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Girona 2 Valencia 1
Los goles de Stuani y Mosquera, en propia puerta, anulan el de Hugo Duro y engordan la racha de 19 puntos rescatados de marcadores adversos
19 puntos ha rescatado el Girona cuando los partidos se le nublaban y las esquelas empeñaban a escribirse. Sobrevive a cada muerte anunciada y no por casualidad. Jamás pierde la fe el equipo de Míchel y eso le permite vivir encastillado en el liderato de LaLiga. Defiende su condición de mejor equipo del campeonato sin mezquindad, con un juego brillante, valiente y, sobre todo, efectivo. Con un estratega en el banquillo y un líder en el campo, Stuani, cuya veteranía humilde aparece para asestar dolorosos golpes como el que se llevó el Valencia. [Narración y estadísticas]
Consiguieron los valencianistas maniatar a colíder durante muchos minutos. El Girona no muta jamás su estilo, menos en Montilivi, y eso permitió a Baraja aleccionar a su equipo para sostenerle el duelo. No tendrían demasiada pelota y lo que debían era evitar que pasara por Sávio. En esa banda se hizo muy fuerte Thierry, auxiliado por Foulquier, que amargaron al brasileño en sus intentos de lanzarse por la banda. Tsygankov, por la derecha, ni pudo probar al joven Yarek, el último en incorporarse a la Quinta del Pipo por la lesión de Gayà. El equipo de Míchel tenía más control, pero ni Aleix García estaba cómodo al mando con el incordio de Pepelu ni podían traducir esa posesión traducirlo en peligro y con Dovbyk cayendo permanentemente en la trampa del fuera de juego que le tendían Mosquera y Paulista.
La prioridad de los valencianistas era la firmeza, porque desde ahí podían forzar los errores del Girona. Se entendió cuando, de un robo de Foulquier, Fran Pérez cruzó un disparo que rozó la escuadra de Gazzaniga. Fue un latigazo que no tuvo continuidad, como los que tuvo el colíder. Sin un juego brillante, habiendo perdido a Yangel Herrera en los primeros minutos, lograba llegar al área y Dovbyk obligó a Mamardashvili a sacar una mano gatuna al filo del descanso.
Fue de nuevo el guardameta georgiano protagonista en el regreso, atajando dos tiros secos de Aleix García que empezaban a desesperar al conjunto de Míchel. El Valencia se le atragantaba y le obligó a tomar riesgos. De ahí sacaron ventaja los valencianistas guiados por un incombustible Hugo Duro que de un metro saca oro. Vio que el pase atrás desde la banda de Eric García, en funciones de lateral, no llegaba David López y, a la carrera, se plantó frente a Gazzaniga para batirle. Ese es el sello de este Valencia, apenas conceder y golpear con descaro en cuanto puede.
Buscó Míchel la forma de volver a remontar, cambió a Sávio a la izquierda, pero allí lo persiguió también Foulquier, que pudo cerrar el partido y falló de manera inexplicable solo ante la meta del Girona. Fueron 70 minutos de resistencia que cesó con la variación ofensiva que llegó desde el banquillo local.
Stuani sentó a un defensa y el Girona empezó a carburar. Daba facilidades un rival desgastado con pocas armas en el banquillo que dejó un agujero enorme por su orilla izquierda. A Yarek no le dio para más, a Foulquier, acalambrado, tampoco. Probó Tsygankov con un centro que salvó Mosquera, como Mamardashvili el cabezazo de Stuani a la pelota que llegó desde ese costado.
Sangraba el Valencia y Yan Couto hurgó en la herida sin piedad. De sus centros y su conexión con Stuani nació la remontada en seis minutos superado el 80. El brasileño del pelo rosa, que saltó al césped con una amarilla por protestar, campó a sus anchas en el lateral del área y sus dos asistencias las encontró el veterano uruguayo forzando los errores de Mosquera. El jugador más listo del Girona lo ancla al liderato. Ni quisiera necesitaron a Sávio, que vio su gol, el tercero del Girona, anulado. Nada eclipsó el festejo de mirar la Liga desde lo más alto.