Nueve años después de la patada de Sepang, de uno de los gestos más polémicos de la historia del motociclismo, Valentino Rossi sigue señalando a Marc Márquez como el culpable de que no lograra aquel Mundial de 2015 que acabó en manos de Jorge Lorenzo.
El piloto italiano ha arremetido en diversas ocasiones contra el español, pero esta vez, en Mig Babol, el ‘podcast’ de Andrea Migno, expiloto de su Academia, ha subido el tono de las críticas hasta llegar a considerarle el piloto más “sucio”.
“Siempre ha ido bastante al límite, muy agresivo, pero en 2015 cruzó la línea. Hay muchos que rozan lo sucio y podría poner muchos ejemplos… Pero ninguno de los campeones ha luchado jamás para hacer perder a otro piloto, eso es lo que marca la línea. Generalmente, los que hacían ciertas cosas lo hacían por sí mismos, eran sucios para sacar ventaja, porque querían ganar. Nunca nadie ha sido tan sucio como él”, ha asegurado.
El italiano, retirado en 2021 con nueve títulos mundiales, ha ofrecido su versión sobre la famosa patada que acabó con Márquez por los suelos en aquel GP de Malasia de 2015 y que le acarreó una sanción que acabó por costarle el título por el que peleaba con Lorenzo.
“Intentó hacerme caer tres o cuatro veces y, afortunadamente, no me caí. Me acerqué mucho a él y lo miré para decirle: “Basta, ¿qué coño estás haciendo?”. Sólo que nos tocamos. No quería tirarlo, pero se cayó. Me hizo perder el Mundial, también porque luego me hicieron salir último en Valencia”, dice.
Pese al paso de los años, Rossi no ha perdonado a Márquez que le fastidiara durante aquella carrera cuando ya el español no tenía opciones de pelear por el título: “Él ya no tenía nada que ver, Lorenzo y yo nos estábamos jugando el Mundial. Si estás luchando por el título, quizás lo entienda. Pero si no tienes nada que ver, ni siquiera eres compañero de uno de los dos,hay que tener el respeto para no tocar los cojones a los demás. En Sepang me hizo daño y me molestó durante toda la carrera”.
Bela Karolyi, el carismático aunque polémico entrenador de gimnasia que transformó a muchas jovencitas en campeonas y a Estados Unidos en una potencia internacional, ha fallecido. Tenía 82 años.
La federación estadounidense de gimnasia anunció que Karolyi murió el viernes. No se dio a conocer la causa del deceso.
Karolyi y su esposa Martha entrenaron a múltiples medallistas de oro en Juegos Olímpicos y campeonatos mundiales en Estados Unidos y Rumania, incluyendo a Nadia Comaneci y Mary Lou Retton.
"Un gran impacto e influencia en mi vida", publicó en Instagram Comaneci, quien tenía sólo 14 años cuando Karolyi la entrenó para obtener el oro por Rumania en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976.
Los Karolyi desertaron a Estados Unidos en 1981 y durante los más de 30 años se convirtieron en una fuerza guía en la gimnasia de este país, aunque no sin controversias. Bela ayudó a conducir a Retton —de apenas 16 años— hacia el título olímpico individual en los Juegos de 1984 en Los Ángeles.
En un episodio memorable, auxilió a una lesionada Kerri Strug a salir del piso en los Juegos de 1996 en Atlanta después de que su salto aseguró el oro por equipos para las estadounidenses.
Karolyi se convirtió brevemente en el coordinador de la selección nacional para el programa de élite de mujeres de Estados Unidos en 1999 e incorporó un sistema semicentralizado que eventualmente convirtió a las estadounidenses en el estándar de oro del deporte. Pero ello tuvo un precio.
Fue apartado después de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 después de que varias deportistas hablaran sobre sus tácticas.
No sería la última vez que Karolyi fue acusado de buscar protagonismo y de presionar demasiado a sus alumnas física y mentalmente.
Durante el apogeo del escándalo de Larry Nassar a finales de la década de 2010 —cuando el deshonrado exmédico de la selección estadounidense fue condenado a cadena perpetua en términos efectivos después de declararse culpable de toqueteos y agresiones sexuales a deportistas bajo la apariencia de tratamiento médico— más de una docena de exgimnastas declararon que los Karolyi eran parte de un sistema que creó una cultura opresiva que permitió que el comportamiento de Nassar continuara sin control durante años.
