al Olympiacos. Aunque siempre hay que contar con la magia del Palacio. Cuando ya nadie creía, robos de fondo, canasta inverosímiles y algunas decisiones arbitrales que encendieron las tribunas. Erró Fournier un tiro libre y en la última jugada, 12 segundos, el balón acabó en Abalde y en su fallo los sueños del Madrid.
Baloncesto
69-60 en Ljubliana
AMADEU GARCÍA
@amd_garcia
Actualizado Sábado,
24
junio
2023
-
20:06Ver 2 comentariosLa alero, con 27 puntos, lidera el pase para...