Eurocopa 2024
El catalán, primer seleccionador luso de habla no portuguesa, consigue para As Quinas el billete más rápido para una Euro. Su viaje a Riad para verse con Ronaldo, clave.
Cuando apareció por primera vez en la Cidade do Futebol de la Federación Portuguesa, Roberto Martínez apenas sabía decir “bom dia” y “obrigado“. El entrenador español se convirtió el pasado 9 de enero en el primer técnico de habla no portuguesa en ser nombrado seleccionador del combinado luso. Durante su siglo de vida, el conjunto nacional portugués nunca había sentado en su banquillo a un hombre que no hablara el idioma del país. 50 nativos y 2 brasileños, Otto Glória y Luiz Felipe Scolari, antes de que Martínez rompiera todos los moldes de su fútbol. Nueve meses después de su presentación, el español ya se pasea por las instalaciones de Oeiras, un municipio pegado a Lisboa, como si llevara toda la vida en la capital. Habla portugués fluido, su mujer y sus dos hijas han encontrado estabilidad tras la mudanza desde Bélgica y él ha hecho historia con un vestuario que salió roto del Mundial de Qatar.
Portugal ha conseguido la clasificación para una Eurocopa más rápida en toda su vida. La selección, que antes de 1996 sólo se había metido en una Copa del Mundo y una Euro, ha vivido en la última década en el sufrimiento constante de las repescas, necesitando de un playoff extra para acudir a una cita internacional. Lo sufrió para llegar al Mundial 2010, a la Euro 2012, al Mundial 2014, al Mundial 2022… Después del desastre de Qatar y de la mala relación de muchos futbolistas con el seleccionador Fernando Santos, la dirección de la Federación lusa sondeó el mercado, obvió los prejuicios de parte de la sociedad y le entregó la selección a Roberto Martínez.
La situación de Cristiano Ronaldo apareció desde el primer momento como el principal foco mediático y de gestión interna. El ex del Real Madrid había sido suplente en algún partido del Mundial y su llegada a Arabia Saudí parecía indicar un final amable con la selección, pero nada más lejos de la realidad. El primer viaje de Martínez como técnico de Portugal fue precisamente a Riad, aprovechando la celebración de la Supercopa de España en Arabia Saudí.
“¿Todavía puede ser titular?”
Se vio con Cristiano y comenzó a gestionar una situación clave en el vestuario. La reflexión abandonaba todo prejuicio por la edad del delantero y focalizaba las decisiones en la parte deportiva: “¿Todavía puede ser titular?” La respuesta la ha dado el propio Cristiano, que es el segundo máximo goleador de la fase de clasificación con 7 tantos, sólo superado por el belga Lukaku.
Portugal acumula ocho victorias en ocho encuentros y a pesar de la teórica debilidad de un grupo con Eslovaquia, Luxemburgo, Bosnia, Islandia y Liechtenstein, ha mostrado la unión y el juego que no aparecieron en Qatar. Es la selección europea más goleadora y Martínez suma ya 37 partidos de fase de clasificación sin perder. Con Bélgica nunca tuvo el premio de un título, pero logró un histórico bronce Mundial en 2018.
“Ha sanado el vestuario portugués, la selección llegaba muy frustrada de Qatar“, aseguran fuentes cercanas al combinado luso. Esa unión con los jugadores se fundamenta en dos cosas: la experiencia con Bélgica y la rápida adaptación de Martínez al idioma y las costumbres del país. Durante sus primeros meses, ha dedicado una hora y media diaria a dar clases de portugués, aprendiendo no sólo vocabulario general, sino ayudándose del fútbol para integrarse más con sus jugadores.
“cercano desde el primer día”
Cantó el himno portugués en su primer partido, algo que sorprendió a aquellos que no querían a un español en el banquillo. “Le han visto cercano desde el primer día”, admiten en el país vecino. Hablar un inglés perfecto también le ayudó al principio, cuando no dominaba tanto el idioma.
Después de visitar a Cristiano en Riad, se citó con los otros 25 convocados de Qatar. Quería conocer de primera mano sus sensaciones. Hizo primero una lista de 200 futbolistas que podrían acudir a la selección y luego la dejó en una tabla de 52 con la que trabaja diariamente a través de una herramienta de Inteligencia Artificial.
En su despacho tiene varios paneles con los nombres, los minutos, el equipo, el sistema táctico en el que juegan, el estado físico, la posición, el calendario… “A partir de ahí usamos la IA para sacar conclusiones“, explica. “Aquí tienen mucho interés en aplicar la IA. En el fútbol se mide todo, entrenamientos, partidos… Luego la cuestión es ver qué se hace con eso. La data nunca toma decisiones, pero sí da información”, añade.