Aún así, algunas de las discípulas más famosas de Karolyi siempre estuvieron entre sus más firmes defensoras. Cuando Strug se casó, ella y Karolyi tomaron una foto recreando su famosa escena de los Juegos Olímpicos de 1996, cuando él la llevó al podio después de que había realizado un salto con un tobillo gravemente torcido.
Al Barça le bastó con un primer tiempo arrollador y la letal puntería de Robert Lewandowski para dejar su compromiso con el Sevilla prácticamente visto para sentencia en la primera mitad. [5-1: Narración y estadísticas]
El polaco sumó dos goles más a su zurrón, el primero de ellos de penalti, en unos primeros 45 minutos que culminaron con 3-0 para los azulgrana gracias al tanto anotado también por un Pedri que sigue a su vez en un gran estado de forma. Todo el trabajo hecho en la primera parte le permitió al Barça tomarse con más calma un segundo tiempo en el que Flick pudo propiciar el regreso de Gavi y en el que caerían dos goles más. Uno, de Idumbo, el de la honrilla para los visitantes, y otro, de Pablo Torre con el que se cerraría el 5-1 definitivo para un equipo azulgrana que continúa pisando con paso muy firme en la Liga. Justo, con el clásico ya en el horizonte.
El equipo de Flick parece inmune incluso a giros de guion inesperados. Por mucho que Ansu Fati relevara en el último momento a un Frenkie de Jong que, a su vez, debía ocupar el puesto reservado para Eric García en el once titular, los azulgrana no acusaron ni un ápice esa obligada reordenación de sus efectivos. Todo lo contrario. Todos los futbolistas de la plantilla azulgrana han asumido plenamente los postulados del técnico. Todos saben qué deben hacer en función del puesto que ocupen. Por eso, esté quien esté en el césped, el juego no se resiente. El Sevilla puede atestiguarlo. Con el paso arrollador que han exhibido los barcelonistas habitualmente en lo que llevamos de curso, con la excepción del lunar de Pamplona, el partido fue casi una tortura para ellos.
Todo, también, gracias, de nuevo, a un Robert Lewandowski que sigue viviendo una segunda juventud anotadora en el Barça. El polaco, en primer lugar, se encargó de anotar el 1-0, al transformar con su particularísimo estilo un penalti cometido sobre Raphinha por Peque. Y, en la recta final del primer tiempo, mandó el 3-0 al luminoso desviando en última instancia un disparo del brasileño. Entre ambas acciones, Pedri había sido el responsable de poner el 2-0 en el marcador, iniciando y culminando una gran jugada colectiva del ataque barcelonista con un duro disparo ante el que nada pudo hacer Nyland.
Los visitantes, que habían confiado gran parte de sus opciones de pescar algo en Montjuïc a sus salidas a la contra, además, tuvieron el mazazo añadido de perder por lesión muscular al filo del descanso a un Ejuke que, junto con Lukébakio, encarnaba las mejores bazas ofensivas del equipo de García Pimienta.
Los azulgrana saltaron al terreno de juego tras el descanso con muchas ganas de poner más tierra de por medio. Pero el Sevilla, lejos de descomponerse, supo mantenerle la cara al partido e, incluso, amenazó con meterse de nuevo en el duelo con un tanto. Con el paso de los minutos, ni unos ni otros lograron su objetivo y Flick optó para reservar a dos de sus piezas clave, Lewandowski y Raphinha, pensando tanto en el Bayern como en el clásico. Y los visitantes, además, se llevaron otro jarro de agua fría con la lesión de un Suso que había entrado como relevo de Peque en el arranque de la segunda parte. Las salidas a tumba abierta de los de García Pimienta, además, acababan viéndose frustradas una y otra vez por la trampa del fuera de juego perfectamente urdida por los barcelonistas, que apostaron a su vez por bajar el ritmo en los instantes finales del encuentro. Algo que, no obstante, no impidió que Pablo Torre rematara la faena con el 4-0 a poco menos de diez minutos para el final del tiempo reglamentario. Y, justo después, el alemán tendría la deferencia de propiciar el tan esperadísimo retorno de Gavi al césped, celebrado con una atronadora ovación por la grada de Montjuïc. Tanto, que el 4-1, anotado por Idumbo, quedó casi como una anécdota. Sobre todo, porque quedaría compensado acto seguido por el 5-1 marcado por Pablo Torre.
IRIA OTERO
Madrid
Actualizado Sábado,
16
septiembre
2023
-
12:48Ver 2 comentarios"Teniendo en cuenta que una parte importante de nuestras demandas han...