Giro de Italia
Con 38 años es pieza básica del Bahrain y destaca por su fiabilidad: ha terminado las 15 grandes vueltas en las que ha participado: siete Tour, cuatro Giro y cuatro Vueltas
Carga bidones de agua. Anula fugas. Cierra huecos para evitar cortes. Estira el cuello en los abanicos. Presta su rueda en inoportunos pinchazos. Mikel Landa y Jack Hay, los líderes del Bahrain, adoran al japonés al Yukiya Arashiro (Ishigaki, 1984), ejemplo de fiabilidad. A sus 38 años aparece, junto a Pozzovivo, Luis León Sánchez y Mark Cavendish, en los primeros puestos de la nómina de los participantes más veteranos de este Giro de Italia. Con la jubilación fijada a corto plazo, el nipón sigue cautivando a sus compañeros y rivales por su trabajo inagotable.
Los técnicos del Bahrain le presentan como ejemplo a seguir. Pocos pueden exhibir una hoja de servicios tan nítida en las grandes rondas. Antes de tomar la salida en este Giro, ya había participado en 15 ediciones (siete Tours, cuatro Giros y cuatro Vueltas) y todas las había terminado. Sus directores atesoran gran confianza en él. Gorazd Stangelj no dudó en convencerle para que reemplazara a Gino Mader, que causó baja por el Covid en las vísperas del Giro. En esta edición ya ha tenido tiempo para celebrar la victoria de su compañero Jonathan Milan en la segunda etapa. Pero lo suyo es manejarse en la zona trasera del pelotón. Ayer terminó en el puesto 163º y en la general es 137º plaza. Los laureles son para sus jefes.
Arashiro es un ídolo en su país. No dudó en abandonar su hogar para abrirse camino en Europa. También es un buen reclamo publicitario para equipos y organizadores de carreras. Siempre acapara protagonismo en el tradicional Critérium de Saitama, impulsado por el Tour de Francia, que suele clausurar la temporada. «Estoy contento porque el ciclismo de mi país va creciendo poco a poco y porque cada vez hay más ciclistas que salen fuera», ha dicho el corredor del Bahrain, actual campeón de ruta de Japón y tercero en la modalidad de contrarreloj.
Juki no es un pionero en su país, antes que él ya irrumpieron en las mejores carreras Kisso Kawamura, Daisuke Imanaka o Fumiyuki Beppu, pero sí es el que mejores resultados ha conseguido y más extensa trayectoria ha firmado. Ahora afronta su 16ª temporada como profesional, y eso que comenzó tarde en el ciclismo, porque hasta los 18 años se dedicó al balonmano. Su rampa de lanzamiento fue la tercera plaza conseguida en el Tour de Limousin de 2008, que le abrió las puertas para fichar, en 2009, por el Bouygues, escuadra francesa en la que militó durante siete años. Al principio apuntaba condiciones como velocista, pero luego fue consolidándose como gregario y pieza de apoyo de los líderes de equipo. En 2016 se incorporó al Lampre y en 2017 se unió al Bahrain, compartiendo concentraciones, entre otros, con los españoles Landa, Pello Bilbao y Rafa Valls o el esloveno Matej Mohoric.
El samurai aprendió pronto inglés y francés y ahora tiene residencia en Andorra, donde en invierno comparte salidas con muchos de sus compañeros y rivales. Es un corredor con extensa trayectoria, además de correr en 15 grandes vueltas, ha acudido a 12 Mundiales, su mejor puesto fue la novena plaza de la edición de 2010, en Melbourne y Geelong. Ha participado en tres Juegos Olímpicos: Tokio’2020, Río de Janeiro’2016 y Londres’2012 y su su intención es ir el próximo año a París, entonces tendría 39 años, nada es imposible para el gregario más fiable.