«Estoy aquí para recordar a todo el mundo, todo el tiempo, que todavía hay una guerra en marcha y que debe detenerse», reivindicaba Marta Kostyuk justo después de completar, junto a su compatriota Dayana Yastremska, una gesta histórica para su país. Por primera vez, Ucrania cuenta con dos tenistas en cuartos de final de un Grand Slam. Kostyuk, número 35 del ranking WTA, se enfrentó la pasada madrugada a Coco Gauff por un puesto en semifinales y Yastremska, número 93 de la lista, se medirá mañana a la checa Linda Noskova.
Ambas son una sorpresa en esta fase del Open de Australia, pues no eran cabezas de serie; ambas llegan con controversia, después de evitar el saludo a adversarias como las rusas Elina Avanesyan y Maria Timofeeva o la bielorrusa Victoria Azarenka; y ambas aprovechan su éxito para reivindicar la lucha de Ucrania contra la invasión rusa.
La pasada semana, de hecho, Kostyuk denunció que las tenistas rusas y bielorrusas ya puedan participar en todos los torneos del circuito WTA y que apenas tengan restricciones. Si acaso no pueden utilizar las banderas de sus países, poco más. «Hoy es el día 697 de la guerra y mi deporte sigue promoviendo un país asesino, un país que usa a sus atletas como parte de su propaganda. Todavía no sé qué hacen esas tenistas aquí. Nada ha cambiado. Todo el mundo está muy feliz, como si se hubiera olvidado lo que ocurre en Ucrania. No lo puedo entender», proclamó la tenista que hasta ahora nunca había alcanzado los cuartos de final de un torneo grande en el cuadro individual. Sus mayores éxitos habían sido en dobles, llegando a jugar las semifinales en Melbourne el año pasado.
«Para hablar de lo que está pasando en Ucrania, un par de segundos no son suficientes. Estoy orgullosa de Ucrania, orgullosa de mi pueblo, orgullosa de los guerreros», añadió por su parte Yastremska, que relevó que unos días atrás, mientras estaba jugando un torneo previo, el WTA 500 de Brisbane, un misil ruso arrasó la casa de su abuela.
Tal y como ambas relataron, al empezar la invasión rusa tuvieron que abandonar sus casas en Kiev y en Odessa para mudarse al sur de Francia, cerca de Niza, y pese a ello las dos han seguido progresando en sus carreras. «El viaje de estos últimos años ha sido infernal, pero me lo he tomado como una oportunidad. Si no hubiera llegado la guerra, no creo que hubiera podido crecer tanto como he crecido», analizaba Kostyuk, parte del crecimiento inesperado de su país.
Porque junto a ella y Yastremska, otras dos jugadoras ucranianas destacaron en este Open de Australia. Elina Svitolina alcanzó la cuarta ronda, aunque tuvo que retirarse lesionada, y Lesia Tsurenko llegó a tercera ronda después de eliminar a la española Rebeka Masarova.