Liga Asobal
Nueve de los 10 máximos goleadores de la Asobal emigraron este verano. Antes se iban a equipos punteros de Europa, ahora suelen recalar en conjuntos más modestos. “Cualquier equipo francés puede ofrecer mejores condiciones que los mejores clubes de la Asobal menos el Barcelona”, reconoce Aguinagalde, presidente del Bidasoa
Arranca la Asobal y hay partidazo. Bidasoa contra Cangas; uno de los mejores porteros de la Asobal, Xoan Ledo, contra dos de los máximos goleadores de la Liga, David Iglesias y Dani Fernández. Espectáculo del que hace afición y… espera, espera, espera. ¿Dónde está Ledo? ¿Y dónde están Iglesias y Fernández? Realmente no están. Ya no están. Este verano se marcharon a jugar a Francia y Alemania, como tantos, como todos. Otra temporada el balonmano español llora su eterna pérdida de talentos. Un dato sirve como resumen: emigraron nueve de los 10 máximos goleadores del pasado curso, la mayoría jóvenes españoles en busca de un futuro.
Es una tendencia que se mantiene desde hace ya más de una década, cuando la crisis inmobiliaria derrumbó la Asobal, pero que evoluciona. Antes se marchaban jugadores consolidados, internacionales, conocidos y lo hacían a los mejores equipos de Europa; ahora se van muy pronto a clubes modestos de la Starligue gala o la Bundesliga. Sirva de ejemplo el nombrado portero, Ledo, que dejó el Bidasoa, tercero en España, para irse al Istres, al borde del descenso en Francia.
“La única opción que tenemos es irnos. Los clubes españoles directamente renuncian a los jugadores que más destacan, ni hacen el esfuerzo por retenernos. Dan por hecho que la Asobal se te ha quedado pequeña, que fuera te ofrecen el doble o el triple… Yo estaba contento en el Granollers, no sé si me hubiera ido, pero es que ni me presentaron una oferta de renovación”, explica a EL MUNDO Chema Márquez, máximo goleador de la pasada Asobal, desde Saint-Raphael, en Francia, donde ahora juega. Sus tantos y sus partidos con la selección elevaron su caché y su club, el Granollers, aceptó su marcha sin más.
La cantera, el salvavidas
Como otras veces, ya habrá un adolescente que cubra su puesto, la única razón de la supervivencia de la Asobal. Cada año se marchan los mejores jugadores y cada año aparecen jóvenes capaces, preparadísimos. Otro dato resume ese rapidísimo cambio generacional: este verano España ganó el Europeo junior con 14 jugadores de entre 19 y 20 años que ya son habituales en sus equipos. En cuanto vuelen, de aquí a dos o tres temporadas, no parará la rueda: la selección juvenil, sub-18, también ganó su Europeo.
“Es una dinámica en la que llevamos bastantes años y que ha hecho que los aficionados no sigan a los jugadores, si no a los clubes. Se valora mucho la cantera. Este año hemos perdido a Xoan Ledo y a Kauldi Odriozola, pero cuatro de nuestros jugadores han ganado el Europeo junior”, destaca en conversación con este periódico Gurutz Aguinagalde, presidente del Bidasoa Irún, que admite la realidad: “Quitando el Barcelona, cualquier equipo francés puede ofrecer mejores condiciones que los mejores clubes de la Asobal”. “Nuestro objetivo debe ser reducir esa diferencia y que, al menos, un jugador referente de un equipo puntero español no se vaya a luchar por la permanencia en Francia”, proclama Aguinagalde, que celebra los pasos dados en los últimos pasos
Después de parar la sangría de las desapariciones de equipos, la Asobal se ha asentado en un esquema muy desigual. Arriba, el Barcelona, capaz siempre de ganar la Champions. Abajo, el Bidasoa, el Granollers, el Ademar, el Cuenca o el Logroño La Rioja, lejos de jugar regularmente los cuartos de final de la European League, la segunda competición continental. Aunque la reciente declaración de la liga como profesional ofrece esperanzas, el número de espectadores tanto en las gradas como en la televisión sigue siendo muy modesto. Y los pocos que se acercan tienen la misma duda en cada inicio de Asobal: ¿Dónde están los jugadores que conocía?